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Philippe Haim Solomon se había esfumado. Cuando la Policía Municipal de Madrid pidió ayuda a la Metropolitana de Nueva York sobre el paradero del empresario y la sede de su sociedad Sinclair & Wilde, el tipo no había dejado rastro y la dirección facilitada era una suerte de buzón. En esta ocasión, a diferencia de lo ocurrido con Luis Medina y Alberto Luceño, el Ayuntamiento de Madrid había denunciado una estafa de 1,2 millones de dólares gastados en medio millón de mascarillas que no servían para nada. Sus certificados eran falsos. Pero la imposibilidad de localizar al culpable provocó el archivo provisional del caso. Hasta que el Servicio de Inmigración estadounidense dio la pista: Madrid debía olvidarse de Philippe Haim Solomon y buscar en Reino Unido a otro Philippe. A Philippe Victor Chain Hababou. Aunque fueran la misma persona.
A través del caso mascarillas de Medina y Luceño había trascendido un informe de la Policía Municipal sobre otra presunta estafa, la cometida por un comisionista estadounidense, un tal Phillippe Haim Solomon. Fueron 500.000 mascarillas por valor de 2,5 millones de euros en una compra en la que los agentes locales detectaron posibles delitos contra la propiedad industrial, estafa y contra los derechos de los consumidores. El Ayuntamiento de Madrid llegó a pagar 1.250.000 euros desde la funeraria pública que nunca recuperó.
El informe añadía: “Tanto los fabricantes como el importador ha ofertado las mascarillas realizando indicaciones que no se corresponden con los mismos habiendo generado un perjuicio grave tanto a la Administración como finalmente a los usuarios finales”. Esto es, el Ayuntamiento compró bajo engaño otras mascarillas distintas a las que había solicitado. Como ocurrió con los guantes de Luceño y Medina.
El informe de la Policía Municipal, fechado el 5 de marzo de 2021, se adjuntó a una denuncia que se remitió a los juzgados de Plaza de Castilla. El Juzgado de Instrucción número 30 de Madrid abrió unas diligencias previas, pero la imposibilidad de localizar a Philippe Heim Solomon hicieron creer al juez que la identidad era falsa y, sin autor conocido, no había caso, por lo que archivó provisionalmente las actuaciones.
Hasta que el 12 de abril pasado, otro atestado de la Policía Municipal abría una nueva línea de investigación. Los agentes locales informaban al juez Jorge Israel Bartolomé Moriano que la oficial de enlace de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos les había informado que Philippe Haim Solomon “utiliza habitualmente otra identidad, siendo esta Philippe Victor Chain Hababou”, según recoge el nuevo informe, al que ha tenido acceso elDiario.es.
Philippe Haim Solomon tiene 77 años y está casado con Luba Hababou, de quien ha tomado prestado el apellido. Philippe es un viejo conocido de las autoridades estadounidenses: fue detenido el 23 de diciembre de 1998 por la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de ese país por blanqueo de capitales y robo de cheques. Después fue extraditado a Francia porque esa es su verdadera nacionalidad.
Inmigración de los Estados Unidos facilitaba también a la Policía Municipal de Madrid la dirección actual en Inglaterra del presunto estafador y su empresa, Sinclair & Wilde. Y que antes de la pandemia, a Philippe no le iba nada mal. El 16 de octubre de 2018 viajó en vuelo privado a Marrakech en compañía de otras dos personas de nacionalidad francesa y estadounidense.
Ahora el juez Jorge Israel Bartolomé Moriano ha ordenado la reapertura de la causa y ha abierto otro nuevo frente al Ayuntamiento, que deberá informar en quince días de “toda la documentación relativa a la contratación de la partida de mascarillas objeto de la investigación”. Entre esa documentación, el Consistorio de José Luis Martínez Almeida debe incluir: correos electrónicos o comunicaciones similares –con sus traducciones al castellano– intercambiados en la gestación de la operación, negociación, concreción de dic ha operación, o reclamaciones ulteriores; contrato formalizado y actuaciones de control por parte de la intervención municipal u otros organismos internos o externos“.
Infolibre localizó al empresario francés de procedencia isaraelí, quien asegura que “en absoluto” se encuentra “escondido” de la justicia. Según declaró, toda la operación fue legal y nadie cobró comisiones.
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