Son jueces, abogados del Estado, empresarios... ejerciendo de diputados. Pese a sus extensas formaciones académicas y trayectorias profesionales, en sus facetas de parlamentarios insultan, gritan e interrumpen desde sus escaños sesión tras sesión. Los diputados más broncos de la XIII Legislatura son principalmente de PP y Vox, dos partidos que han hecho de la crispación su principal estrategia contra la izquierda y el Gobierno progresista de PSOE y Unidas Podemos al que desde su creación han considerado ilegítimo por sus pactos con fuerzas nacionalistas e independentistas, tildándolo públicamente de “socialcomunista” y, en ocasiones, de “proetarra”.
En los plenos de la Cámara Baja este pequeño pero ruidoso grupo de diputados trata de desestabilizar los debates elevando los decibelios de las descalificaciones siempre cuando intervienen parlamentarios del bloque de la investidura o miembros del Ejecutivo, forzando en ocasiones a la presidencia del Congreso a pedirles “respeto”, a llamarles al orden e incluso a decretar su expulsión.
Esto último le sucedió el pasado martes al diputado de Vox José María Sánchez García, juez de profesión y actualmente en servicios especiales para poder ejercer de parlamentario de Vox por Alicante. Nada más comenzar el Pleno y mientras se debatía el primer punto del orden del día –relativo a la admisión a trámite de una proposición de ley del PSOE para penalizar el acoso a las mujeres que acuden a las clínicas que practican interrupciones voluntarias del embarazo–, la diputada socialista que defendió la iniciativa, Laura Berja, tuvo que escuchar improperios de este y de otros diputados de Vox durante toda la intervención.
Según distintos parlamentarios que se encontraban cerca de la bancada de la extrema derecha, a Berja le lanzaron calificativos como “borracha, infanticida o mataniños”. Pero la presidencia del Congreso, ejercida en ese momento por el vicepresidente de la institución, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, solo escuchó nítidamente el “bruja” que le espetó Sánchez García a la parlamentaria socialista. El insulto desembocó en una enorme bronca en el hemiciclo. Y Gómez de Celis solicitó hasta en tres ocasiones al parlamentario de la extrema derecha que retirara su “grave” insulto.
El tercer expulsado de la democracia
Sánchez García se negó, por lo que el vicepresidente del Congreso, siguiendo lo que marca el reglamento de la Cámara, procedió a expulsarlo después de llamarle al orden en tres ocasiones. Tanto el diputado implicado como el resto de parlamentarios de Vox se insubordinaron ante la máxima autoridad de la Cámara Baja en un gesto inédito. Desde la restauración de la democracia, en 1975, nadie se había atrevido a tanto. Los otros dos diputados fueron expulsados del hemiciclo, Vicente Martínez Pujalte (PP), en 2006, y Gabriel Rufián (ERC), en 2018, acataron la decisión de la presidencia y se marcharon del Pleno.
El martes Sánchez García, sin embargo, no llegó a abandonar el hemiciclo. Contó para no hacerlo con el respaldo del portavoz de su grupo, Iván Espinosa de los Monteros, llamado después a capítulo por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que, en una reunión en su despacho, le recordó la obligación de acatar la autoridad de la presidencia. Todo después de que, ante la negativa de Sánchez García, Gómez de Celis decidiera suspender el Pleno durante diez minutos en los que se le vio hablar con Sánchez García y el resto de diputados de Vox en una suerte de negociación.
Una vez reanudada la sesión, el vicepresidente del Congreso volvió a reclamar al parlamentario de Vox que retirara su insulto y este, finalmente, accedió. “Retiro que la he llamado bruja”, admitió el parlamentario. A cambio, la máxima autoridad del Congreso le permitió seguir en la Cámara.
Tras este incidente Macarena Olona, también de Vox, otra de las diputadas más broncas del Congreso según explican a este diario fuentes de los distintos grupos parlamentarios, se encaró con una periodista por preguntarle por el insulto que había lanzado minutos antes su compañero de filas a la citada parlamentaria socialista. Olona, que en un primer momento pasaba de largo ante las preguntas de la prensa, se dio la vuelta segundos después y reprochó a la periodista con tono admonitorio si había hecho “la misma pregunta” cuando a ella, en otros plenos, le han llamado “fascista”. “¿Has hecho esta misma pregunta cuando a mí me han agredido en este Congreso llamándome fascista, a esta distancia, con riesgo de agresión?”, le espetaba, para a continuación insistir, en actitud desafiante: “Quiero una respuesta: ¿sí o no?”.
Una abogada del Estado que se encara con la prensa
“Te estoy haciendo una pregunta muy directa. ¿No quieres contestarme? Gracias, tu silencio es muy elocuente”, insistía Olona con visible hostilidad ante la defensa de la periodista, que, sin entrar al rifirrafe se limitó a recordar: “La periodista soy yo”. Olona presumió minutos después de ese enfrentamiento en las redes sociales. “Hoy se había expulsado ilegalmente a un Diputado del Congreso. No lo hemos permitido. Ante la aplicación arbitraria de la Ley ni un paso atrás. Y a quienes intentan desviar la atención de lo que ha ocurrido hoy, para taparlo, de frente. Ya está bien”, aseguraba en un mensaje en Twitter, acompañado del vídeo en el que se pudo ver encarándose con la periodista.
Olona es abogada del Estado –uno de los puestos de mayor rango de la administración– y se licenció en Derecho en la Universidad de Alicante con premio extraordinario. Desde su estreno como diputada, en 2019, ha sido la protagonista de numerosas trifulcas en el Parlamento y, según las quejas de diputados de otros partidos, la parlamentaria de Vox grita, interrumpe y descalifica desde su escaño prácticamente todas las intervenciones de miembros del Gobierno.
En octubre de 2019, en plena campaña de las generales del 20N, Batet la acabó expulsando de una Diputación Permanente por reclamar a gritos que se declarara el estado de excepción en Catalunya, un punto que no estaba en el orden del día de la sesión, y tras ser llamada al orden en tres ocasiones. El pasado junio Olona insultó a la diputada de ERC María Carvalho mientras esta pasaba a su lado tras intervenir en el atril del hemiciclo. La parlamentaria republicana, visiblemente enfadada, llamó a la diputada de Vox “fascista”, en un episodio que Olona recordó el pasado martes, durante su enfrentamiento con la periodista en los pasillos de la cámara para recriminar a la redactora que no hubiese preguntado por ese incidente que Olona calificó de “agresión”.
Los diputados de las derechas consultados por este diario citan a Carvalho como una de las parlamentarias más broncas de la bancada de la izquierda, aunque también nombran a Txema Guijarro (Unidas Podemos) o José Zaragoza (PSOE). La diputada de Vox Mireia Borrás dijo en comisión que Federico García Lorca “hoy votaría a Vox” porque “el poeta amaba España”. Txema Guijarro, gritó: “¡Si lo matasteis vosotros!”. La presidencia le pidió que retirase la afirmación, pero el diputado de Unidas Podemos se negó.
La pelea de la silla
Parlamentarios de todo el espectro político coinciden sin embargo en señalar a Víctor Sánchez del Real y Luis Gestoso de Miguel, ambos de Vox, como los diputados que más gritan e insultan desde sus escaños. El primero es empresario y consultor de Comunicación y esta semana protagonizó otro tenso episodio en la Cámara Baja cuando el jueves, mientras criticaba la política de cooperación del Gobierno en Afganistán, enseñó un burka en el atril del Congreso. *
Gestoso de Miguel, empresario murciano, al que diputados de otros partidos que se sientan cerca de su escaño también responsabilizan de numerosos insultos en cada uno de los plenos de la Cámara Baja, protagonizó un duro enfrentamiento a “golpes y empujones”, explican fuentes parlamentarias, en la primera sesión de la legislatura, en diciembre de 2019, con el ya exdiputado de Ciudadanos Marcos de Quinto. El choque se produjo por el escaño en el que quisieron sentarse ambos diputados en aquel Pleno en el que aún no estaban decididas las ubicaciones definitivas de cada grupo parlamentario.
Este mismo diputado de Vox ha utilizado las redes para llamar “payaso” o “indeseable” a diputados de Unidas Podemos y, en un tuit, el pasado diciembre, se dirigió a Joan Baldoví, de Compromís, con los siguientes términos: “Debías usar la balleta (sic) con la que limpias el tafanario de Sánchez, cada vez que subes al estrado, para darte con ella con jabón”.
Los parlamentarios consultados sostienen que en el ránking de los diputados más broncos del PP está Pablo Hispán, que fue jefe de Gabinete del líder de su partido, Pablo Casado, hasta el pasado mayo, y que actualmente se encarga del área de internacional del partido que supervisará los fondos de reconstrucción europeos, y también ocupará la Portavocía adjunta de Exteriores en el Grupo Parlamentario Popular. Diputado por Granada, Hispán es doctor en Historia Contemporánea y profesor de la Universidad San Pablo CEU de Madrid. “Señor Hispán, le ruego silencio”, suele repetir prácticamente cada semana la presidenta del Congreso ante los constantes gritos y descalificaciones que el parlamentario popular dedica a ministros o portavoces de la izquierda.
El pasado julio, Hispán protagonizó un duro choque con la portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, cuando ésta intervenía en la Diputación Permanente del Congreso y recordaba el acto del PP en el que el exministro franquista Ignacio Camuñas justificó el golpe de Estado de 1936. Hispán gritó y trató de interrumpir a la parlamentaria independentista, y Batet terminó pidiéndole “silencio y respeto”.
En enero de 2020, cuando durante su discurso de investidura Pedro Sánchez recordó que “Zapatero y Rubalcaba acabaron con ETA”, quien estalló lanzando todo tipo de gritos fue la diputada del PP Teresa Jiménez Becerril, otra habitual de las descalificaciones y las interrupciones en los plenos del Congreso, sobre todo cuando intervienen parlamentarios independentistas. Aquel día Jiménez Becerril, periodista, empresaria y hermana y cuñada de dos asesinados por ETA, que no estaba en el uso de la palabra, obligó a Sánchez a parar su discurso puesta en pie y señalando a los diputados de EH Bildu asegurando a gritos que “ETA no está acabada, ahí están”.
En los escaños del PP también se sienta Mario Garcés, jurista, académico y escritor, que según distintos diputados consultados por este diario hay plenos en los que mantiene la compostura y otros en los que se convierte en uno de los parlamentarios más agresivos, interrumpiendo y gritando a destajo a sus rivales políticos. El pasado noviembre, cuando el Congreso debatía la Ley Celaá, él fue uno de los instigadores de un incidente.
Mientras intervenía una diputada del PSOE, Garcés le profirió numerosos ataques desde su escaño y, cuando aún no había terminado, se puso en pie e hizo gestos a sus compañeros de filas para que se pusieran a gritar “libertad, libertad”, en contra de la ley educativa del Gobierno. También son constantes las ocasiones en las que Batet le llama la atención a este parlamentario popular durante los plenos.
Otra de las diputadas del PP que grita, interrumpe y, cuando toma la palabra, lo hace con un tono muy áspero, es la diputada por Ourense Ana Belén Vázquez. En octubre triunfó entre los sectores más derechistas de su partido, e incluso entre miembros y simpatizantes de Vox, al despacharse en Twitter contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, que había colgado una noticia referida a la sentencia de la Gürtel. “Hablo de P... la tacones!!”, tecleó Vázquez Blanco. Lo hacía apenas unas horas después de pronunciar un desaforado discurso contra el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al que acusó de “olvidar a aquellos que juraron dar la vida por España”.
Vázquez Blanco, portavoz de Interior, medra políticamente a la sombra de los Baltar, la familia que gobierna la Diputación Provincial de Ourense desde 1987, primero el padre, José Luís, y ahora el hijo, Manuel. Es inspectora de la Policía Nacional –aunque nunca ejerció– y en su labor parlamentaria se erige en la valedora más ardiente de las fuerzas de seguridad del Estado. En junio de 2020, Vázquez fue una de las diputadas del PP que profirió numerosos insultos contra la exministra socialista María Luisa Carcedo, durante un Pleno en el que ésta había defendido el Ingreso Mínimo Vital.
Ante el aluvión de descalificaciones, la entonces portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, tomó la palabra: “Por una cuestión de orden, llevamos toda la sesión aguantando a la bancada popular. Pero ya los insultos a la exministra Carcedo desde la bancada popular son algo inaceptable. Le pido a la señora Vázquez —en referencia a Ana Belén Vázquez— y a todos los demás, que llevan 20 minutos insultando a esta bancada, y sobre todo a la exministra Carcedo, al menos que lo retiren y se disculpen”. Vázquez, además de atacante también ha sido víctimas de insultos. El mismo diputado de Vox José María Sánchez García que esta semana llamó “bruja” a una parlamentaria del PSOE se refirió a la dirigente del PP gallego como “gallega chillona”.
*FE DE ERRORES: En la primera versión de este artículo se explicaba que varios diputados consultados por este diario aseguraron que el martes Sánchez del Real estuvo en el Pleno del Congreso y que insultó a una diputada socialista, pero este domingo el diputado ha negado a través de Twitter que asistiera a la sesión en ese momento porque estaba “a kilómetros” del hemiciclo