El escándalo derivado de las irregularidades académicas y tratos de favor en la Universidad Rey Juan Carlos, que ya investiga un juzgado de Madrid, no solo ha arruinado la carrera política de la expresidenta de Madrid Cristina Cifuentes y de la ministra socialista, Carmen Montón, también tiene efectos colaterales en una de las instituciones claves del Poder Judicial: el Tribunal Constitucional.
El magistrado Pedro González-Trevijano puede ver truncadas sus expectativas de convertirse en el nuevo presidente del Alto Tribunal, en la renovación prevista para finales de 2019. Según fuentes del Tribunal, el pasado de Trevijano al frente de la URJC durante los años en los que se sucedieron las irregularidades “le complican” sus aspiraciones de escalar hasta la cúspide del tribunal.
Aunque de momento su nombre se mantiene fuera del foco principal de la polémica y de la investigación en los juzgados, fue durante su mandato como rector (2002-2013) cuando se creó el polémico Instituto de Derecho Público que impulsó los másteres de Cifuentes, Casado y Montón. El magistrado no ha sido imputado por el tribunal que investiga las irregularidades, pero la sombra de la duda le ha perseguido hasta su centro de trabajo actual: El Tribunal Constitucional.
El nombre de Trevijano sonaba con fuerza como la opción más probable para presidir el TC en la renovación prevista para dentro de un año y medio. Calificado por sus compañeros como “dialogante y proclive al pacto”, el magistrado está identificado por sus vínculos con el Partido Popular, formación que hasta ahora tampoco discutía que la renovación de la presidencia del TC debería pasar indefectiblemente por su nombramiento.
“Se daba por hecho que el nuevo presidente iba a ser Trevijano pero todo esto se lo complica”, aseguran en el Tribunal.
Durante su etapa como rector de la URJC, Trevijano autorizó la puesta en marcha del Instituto que dirigió Enrique Álvarez Conde y que ahora se encuentra en el centro de las miradas periodistas y judiciales.
Álvarez Conde era uno de los principales rivales internos del hoy magistrado del TC en la universidad y la creación del polémico Instituto se consideró en la Rey Juan Carlos como parte del armisticio entre ambos. “Le dejó hacer y deshacer”, asegura un profesor consultado por este diario sobre el papel de Álvarez Conde, imputado hoy por graves delitos relacionados con su gestión en la universidad, en el departamento que organizó los cursos de doctorado plagados de irregularidades, de los que se beneficiaron Cifuentes, Casado y Montón.
La vinculación de Pedro González-Trevijano con el Partido Popular se dejó notar también en su etapa como rector. Durante su mandato la URJC acogió entre su personal a varios familiares directos de políticos del PP. Entre ellos se encuentran Isabel Ruiz-Gallardón, prima del exministro; Margarita Cifuentes Cuencas, hermana de la expresidenta madrileña; Isabel Mayor Bastida, sobrina del exministro Jaime Mayor Oreja o María del Mar Alarcón, cuñada del exconsejero de presidencia en la Comunidad de Madrid, Francisco Granados.
Profesores de la URJC aseguran que el magistrado “blindó” la universidad “llevando a gente influyente de distintos ámbitos” y vinculada a partidos políticos o sindicatos “tanto de izquierda como de derecha” con el fin de que “todos estuvieran contentos”.
La llegada de Trevijano al Constitucional se produjo en 2013 de la mano del Partido Popular. En la actualidad se encuentra en el grupo de magistrados que están en el último tercio de su mandato. Ese grupo es en donde tradicionalmente, busca el TC a los candidatos para ostentar la presidencia. A la espera de la evolución de las investigaciones en curso sobre los manejos de la Rey Juan Carlos, Trevijano se da por descartado para llegar al punto de destino por el que viene trabajando en los últimos años: la presidencia del TC.