José Luis Peñas: “El Supremo dice que sin mis grabaciones no se habría averiguado casi nada de Gürtel, el indulto está pensado para estos casos”
El 7 de noviembre de 2007 fue el principio del fin de la trama Gürtel. Ese día, el exconcejal del Partido Popular en Majadahonda José Luis Peñas presentó ante la UDEF una detallada denuncia y decenas de horas de grabaciones que había hecho a escondidas al cabecilla, Francisco Correa, en las que se revelaban algunos de sus negocios ilegales. Correa había sido su amigo personal pero lo acabó traicionando para destapar el caso. Esos audios se convirtieron en la prueba fundamental de una causa con 37 procesados y que ha salpicado directamente a la estructura interna del PP. Pero no han evitado su condena, que ya es firme.
Los magistrados del Tribunal Supremo, que este miércoles confirmaron la pena de cuatro años y nueve meses de cárcel que le impuso la Audiencia Nacional, califican de “esencial” su colaboración y admiten que sus grabaciones han sido “de gran ayuda” para esclarecer los hechos. Sin embargo, no le creen cuando dice que él no cometió delito alguno. Defienden que cobró casi 40.000 euros en sobornos y que ayudó a Correa a tener bajo control las adjudicaciones de Majadahonda, donde empezó como funcionario y acabó de concejal.
Sus esperanzas están puestas ahora en el Consejo de Ministros, que tendrá la última palabra sobre la petición de indulto que va a presentar y para la que espera tener el aval de la Fiscalía. “Si para alguien está hecho el indulto es para una figura como la mía”, dice por teléfono a elDiario.es. Reconoce que los últimos días tras hacerse público el fallo del Supremo han sido “complicados” porque ha rememorado todas las vivencias de los últimos años, que califica como los peores de su vida. Pese a todo, dice estar “orgulloso” de lo conseguido. Y no se arrepiente, aunque sí lamenta el daño “enorme” que ha causado a su familia. “Hay días en los que por ellos se me saltan muchas lágrimas”, asegura.
El Supremo ha validado las 20 horas de grabaciones que usted hizo y que se convirtieron en la prueba fundamental del caso Gürtel pero mantiene su condena por recibir sobornos en metálico de la trama. ¿Cómo ha recibido la sentencia?
Con sentimientos contrarios. Por una parte, encantado de que no solo valide las grabaciones, sino que diga que no habría podido averiguar prácticamente nada sin ellas y sin mi denuncia. Eso hace que esté muy orgulloso de lo que he conseguido hacer. Una persona sola, sin ningún padrino... sin nada de nada. Simplemente con mi constancia he logrado que se llegara a esta sentencia. Que el Tribunal Supremo haya mantenido la condena de cárcel es un contratiempo enorme para mí. Ya lo dije con la otra sentencia... yo soy el único culpable porque no he podido hacer entender a los jueces que aunque he estado muy cerca de Gürtel nunca he sido Gürtel.
¿Está preparado para entrar en la cárcel?
Yo espero no entrar. Aunque la condena total es de cuatro años y nueve meses es por cinco delitos, no por uno solo. Todas las penas son de menos de dos años y la mayor es de un año y dos meses. Y en estas circunstancias, normalmente, si se solicita la suspensión [de la pena] se suele acordar para las personas que se enfrentan a su primera pena, como es mi caso. Además creemos que la Fiscalía va a apoyar la suspensión. Desde el año 2005, de cuando son los hechos que se han juzgado, está mi historial de trabajo, de familia... Incluso condenado he asistido a juicios en calidad de testigo de la Fiscalía. Y si me llaman de nuevo, iré. No es que esté reinsertado, es que nunca me he desinsertado de la sociedad. Además, seguramente iremos en amparo ante el Tribunal Constitucional.
¿Pedirá el indulto? ¿Tiene esperanzas en que se lo den? La Fiscalía anunció en el juicio que le apoyaría.
Las esperanzas nunca se pierden. Yo no la he perdido ni la perderé, independientemente del resultado. La Fiscalía hizo un posicionamiento muy fuerte diciendo que merecía ese trato, por lo que espero su informe favorable a mi petición, pero el Consejo de Ministros tiene la última palabra y es absolutamente libre de tomar una decisión u otra. Yo creo que si para alguien está hecho el indulto es para una figura como la mía. La Directiva de Protección al Denunciante —que todavía no se ha traspuesto— va en esa línea.
Puede acabar en prisión por una trama de corrupción que usted mismo denunció y de la que aportó las principales pruebas. ¿Ha merecido la pena?
Es algo que pienso todos los días, pero no por mí, que me considero una persona fuerte que puede resistir esto perfectamente, sino por mi familia. Este proceso ha hecho mucho daño a mi mujer y a mis hijos. Ellos no entienden que los jueces hayan sido tan insensibles con una persona que pasó dos años de su vida para grabar a esta gente, que ha sufrido amenazas de todo tipo, maltrato de todo tipo, intentos de extorsión y soborno. Han atentado contra la vida de mis hijos y de mi mujer. Esto lo digo como crítica a los jueces en concreto, sino al sistema judicial. Creo que hay casos en los que la Justicia debe ser otra cosa. Por mí en absoluto me arrepiento, pero hay días en los que por mi familia se me saltan muchas lágrimas.
¿Cree que su caso puede ser un desincentivo para alguien que se esté planteando denunciar un caso corrupción?
Creo que el Gobierno y la Fiscalía deberían dar un paso. Cuando salió la sentencia de la Audiencia Nacional en la Fiscalía ya se dieron cuenta de que se iban a encontrar con un problema por el precedente que sentaba. ¿Cómo van a encontrar a personas que arriesguen su vida y la de los suyos, su patrimonio, su felicidad si luego encuentran este trato? En mi caso han sido 12 años en tribunales y lo que queda. Yo he denunciado una trama que solo en decomisos de dinero en el extranjero van por más de 200 millones de euros y que, según mis cálculos, ha robado a los españoles más de 10.000 millones de euros. Y a mí se me condena porque los jueces creen probado que me apropié de 40.000 euros. La verdad es que yo creía que la pasta de la corrupción era mucho más dura. He sido concejal en Majadahonda, que es un pueblo muy rico, donde he tenido a mi cargo presupuestos anuales de treinta y cuarenta millones... y que yo me quedara con facturas de 150 o 200 euros se me hace un poquito raro.
La sentencia destaca su colaboración “esencial” en la investigación pero dice que su credibilidad falla porque también se benefició de la trama. ¿Por qué cree que no logró convencer a los jueces de la Audiencia Nacional durante el juicio ni a los del Supremo con su recurso?
Lo más fácil hubiera sido en el juicio, en el Supremo es muy complicado porque la prueba ya está tasada. ¿Cómo le digo a los jueces que no han valorado determinados testimonios? Porque la valoración de la prueba es libre. Allí hubo testigos que dijeron que yo no tuve nada que ver en determinados actos que se me imputan. En el juicio se vio que había otros concejales que estaban bastante más cerca de la trama que yo en lo que era Majadahonda y que no fueron ni procesados. Si yo realmente hubiera hecho algo habría negociado con la Fiscalía, que por mi condena me habrían dado una cobertura total.
A los jueces solo les ha importado la parte relacionada con el PP, que era el 0,1% de una causa que tiene un millón de folios. Se han centrado en si iba o no declarar Mariano Rajoy, si entraba por delante o por detrás, si se sentaba en el banquillo o al lado del tribunal... todo por 200.000 euros. Y se han olvidado del resto de los mortales. Eso no puede ser en una causa con 37 procesados y que ha dado lugar a una sentencia de más de 300 años de cárcel.
Pero es que durante la investigación afloraron indicios de una contabilidad paralela en un partido que ha gobernado el país durante tres lustros años, que preside varias comunidades autónomas…
Sí, pero eso demuestra que al resto de mortales no nos hicieron ni caso. Desde el minuto uno compraron el relato de la Fiscalía, que está bien hecho pero adolece de muchas cosas. Esto puede parecer lamento de mal pagador, pero es algo que he dicho siempre. He dicho que me parecía increíble que el tribunal se planteara colocar en otro sitio [cuando fue a declarar como testigo] al presidente del Gobierno, que en ese momento era M. Rajoy, no el presidente; pero con esas cosas los jueces perdieron la visión completa de lo que es el juicio y se fueron para mí muchas oportunidades que tenía para haber demostrado las cosas.
¿Por qué decidió empezar a grabar a Francisco Correa?
Cuando me expulsaron del PP en 2005 yo era muy amigo de María del Carmen Rodríguez, la mujer de Francisco Correa, porque habíamos trabajado cuatro años compartiendo despacho como concejales en Majadahonda. Guillermo [el exalcalde] nos dejó tirados porque consiguió un trabajo en el mercado de Puerta de Toledo y Paco [Correa], que era muy amigo de José María Aznar, nos ofreció ayuda.
En 2005 hablamos de varios proyectos y montamos un partido municipal en Majadahonda... en diciembre de ese año tuvo un lío personal y se fue de casa al hotel Fénix de Madrid. Un día estando allí él, Juan José Moreno [otro exconcejal] y yo, recibe una llamada de Benjamín Martín Vasco [exconcejal de Arganda], que le dice en un momento dado que si no le daba sus 300 millones de pesetas no salía un tema de parcelas. Lo escuchamos todo porque Paco tenía la costumbre de poner el manos libres. En ese momento vi que lo que allí había era una trama de corrupción y esa misma noche decidí que iba a recopilar el mayor número de pruebas posible para que saliera a la luz.
¿Cuánto tiempo estuvo grabando?
Todo el año 2006 y cinco meses de 2007, hasta las elecciones de mayo de ese año. A partir de ahí dejamos de hablarnos y ya puesta la denuncia —que la puse el 7 de noviembre de 2007— me llama en diciembre Pablo Crespo [número dos de Correa] y me dice que me pase por sus oficinas de Serrano 40 que tiene una proposición que hacerme. Imagine el miedo con el que fui a esa cita.
¿Es ahí cuando empieza la campaña de acoso que usted ha denunciado?
En 2008 y 2009 estuvieron investigando. Y en febrero de 2009 saltó la operación, se nos detuvo y a los dos o tres días se filtró que había un denunciante y quién era. De 2009 a 2014 fueron los peores años de vida. En ese momento todo el mundo decía que yo era igual de ladrón que ellos y que había denunciado por venganza y despecho porque no había cogido dinero... Lo pasamos fatal. Pero en 2014 cuando salió el tema de los papeles de Bárcenas mucha gente empezó a creerme. Todos sabemos quién es M. Rajoy.
¿Qué ha hecho estos dos años a la espera de la sentencia del Supremo? ¿A qué se dedica ahora?
Soy funcionario del Ayuntamiento de Madrid. Me dedico a hacer lo mejor posible mi trabajo, a cuidar de mi familia... En mi casa está mi mujer, mis hijos, mis suegros y dos cuñados. Este tema afectó también mucho a mi suegro, que tenía un gran negocio en Castilla y León —una región trufada de corrupción y controlada por alguno de los mayores empresarios de Gürtel— y lo arruinaron. Tuvo que venir a vivir con nosotros. Soy una persona normal que se dedica a trabajar y cuidar de los suyos, pero el runrún de este tema siempre está ahí. Es algo que nunca te deja descansar. Ahora hemos llegado a una etapa final, que no el fin, y espero que los próximos pasos que demos junto a mi abogado, Ángel Galindo, sean para bien y esta historia acabe de una manera más o menos feliz.
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