La Junta de Castilla y León gastó 93 millones en la ilegalizada Ciudad del Medio Ambiente y quiere invertir 20 más
La Junta de Castilla y León gastó 93 millones de euros en el planeamiento, consultoría y planificación de lo que pretendía ser la 'Ciudad del Medio Ambiente', un proyecto residencial de lujo de 800 viviendas en Soto de Garray (Soria) que incluía un polígono industrial, parques y hasta una escuela de equitación en suelo no urbanizable y especialmente protegido. Lo hizo tramitando una ley 'ad hoc' que permitía sortear barreras legales.
En diciembre de 2013, seis años después de la aprobación de la 'Ley de la Ciudad del Medio Ambiente', el Tribunal Constitucional estableció que esa ley no era “una medida razonable ni proporcionada”. El TC dictó que se había vulnerado el derecho fundamental a la tutela judicial recogido en el artículo 24.1 de la Constitución “al impedir el acceso al control judicial de derechos e intereses legítimos afectados y eliminar la posibilidad de un control judicial de la misma intensidad que hubieran podido realizar los tribunales de la Jurisdicción Contencioso-administrativa, si el proyecto se hubiera aprobado por reglamento”.
En 2014, un juzgado de lo Contencioso Administrativo de Soria ordenó el derribo de lo que se había convertido en el icono del proyecto, las 'Cúpulas de la Energía', un conjunto de edificaciones con forma de gajos sin un destino claro. La Junta de Castilla y León recurrió y presentó ante el Tribunal Superior de Justicia una alternativa que consiste en convertir la enorme urbanización en un polígono industrial. Pero los 93 millones se quedan cortos para el remiendo.
El 2 de marzo de 2015, el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publicó el 'Proyecto Regional Parque Empresarial del Medio Ambiente'. A lo largo de 51 páginas desgrana cómos y porqués, y aporta un presupuesto: esquivar la sentencia de derribo y hacer legal lo ilegal supone sumar otros 20,4 millones de euros. Justifica además que la demolición “supondría la necesidad de un fuerte aporte económico complementario estimado en 29 millones de euros”, aunque en este caso no desglosa ningún presupuesto.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León han adelantado a eldiario.es que la Sala de lo Contencioso -Administrativo se pronunciará “en las primeras semanas de enero”.
En octubre pasado, y tras una pregunta del portavoz de Podemos en las Cortes de Castilla y León, Pablo Fernández, en la que le recriminaba los 93 millones invertidos hasta la fecha, Herrera insistía en respaldar lo que tumban los tribunales. “Este proyecto ya está determinando inversiones privadas que crean riqueza y que crean empleo, por lo tanto yo le llamo a que colabore con nosotros, a no ponerle piedras a un proyecto que puede generar actividad económica, que puede generar empleo y que, por tanto, es susceptible de ser apoyado desde lo público”, le respondía.
Fernández calificó su respuesta de “infame” y lo hizo con datos: “ No hay ninguna empresa en el parque empresarial del medio ambiente. Hay una empresa de flores, es verdad, pero está fuera de ese parque. Estudie más”.
3.000 pinos negros de más de 30 años
El parque, urbanización, o polígono se encuentra paralizado en la actualidad, pero no se ha producido una sola dimisión. El que fuera consejero de Medio Ambiente, Carlos Fernández Carriedo, es hoy el portavoz parlamentario del PP. El proyecto nunca le hizo dar un paso atrás a pesar de que las denuncias de los grupos ecologistas no cesaban.
La Ciudad del Medio Ambiente se cobijaba bajo el paraguas de las energías renovables, de lo sostenible. Paradójicamente, la urbanización era de todo menos respetuosa con el medio ambiente. La Asociación Soriana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza (ASDEN) dio la voz de alerta: el enclave escogido era un espacio protegido. Aunque la primera piedra se puso en 2010, Asden advirtió continuamente.
En 2009 las máquinas arrasaron más de 3.000 pinos negros de más de 30 años. Casi fue la más leve de las actuaciones. Poco después decidieron denunciar ante la Fiscalía de Soria la retirada “de todos los nidos de cigüeña blanca y destrucción de algunos, de la segunda colonia de la especie en la provincia de Soria (46 parejas)”, la destrucción de las construcciones en las que se asentaban, edificios de la Guerra Civil que formaban parte del aeródromo militar de Garray (trincheras, casas, barracones). De allí salieron parte de los aviones que bombardearon Gernika. Pero es que además, pese a las continuas advertencias de Asden, que constató incluso el desvío del cauce de un arroyo, la Ciudad del Medio Ambiente se asentó en terreno inundable.
La propia naturaleza dio la razón a los ecologistas: en 2013 las aguas del Duero llegaron hasta apenas medio metro de la cúpula de la energía. En febrero de este mismo año, volvió a ocurrir. La 'ciudad', de la que sobresalen las cúpulas de hormigón y poco más, espera el fallo del TSJ que la dotará de un nuevo uso y la convertirá en el polígono más caro de Castilla y León (a los 93 millones se sumarán otros 20,4), o acabará con ella para siempre sepultando la inversión de los 93 millones más los 29 que costará su derribo.