Izquierda Unida celebra este viernes la última coordinadora federal con Alberto Garzón como líder del partido. El exministro de Consumo formalizará su salida con un discurso de despedida en una reunión en la que la formación debatirá cómo deben ser los pasos a partir de ahora, tanto a nivel orgánico como en la relación con Sumar, que tras la investidura empezará a configurarse como una plataforma política. La dirección del partido pide a Yolanda Díaz un debate “sin prisas” y que aclare qué tipo de proyecto pretende construir de aquí a los próximos meses y cómo va a ser la relación de ese nuevo sujeto con el resto de organizaciones de la izquierda.
El borrador del informe político que ha preparado la dirección de IU, al que ha tenido acceso elDiario.es, plantea una serie de propuestas, en línea con las que viene esbozando el partido desde hace meses, para la construcción de Sumar como coalición “estable”, en forma de frente amplio, y con “garantías democráticas de participación colectiva”. En la anterior reunión de la coordinadora federal el partido ya abogó porque la coalición que lidera Díaz se consolide como una plataforma que esté por encima de los partidos y que tenga “mecanismos democráticos de coordinación”. Y pedía en concreto que todas las partes se sintieran “cómodas, representadas y partícipes”, pero además que “el partido Sumar” fuese “un partido más”.
La dirección profundiza un poco más ahora en cómo cree que debe desarrollarse esa dualidad entre el partido (Movimiento Sumar) y la coalición (Sumar). Izquierda Unida, así como otros partidos del espacio político, ya habían criticado la confusión que genera utilizar un nombre muy parecido para dos elementos políticos diferentes. En las últimas semanas, la plataforma de Díaz ha empezado dar pasos para constituirse como partido con una asamblea constituyente en la primavera de 2024. Ese proceso se abrirá formalmente dentro de poco con la presentación de un grupo promotor que incorpore a figuras de diferentes partidos, entre los que no estará Podemos, ya completamente distanciado.
La hasta ahora portavoz de IU, Sira Rego, nombrada recientemente ministra de Infancia y Juventud, y el portavoz del partido en el Congreso, Enrique Santiago, han participado en diferentes reuniones últimamente con el “grupo ejecutivo de Sumar” para abordar la participación de IU en ese proceso. Tras esas reuniones, la dirección pide a Sumar que aclare “si se pretende construir un espacio amplio con participación de personas y de organizaciones políticas que permita construir procesos de participación popular o si, por el contrario, se pretende reproducir esquemas de partidos clásicos con mecanismos que no favorecen la participación de personas y de las organizaciones”.
En busca de una coalición amplia
“Si queremos construir un Frente Amplio democrático y con participación no se puede hacer deprisa y sin debate”, opina la dirección del partido en el informe que será previsiblemente ratificado por la coordinadora federal este viernes. “La elaboración del proceso del grupo promotor de la coalición de Sumar debe hacerse desde el trabajo previo con las organizaciones que integran la coalición, igual que el resto de procesos que deban permitir articular procesos populares y de participación”, defiende.
El partido también advierte de que no se va a “diluir” en otra organización. “Izquierda Unida hoy es una parte imprescindible del capital político del conjunto de la izquierda: sea cual sea la izquierda del futuro en nuestro país se construirá con nosotros y nosotras, ya que nuestra organización no se va diluir en ninguna otra, sino que se reforzará y aportará dicho capital a los espacios conjuntos conformados por organizaciones y sociedad civil”.
Esto es, Izquierda Unida quiere que Sumar sea una coalición amplia, en la que estén todas las formaciones integradas, pero que tenga estabilidad durante la legislatura y mecanismos democráticos, no una simple alianza que se convoca cuando hay elecciones. Y no un partido nuevo que acabe absorbiendo al resto de sus formaciones dentro de su propia estructura. Y para ello, propone algunos elementos para articular el nuevo frente amplio.
Por un lado, “espacios de coordinación entre organizaciones”. “Para mejorar la coordinación se puede trabajar un espacio más amplio (grupo motor) donde se incorporen los territorios y las organizaciones. La representación de los territorios deberá ser el reflejo de la pluralidad existente y de la realidad social y política”, propone el borrador. Y una segunda pata que incluya “espacios de participación popular”.
“Para articular la participación popular no es suficiente la participación en congresos o asambleas de los partidos, es necesario que las personas se sientan partícipes de la elaboración del proyecto de país, de la propuesta política. Para ello, lo mejor es articular un proceso tranquilo de abajo arriba que permita organizar asambleas en los barrios y en los diferentes pueblos de nuestro país donde se puedan debatir propuestas y objetivos”, sostiene el partido.
Una nueva etapa tras la salida de Garzón
En la reunión de la coordinadora de este viernes, Garzón oficializará su marcha con un discurso de despedida. A partir de ahora, el partido tendrá que abrir una nueva etapa. El borrador de la dirección propone la creación de una suerte de gestora hasta la nueva asamblea, para la que no pone fecha.
El mandato de la actual dirección tiene vigencia hasta 2025, pero ese órgano podría adelantarse si así lo aprobase la coordinadora federal. Según los estatutos del partido, la Asamblea Federal puede convocarse de forma extraordinaria “cuando sea solicitada por al menos 3/5 de la Coordinadora Federal o por varias coordinadoras de federación que, en su conjunto, representen más de un 50% de la afiliación a Izquierda Unida”. El texto de la dirección propone la creación de una Comisión Preparatoria de la XIII Asamblea de manera conjunta con las federaciones, los partidos y las corrientes que integran Izquierda Unida y colocar al frente al responsable de Organización del partido, Ismael González.
“Aunque su salida tiene un importante impacto simbólico, Izquierda Unida es una organización responsable, experimentada y seria, por lo que afrontaremos el proceso de renovación con garantías y certezas. Tenemos una nueva oportunidad de demostrar al conjunto de la izquierda que el interés colectivo, reglado con mecanismos de participación democrática, debe ser prioritario para cualquier proyecto político emancipatorio”, reflexiona la dirección. “El ritmo político sigue siendo frenético, por lo que nuestra organización necesita una puesta a punto para reforzarse y afrontar en las mejores condiciones posibles los retos presentes y futuros”, defiende.