El jefe de la UME desmiente a Mazón: “Es la comunidad autónoma quien dirige la emergencia y decide dónde vamos”

Por primera vez desde que estalló la tragedia en Valencia ha comparecido el general jefe de la Unidad Militar de Emergencias tras la reunión del Comité de Crisis celebrada este lunes en el Palacio de la Moncloa bajo la presidencia de Felipe VI. El general Francisco Javier Marcos ha detallado el dispositivo militar puesto en marcha y ha asegurado que movilizó a sus hombres de manera preventiva ante las previsiones meteorológicas y a la espera de recibir órdenes de la Generalitat de Valencia.

“En un nivel 2 de alerta, quien dirige la emergencia es la comunidad autónoma, quien decide dónde vamos o dónde no vamos es la comunidad. Es el director de emergencias quien nos dice dónde actuamos, y eso hemos hecho con disciplina. Yo puedo desplegar y movilizar a mis hombres pero yo no puedo entrar hasta que el director de emergencias de la Generalitat me autorice”, ha puntualizado.

El jefe de la UME ha explicado que los batallones disponibles en Valencia estuvieron preparados desde el mismo martes. “El día que se desencadenó la emergencia la UME venía siguiendo la situación. Tengo dos herramientas legales: la alerta temprana y el despliegue adelantado. Cuando vi lo que se podía venir encima utilicé esas dos herramientas. Ordené que todos los soldados del batallón número 3 localizado en la base Jaime I de Valencia fueran a sus puestos. 500 militares perfectamente equipados. Ordené el despliegue para que estuvieran preparados. Desde que yo di la orden hasta que salieron tardaron 15 minutos. En cuanto la Generalitat nos dio luz verde, estábamos en minutos en la zona de emergencia”, ha detallado.

El general Marcos ha explicado también por qué la UME tardó en empezar a trabajar sobre el terreno: “Yo tengo capacidad legal para desplegar a mis soldados, pero para que actúen necesitamos la orden del mando de emergencias de la comunidad autónoma, se trata de cumplir la ley”.

“En cuanto vi lo que podía ocurrir alerté a 1.000 militares y en cuanto tuvimos luz verde para intervenir en el resto de la provincia se desplegaron 1.000 militares para que el pueblo de Valencia viera el miércoles al amanecer que estábamos ahí”, ha proseguido, para puntualizar: “Es cierto que no intervinimos rápidamente porque la meteorología nos lo impidió y por una cuestión de orden y disciplina: no podíamos añadir caos a una situación verdaderamente caótica”, ha apuntado en referencia a que esperaron órdenes de la comunidad.

El jefe de la Unidad Militar de Emergencias ha reconocido el “dolor” de la población en las zonas afectadas por la DANA en la provincia de Valencia pero ha pedido “paciencia” dada la complejidad de la situación y los problemas de movilidad y ha asegurado que desde las Fuerzas Armadas se está haciendo todo lo posible.

Marcos ha informado de que actualmente hay 6.600 efectivos de las Fuerzas Armadas desplegados y para las 20.00 horas esta cifra se situará en los 7.800 a los que hay que sumar otros muchos más (5.000 en el caso del Ejército de Tierra) que están apoyando las operaciones desde la distancia.

El general jefe de la UME ha incidido en que “es tal el grado de destrucción que la movilidad está limitada”. “Es una complejidad tan grande que esto requiere dos cosas: ser disciplinados y tener paciencia”, ha añadido.

En este sentido, tras reconocer que “es difícil porque la emoción y el dolor hacen que esto no sea fácil”, ha pedido a la población que “comprendan que los 7.800 militares de las Fuerzas Armadas estamos haciendo todo lo que podemos, doblando turnos”, y que hay más personal a disposición para poderlo trasladar en aviones.

Según el general Marcos, los efectivos de la UME, del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire están presentes en las 69 localidades afectadas, pero “no solo son los pueblos, son las carreteras que unen esos pueblos, son los puentes, son las casas aisladas”.

“No nos dejamos una casa atrás”, ha asegurado, esgrimiendo que los soldados “se están dejando la piel en todo momento”, con turnos de doce horas tras los que regresan agotados. “No se puede poner en tela de juicio ningún comportamiento de las Fuerzas Armadas que no sea el que debe ser”, ha insistido, defendiendo que lo hacen “desde luego, cumpliendo nuestra misión, que es salvar para servir”.