A Javier Fernández le ha tocado ejercer como líder del PSOE en la celebración del Día de la Constitución en el Congreso. El presidente de la gestora ha departido con los periodistas, pero ha medido sus palabras con la preocupación de hablar más de la cuenta. Así, solo ha dejado tres ideas clave: no hay un pacto PP-PSOE en la legislatura pese a los acuerdos que hasta ahora han alcanzado, es “un imposible medieval” que los socialistas apoyen los presupuestos de Mariano Rajoy y la batalla por el liderazgo será antes del verano.
El acercamiento de la semana pasada entre los socialistas y el Gobierno para pactar el objetivo de déficit -a cambio de una subida del 8% del salario mínimo interprofesional y un incremento en determinados impuestos que dejan fuera el IVA y el IRPF- no es más que eso para Fernández: un pacto puntual. El presidente de la gestora considera que hablar de un acuerdo de legislatura auspiciado desde la gestora y Moncloa es una “teoría conspirativa”. Ahí lo ha dejado, pero no sin antes recalcar que es un “imposible medieval” que los socialistas apoyen los Presupuestos Generales del Estado para 2017. Para Fernández, la relación con el Gobierno es la “normal” del día a día.
Lo que sí ha destacado es la “centralidad” del PSOE y ha puesto en valor la capacidad del partido que dirige de manera interina para pactar con el resto fuerzas. Así, ha resaltado que han sido capaces de acordar con el Gobierno el objetivo de déficit, la subida del salario mínimo y el paquete impositivo que afecta a sociedades y las tasas sobre el alcohol y el tabaco. Pero ha recordado que los socialistas también pueden ponerse de acuerdo con Unidos Podemos, en asuntos como la derogación de la ley mordaza, después de haber sido capaces de llegar a un pacto con Ciudadanos.
Fernández ha revelado que ha hablado con los líderes sindicales -aunque no ha especificado con quién- tras pactar con el Gobierno la subida del 8% del salario mínimo interprofesional. En declaraciones informales a los periodistas, ha dicho que no están enfadados y se ha justificado por no haberles comunicado la propuesta en la reunión que mantuvo con Pepe Álvarez (UGT) e Ignacio Fernández Toxo (CCOO) tres días antes de cerrarlo con Moncloa. Fernández ha dicho que no sabía la concreción de las negociaciones en el momento de reunirse con los líderes sindicales.
El presidente de la gestora ha restado importancia a los acuerdos a los que el PSOE está alcanzando con el PP en términos de rédito política. Fernández no cree que Unidos Podemos le esté achicando el espacio en la oposición: “Podemos ha desertado de sus funciones institucionales”, ha expresado, aunque ha reconocido que tiene presencia en la calle.
El líder del PSOE no quiere fijar una fecha para el congreso en el que se dirimirá el liderazgo, aunque ha dejado claro que será antes del verano. Es lo único que ha dejado claro, pero no ha determinado el plazo concreto. Los socialistas barajan mayo para las primarias y junio para abordar la ponencia política. Para eso celebrarán un Comité Federal en enero en el que fijarán el calendario.
La gestora y los barones son partidarios de dilatar en el tiempo la celebración del 29 Congreso del PSOE para apaciguar la guerra interna que atraviesa. Fernández, que llegó a comparar al partido con un “solar”, ha admitido que siguen “mal” pero que están “mejor que hace un mes y medio”.
De hecho, ha restado importancia a la presencia de Pedro Sánchez en un acto en Asturias -federación que dirige Fernández- este sábado al asegurar que desconoce exactamente el evento. Algunos de los parlamentarios próximos a la gestora también han restado importancia a la fuerza del exsecretario general: “No había ningún peso político -decía uno de ellos en un corrillo sobre el acto que protagonizó en Valencia-. Un secretario general tiene que saber llegar e irse”.
Tampoco ha querido aclarar si habrá una conferencia política antes del congreso que es lo que defienden algunos dirigentes. Sería en ese marco en el que se presentara el proyecto en el que están trabajando algunos referentes del PSOE para abordar el proyecto en distintos planos (político, económico y de modelo de partido) y para el que pretenden contar con unos 40 expertos socialistas y de fuera del partido.