El exministro popular Josep Piqué ha sugerido este martes que el acercamiento del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a su homólogo ruso, Vladímir Putin, busca frenar la influencia creciente de China en la escena internacional: “Una manera de debilitar al enemigo es buscar a un amigo entre un supuesto amigo del enemigo”.
En la presentación de su libro 'El mundo que nos viene' (Deusto) en el Círculo de Economía, en un acto organizado con el Club Tocqueville, ha recordado como el Gobierno norteamericano se acercó a la China comunista con el fin de debilitar la postura de la Unión Soviética.
“Es repetir la operación pero a la inversa”, ha afirmado, aunque no ha augurado futuro a la iniciativa por la sincronización aparente de Putin y el presidente chino, Xi Jinping, sobre los que ha señalado que se reúnen unas 15 veces al año.
“La relación entre Rusia y China es muy estrecha y coordinan sus movimientos, pero tienen intereses contradictorios en Asia central y en el área de Siberia oriental”, ha dicho sobre esta área extensa casi deshabitada a pocos kilómetros de la superpoblada costa del Mar de China.
Para Piqué, al que ha acompañado el periodista Valentí Puig, el posicionamiento de China supone el traslado del eje central del Océano Atlántico hacia Asia y ello conlleva que Europa deje de ser una prioridad, como cree que demostró que la reunión del G7 de esta semana en Canadá acabara sin acuerdo entre Trump y el resto de participantes.
“La rotura del G7 es la rotura del bloque occidental como lo conocíamos desde finales de la Segunda Guerra Mundial” y tiene a China como gran beneficiada, ha sentenciado.
(HABRÁ AMPLIACIÓN)