De apenas 22 años, Joshua Wong fue una de las figuras clave de la llamada “Revolución de los Paraguas” de Hong Kong en 2014, cuando tenía 17, y salió de la cárcel hace tres semanas en plena efervescencia de las protestas contra el proyecto de ley de extradición a China.
La misma mañana que abandonó la prisión apareció ante la sede del Parlamento, donde fue aclamado y ovacionado por los miles de jóvenes que protestaban allí contra el proyecto de ley y pedían la dimisión de la jefa del Gobierno local, Carrie Lam.
Desde entonces ha participado activamente en la coordinación de las protestas y defiende seguir realizando “acciones” hasta conseguir que Lam y Pekín escuchen el clamor popular.
PREGUNTA: ¿En qué punto se encuentra el movimiento prodemocrático en Hong Kong tras el asalto sin precedentes al Parlamento del pasado lunes?
RESPUESTA: Nadie va a animar a los jóvenes a irrumpir en un edificio arriesgando diez años de prisión. La gente puede tener dudas y yo no espero que todo el mundo esté de acuerdo con todo el comportamiento de los activistas durante la acción. Pero hay que tener en cuenta que esa acción se hace después de que millones de ciudadanos se manifestasen pacíficamente las últimas semanas sin que el Gobierno salga de su silencio y atienda nuestras demandas.
¿Por qué el proyecto de ley de extradición no puede ser retirado definitivamente ahora?.. La gente tiene miedo de que, al solo estar suspendido, el Gobierno de Hong Kong lo pueda reactivar. Y que no hagan caso a tan impresionantes marchas pacíficas frustra a los jóvenes. Por eso irrumpieron en el Parlamento.
P: ¿Estuvo usted dentro del Legislativo?
R: No. Estuve fuera en la línea del frente en la calle y recibí gases lacrimógenos. Y eso era una importante labor, porque sabíamos que la policía no aparecería de repente en el Parlamento, que vendría desde su cuartel general, caminando desde un lado, y teníamos que garantizar la seguridad de la gente dentro del edificio.
Algunos medios extranjeros critican la violencia, pero debo decir que ninguno de los policías ni del personal del Parlamento fue atacado por los activistas, ni herido durante la acción.
P: ¿Por qué cree que la Policía no actúo durante las varias horas que los manifestantes emplearon en derribar las puertas?
R: Ellos debieron suponer que arrestarles dentro de la Cámara sería más fácil que fuera en la calle. Y que podrían tomar como objetivos a los más jóvenes. Fue realmente una suerte que los activistas pudiesen entrar en el Parlamento, ocuparlo durante tres horas y abandonarlo inmediatamente antes de que llegase la Policía a medianoche. Podría haber sido intencionado que los agentes no actuasen para criticar luego la violencia de los manifestantes, pero ellos esperaban detener a los activistas dentro, donde no tenían escape, ni vía de salida.
P: Quince personas han sido ya arrestadas hasta el momento, entre ellas una de 14 años, ¿cree que continuarán las detenciones?
R: Eso muestra que habrá detenciones masivas pronto y por eso las protestas continuarán para presionar al Gobierno. Si no hubiese más protestas en las próximas semanas, habría menos presión y sería mas fácil para el Gobierno arrestar a más gente.
P: ¿Apoya la manifestación de este domingo? ¿Quién la ha organizado?
R: Sí, la apoyo. El movimiento no tiene lideres porque, si los tuviera, Pekín los arrestaría inmediatamente. Es por eso que a mi me metieron en prisión el mes pasado y me sacaron hace tres semanas. Se organiza en foros de internet con iniciativas individuales. No podemos usar el método tradicional porque Hong Kong no es una ciudad democrática.
P: ¿Las manifestaciones pacíficas son suficientes o se necesitan otro tipo de acciones?
R: Necesitamos más acciones. 2 millones de personas han salido a las calles y eso es el 30 % de la población. Si en cualquier país, en España, en Alemania o en el Reino Unido se manifiesta el 30 % de la población el Gobierno tendría que escuchar a la gente. Pero en Hong Kong, Pekín y el Gobierno local continúan ignorándolo. Eso muestra que Hong Kong es una ciudad semiautoritaria y que necesitamos pedir elecciones libres, el jefe del Gobierno local no puede ser la marioneta de Pekín.
P: ¿Qué otro tipo de acciones serían necesarias entonces para conseguir sus objetivos?
R: El asalto al Parlamento es solo la plasmación del descontento de la gente, que no tiene confianza en el Gobierno ni en las instituciones. Solo la mitad de los 70 escaños del Consejo Legislativo de Hong Kong es elegida directamente, y la otra mitad está directamente controlada por Pekín. El campo democrático tiene siempre la mayoría de los votos y la minoría de los asientos.
Si todos los diputados del Legislativo fuesen elegidos democráticamente nadie lo habría asaltado, porque los diputados habrían rechazado fácilmente el proyecto de ley de extradición con sus votos. Pero el sistema hongkonés carece de democracia.
P: ¿Y cómo se puede cambiar esta situación?
R: Nos damos cuenta de que no es una batalla fácil. La promesa de “un país - dos sistemas” de Pekín y del Reino Unido cuando se traspasaron la soberanía en 1997 ha resultado ser la de un país y un sistema y medio. Pero hace dos meses ningún hongkonés o extranjero se hubiese imaginado que dos millones de personas saldrían a la calle.
Continuaremos nuestra lucha y nunca daremos un paso atrás, pese a la expansión de la influencia del presidente chino, Xi Jinping, no solo en China sino en Hong Kong y en el mundo entero.
P: ¿Cómo fue su tiempo en prisión?
R: Es duro describirlo, no sabes qué hora es, no es fácil, nos daban dos camisetas por semana y la celda era bastante sucia. No es fácil superarlo, pero la amenaza no puede derrotarme, sino hacerme más fuerte y apasionado en esta batalla.
P: China dice que los disturbios en Hong Kong están perjudicando gravemente a la economía de la ciudad al dañar su reputación internacional.
R: La ley de extradición sí que erosionaría fuertemente la libertad económica de Hong Kong, porque permitiría extraditar a hombres de negocios de Hong Kong a China. Hace unos años, el millonario chino Xiao Jianhua fue secuestrado en un hotel de Hong Kong y llevado a China. Las protestas no dañan la economía hongkonesa. Si la ley se aprueba, amenazará gravemente la libertad económica de Hong Kong y el mercado financiero de la ciudad, reconocido como el centro financiero de Asia.
P: ¿Qué opina de la decisión del Frente Civil de Derechos Humanos, que organizaba hasta ahora las manifestaciones, de concentrarse en las elecciones para los consejos de distrito de noviembre y las del Consejo Legislativo del próximo año?
R: Las elecciones son importantes, pero si yo quiero presentarme a las elecciones y Pekín no me deja hay un problema. Diputados elegidos democráticamente han sido descalificados por Pekín.
Incluso si Lam acepta mañana todas las peticiones de los manifestantes, tendrá que afrontar una crisis política en octubre, cuando concluya el plazo para registrarse a las elecciones de distrito. Estoy considerando presentarme y, si lo hago, ¿van a dejarme hacerlo? Creo que la gente saldrá de nuevo a la calle si ocurre eso.
Javier García