El Gobierno de Kosovo advirtió hoy de que si la UE no cierra este año el proceso de liberalización de visados para este pequeño país balcánico, decenas de miles de kosovares podrían emigrar ilegalmente hacia Europa cansados de ser tratados como “ciudadanos de segunda categoría”.
“La gente empieza a perder fe en el proyecto de la Unión Europea” (UE), alertó hoy el ministro de Integración Europea, Bekim Collaku, en un encuentro con un grupo de periodistas extranjeros en Pristina.
El ministro criticó que el país, que declaró su independencia de forma unilateral de Serbia en 2008, es el único de los Balcanes cuyos ciudadanos aún necesitan visado para viajar a la UE, un permiso que, dijo, tarda mucho y es difícil de obtener.
Collaku recordó que a finales de 2014 y principios de 2015 unos 70.000 kosovares abandonaron el país para tratar de pedir asilo en países comunitarios, especialmente Alemania.
Ahora, dijo, la situación está controlada porque el Gobierno ha explicado a sus ciudadanos que no tienen ninguna oportunidad de recibir asilo en la UE.
Es que Kosovo está considerado como país seguro, y las autoridades kosovares han prometido que la liberalización de visados llegará pronto y que no merece la pena emigrar ilegalmente.
“Por eso la gente espera y espera pacientemente. Pero si este año no ocurre (la liberación) no vamos a ver a 100.000, sino a 200.000 kosovares abandonando el país de nuevo”, alertó.
Aunque insistió en que este es el peor escenario posible y una situación hipotética que no cree se produzca, advirtió de que “el aislamiento no puede durar para siempre”.
Bruselas y los socios de la UE, especialmente Francia y Alemania (que recibieron a muchos kosovares) deben entender esto, agregó.
“Nos consideramos los europeos más jóvenes y no estamos siendo tratados en absoluto como europeos”, criticó el ministro y advirtió de que su país no puede ser un “daño colateral” de la crisis de los refugiados que sufre Europa.