La mañana de este viernes José Manuel Soria esperaba como un empresario más la llegada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al Foro Empresarial que Moncloa había organizado en un hotel del centro de La Habana. En total había más de 200 compañías representadas en un encuentro pensado en el marco de la visita oficial de Sánchez a Cuba. El presidente había preparado un discurso animando a las inversiones y ofreciendo el respaldo del Gobierno español. Entre los demás invitados al discurso de Sánchez estaba el exministro.
José Manuel Soria acudió a Cuba invitado por la Cámara de Comercio y en representación de la compañía de venta de automóviles Domingo Alonso, tal y como él mismo ha confirmado a eldiario.es. Este gran concesionario de Volkswagen, con más de 1.500 empleados, está especializado en la exportación de vehículos a países de Latinoamérica y Africa.
En Cuba la matriculación de vehículos está duramente restringida por el Gobierno, lo que ha disparado la inflación sobre el precio de los coches ya existentes. Esa política de limitación a la importación es una de las explicaciones del escaso tráfico tan característico en ciudades como La Habana.
La apertura que el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quiere impulsar paralelamente a la aprobación de la nueva constitución es un motivo de optimismo para el empresariado español. Este sector reclama mayores facilidades para colocar sus productos en el mercado de la isla. José Manuel Soria pretende que sus vehículos encuentren en ese nuevo tiempo una posibilidad de mercado como ya tiene su compañía en países como Venezuela, México, Mozambique o Zimbawe.
En el caso de los vehículos, Cuba carece de restricciones medioambientales como las que a nivel europeo afectaron a los coches de una de las principales marcas que vende ahora el exministro. Además de representar los productos de Volkswagen, el concesionario para el que trabaja Soria distribuye vehículos de carga de la marca Man. El escándalo del fraude en las emisiones de los vehículos de Volkswagen cogió a Soria en el lado del Gobierno y al frente del departamento que inicialmente minimizó el caso.
Durante aquellos días, Volkswagen exigió a Soria que autorizase los motores trucados a cambio de mantener su inversión en España. La petición se realizó por carta y Soria acabaría respondiendo con un solución intermedia: España borró la mitad de la lista de vehículos, cuya venta se consideraba prohibida por su alto nivel de emisiones.
La presencia de Soria en Cuba rompe definitivamente la discreción con la que el exministro de Industria pretendió llevar sus relaciones con el grupo de venta de automóviles Domingo Alonso. Ahora ya no se oculta y en La Habana se ha comportado como un empresario más a la busca del mejor negocio en un país que vive en un constante anuncio de cambios.
En Moncloa pasaron por alto la presencia del exministro entre el grupo de empresarios invitados a un desayuno de trabajo con Pedro Sanchez. “Las invitaciones las gestiona la cámara de Comercio, no nosotros”, aseguraba este viernes un portavoz del Gobierno desplazado a Cuba para la ocasión.
José Manuel Soria no es el primer exministro que ha intentado hacer negocios con Cuba tras abandonar el cargo. Hace solo unos meses la exministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, visitaba La Habana en representación de Telefónica, para quien trabaja como directora global de estrategia.