Las fuerzas de izquierdas han dejado al PSOE aislado con Ciudadanos ante la investidura de Pedro Sánchez. IU-Unidad Popular y Compromís también han suspendido las negociaciones con los socialistas unas horas después de que lo hiciera Podemos. Ese abandono, al menos temporal, complica, además, la estrategia de desgaste que el PSOE pretendía utilizar contra Podemos al acusar a los de Pablo Iglesias de ponerse del lado del PP. Con su decisión, las formaciones de izquierdas han logrado lo contrario al señalar a los socialistas la única vía que ahora tiene posible: que el PP se abstenga para que Pedro Sánchez pueda sacar adelante la investidura.
IU-Unidad Popular ha paralizado sus conversaciones con los socialistas al entender que el único “espacio válido” para el diálogo era el de la mesa a cuatro que había forzado Alberto Garzón. “Volcamos todo lo que habíamos avanzado en este espacio a cuatro -ha expresado Sol Sánchez-. Entendemos que este espacio a cuatro es el único válido”, ha proseguido. Por tanto, hasta que Podemos no se reincorpore, IU-Unidad Popular tampoco seguirá conversando con los socialistas.
“El PSOE ha dado un paso atrás muy grande -ha afirmado sobre el acuerdo alcanzado con los de Albert Rivera-. Nuestra obligación es no tirar la toalla y seguir presionando en la mesa a cuatro”, ha dicho Sol Sánchez, para quien ese mecanismo es la mejor fórmula para lograr un gobierno de izquierdas que lleve a cabo políticas progresistas. “Es la mejor manera para presionar para que el PSOE se decida por un programa de izquierdas”, ha señalado.
La coalición que lidera Alberto Garzón votará 'no' en la investidura de la próxima semana si el programa de gobierno que defiende Pedro Sánchez es el que ha anunciado este miércoles. “Es antagónico a nuestro programa”, ha expresado la diputada de IU-Unidad Popular. Además, ha revelado que los socialistas se han mostrado dispuestos a llevar a cabo una “revisión o una ampliación” del documento pactado con Ciudadanos.
Esa postura ha abierto una esperanza a los de Garzón: “Abre la puerta a recomponer este espacio de conversación”, ha expresado Sol Sánchez, que considera que así queda la puerta abierta a que Podemos se “reincorpore”. Además, ha manifestado que no ha visto un no tajante en los de Iglesias a seguir negociando. No obstante, Iñigo Errejón ha dejado claro que el documento rubricado por Sánchez y Rivera “tiene que levantarse” para que se produzca de nuevo el diálogo y lo ha paralizado hasta que acabe la primera sesión de investidura el próximo día 5 de marzo.
Compromís también ha suspendido las negociaciones al entender que el acercamiento definitivo del PSOE a Ciudadanos hace imposible que haya una mayoría suficiente para articular un gobierno del cambio. “Quería aglutinar más de 200 votos a favor y ha conseguido el efecto contrario, ha conseguido aglutinar más de 200 votos en contra y solo 130 votos a favor”, ha expresado Joan Baldoví.
“Este documento constata el fracaso del PSOE de intentar armar una mayoría para la investidura. Ha estado intentado sacar un documento que no fuera incompatible con distintas fuerzas políticas -ha relatado el portavoz de la coalición valenciana-. No ha conseguido que este documento sonara bien sino que a más a más es un documento que desafina para muchísima gente”.
La posición de las fuerzas de izquierdas deja al PSOE solo con Ciudadanos -y la diputada de Coalición Canaria y con un posible apoyo del PNV que aún no está cerrado-. Pero, además, complica su estrategia de responsabilizar a Podemos de impedir que haya en España un Gobierno “progresista y reformista”. Los socialistas habían empezado a jugar al desgaste contra Iglesias al acusarle de hacer la pinza con el PP. “Pablo Iglesias es la gran esperanza del PP”, ha dicho Antonio Hernando tras la ruptura de las negociaciones.
Solo le queda la vía del PP
“Como fuerce unas nuevas elecciones y el PP se presente con otro candidato y obtenga un mejor resultado, Pablo Iglesias no va a poder ir por la calle, porque le van a decir de todo”, expresaba una diputada socialista este miércoles. Sin embargo, la suma de IU-Unidad Popular y Compromís al abandono de Podemos dificulta esa argumentación.
También les permite cambiar el relato. Son las demás fueras las que están señalando a Pedro Sánchez el que con su 'no' es su única vía: salir adelante gracias a la abstención del PP. “Esto aboca a una investidura fallida salvo que el PP la favorezca con su abstención”, ha deslizado este miércoles Errejón, que ha recordado que es la fórmula que quiere Albert Rivera, que ha reconocido que el documento podría suscribirlo el partido conservador.
En esa misma línea ha hablado Compromís sobre el acuerdo de los socialistas con el partido naranja: “Va más dirigido a conseguir la abstención del PP que a articular una mayoría de cambio”, ha señalado Baldoví, que ha insistido en que no tiene el espíritu del pacto del Botánico gracias al que el socialista Ximo Puig gobierna en coalición en la Comunidad Valenciana.
En clave interna, el PSOE está a la espera de someter los acuerdos que ha alcanzado a la consulta de la militancia, pese a que con las cartas que hay sobre la mesa, no le dan los números para sacar adelante la investidura. La tensión interna se ha relajado desde que el candidato socialista recibió el encargo de formar Gobierno, aunque tras la firma del acuerdo con Ciudadanos han surgido algunas voces críticas fundamentalmente por la supresión de las diputaciones.
También, aunque menos explícitas, por la falta de concreción respecto a la reforma laboral. Sánchez ha hablado de “derogación” de la legislación del PP mientras que el documento no lo refleja específicamente. Fuentes socialistas reconocen que “en una negociación algo hay que dejar por el camino” y admiten que “había gente dentro del PSOE que no quería ponerlo” en el programa. Precisamente esa fue una de las batallas de la precampaña, cuando distintas federaciones, entre ellas la andaluza, forzaron que el programa recogiera la derogación total de la reforma del PP- incluidas las indemnizaciones por despido- contra el criterio inicial de Ferraz de que fuera un cambio parcial.
Sobre las diputaciones ha habido más discusión. Dirigentes autonómicos y provinciales han lamentado que el PSOE firme la supresión de esas instituciones, pese a que las sustituirán por Consejos de Alcaldes con las mismas funciones. Uno de los que lo ha criticado ha sido el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que ha reconocido no estar “contento” con ese debate. También el aragonés Javier Lambán ha defendido la existencia de las diputaciones. El más contundente ha sido el presidente de la Diputación de Jaén y líder del PSOE en la provincia, que ha anunciado que votará en contra del acuerdo en la consulta a la militancia si figura la supresión de las instituciones.