Javier Fernández es el nombre que maneja el sector crítico del PSOE para que dirija el partido hasta la celebración de un congreso que elija un nuevo secretario general. El presidente asturiano es el preferido de los dimisionarios para dirigir el órgano que se hará cargo de la actividad del partido hasta que se celebre el congreso, una circunstancia que la dirección del PSOE niega que vaya a producirse, según ha dicho su secretario de Organización, César Luena.
Fuentes del PSOE andaluz, la federación más potente del partido, señalan a Fernández como el principal “referente” del PSOE. “Es una autoridad y goza de todo el prestigio”, señalan esas fuentes.
Los críticos sostienen que, a partir de ahora, el PSOE quedará en manos de una Comisión Gestora o una comisión política que tendrá, además, que establecer la línea del PSOE en el debate sobre la gobernabilidad. Algunas fuentes apuntan a que la postura de los socialistas puede ser la abstención para que gobierne el PP y rearmarse desde la oposición, pero reconocen que aún “no hay una postura definida”.
Ese órgano también establecerá la estructura de los órganos directivos en las Cortes. El nombre que suena para ocupar la portavocía en el Congreso es el de Eduardo Madina.