El líder del PSOE de Ceuta, Juan Gutiérrez, ha puesto fin este viernes a su carrera política con su dimisión como secretario general del partido en la ciudad autónoma. Lo ha hecho tras sentirse “traicionado” por su grupo parlamentario, clave para garantizar la estabilidad del Gobierno local de Juan Vivas (PP), y entre mutuas acusaciones de corrupción con cinco de los seis diputados socialistas en la Asamblea autonómica.
La Ejecutiva Federal, que durante la última semana ha escuchado en Madrid las versiones sobre el enfrentamiento interno de los parlamentarios y de la delegada del Gobierno y secretaria de Organización del partido en la ciudad, Cristina Pérez, deberá nombrar ahora una Comisión Gestora para pilotar la sucesión del líder aclamado hace apenas dos años y medio, que fracasó primero en su intento de ganar a Vivas en las urnas y después en su empeño por gobernar en coalición con el PP.
La llamada de la Secretaría de Organización de Santos Cerdán a “entenderse” no ha tenido éxito y el partido ha vuelto a implosionar como en 2007, cuando solo contaba con dos de los 25 escaños de la Cámara regional, en la que ahora es el primer grupo de la oposición y donde sostiene al Ejecutivo local desde 2020.
“Es la hora de retirarse”
“Ha llegado el momento de mi familia, de recuperar tiempo para mi mujer e hijos que tanto me han apoyado en esta etapa de mi vida”, ha argumentado Gutiérrez en su carta de renuncia. “Cuando uno entiende que el liderazgo se ha debilitado y pueden existir otras personas que puedan abanderar mejor unas siglas es la hora de retirarse. Y ese momento ha llegado para mí”, añade el ya expolítico, que hace un mes renunció a su acta como diputado tras quedar incurso en causa de incompatibilidad con la municipalización del servicio de limpieza viaria, del que es encargado general.
Gutiérrez, que ha duplicado la militancia del PSOE de Ceuta hasta superar los 400 afiliados gracias a su extraordinario tirón como sindicalista, constató a principios de marzo que ya no controlaba ni el grupo parlamentario que había formado en aluvión. Cuatro de sus cinco compañeros (Melchor León, su vicesecretario general; Navil Rahal, Hanan Ahmed y Sebastián Guerrero) se negaron a abstenerse en la votación sobre la asunción de la gestión directa por parte de la administración de la recogida de basuras y se inclinaron por votar a favor.
Ese choque ha hecho aflorar un cruce de acusaciones de corrupción: el entorno del ya exsecretario general reprocha a los díscolos haberse “vendido” al PP por contratos y colocaciones de allegados mientras que estos afean a Gutiérrez haber entregado el partido al lobby de la basura con intereses espurios. En ese marco ha sido imposible un relevo de liderazgo como el efectuado en Melilla, donde la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, ha tomado las riendas del partido con la secretaria general saliente, Gloria Rojas, todavía al timón.
El PSOE sigue siendo clave para la gobernabilidad
Con seis escaños en la Asamblea, el PSOE de Ceuta sigue siendo clave para asegurar la gobernabilidad de la ciudad: el PP de Vivas, que cuenta con sus nueve diputados y los tres localistas del MDyC, ha descartado cualquier acuerdo con Vox (5) y no se entiende con los autonomistas de izquierda de Ceuta Ya! (2).
Casi 17 años después de su última refundación, los socialistas caballas, en los que Gutiérrez parecía haber puesto paz tras décadas de refriegas cainitas, se asoma a unas primarias a las que se presume que se postulará un representante de los diputados autonómicos (presumiblemente Melchor León), la delegada del Gobierno o alguien de su entorno más cercano (su jefe de Gabinete, Rafael García, o su asesor Gonzalo Sanz) y algún miembro de la vieja guardia de las familias históricas (Miaja, Pérez Triano, Núñez...) orillada los últimos dos años.
“He tenido el orgullo de ser el secretario general de un partido al que me honra haber servido durante estos años con la total seguridad de que el futuro pasa por el socialismo y su inmensa y contrastada capacidad de generar sociedades libres cuyo primordial objetivo es la lucha por la desaparición de las desigualdades entre unos y otros”, se ha despedido Gutiérrez de un PSOE en el que una cuarta facción aboga por “abrirlo de verdad” para dar cabida en su seno al localismo progresista de electorado eminentemente musulmán imprescindible para superar al PP y cuyo voto solo es capaz de captar en elecciones generales.