Políticos y activistas se han reunido este lunes para debatir acerca del auge de las políticas de extrema derecha y sobre las formas de combatirlas. El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias; Alberto Garzón, coordinador federal de Izquierda Unida; la activista de Ecologistas en Acción Yayo Herrero, el eurodiputado de Podemos Miguel Urbán; Sol Sánchez, exdiputada de Izquierda Unida; y la profesora de Filosofía Política María Eugenia Rodríguez Palop han tomado parte del encuentro. A través de la etiqueta “De Trump a Le Pen”, se han puesto encima de la mesa los motivos por los que la izquierda no está siendo capaz de frenar los “movimientos neofacistas” que han surgido con fuerza en los últimos tiempos y, mucho menos, ganarlos en las urnas.
La primera ponente que ha tomado la palabra ha sido la profesora de Filosofía Política María Eugenia Rodríguez Palop. “Los partidos de extrema derecha ofrecen ante las crisis lo que muchos piensan que son soluciones”, ha asegurado, poniendo como ejemplo la presentación de estas nuevas formaciones como “partidos de la ley y el orden frente la inseguridad ciudadana” y la defensa del proteccionismo comercial como respuesta a la falta de bienestar social.
“A lo mejor tenemos que pensar en nacionalizar ciertos sectores, poner en duda el concepto de propiedad privada como derecho fundamental, domesticar esos mercados bestializados que nos han hundido”, ha sugerido Palop. Sin embargo, para frenar el ascenso de las políticas neofascistas en Europa, ha dicho, es crucial crear identidad. “No se puede hablar de democracia sin hablar de identidad y de relato común, nosotros tenemos que redistribuir pero también tenemos que hacer comunidad porque ese es el sistema nervioso de la política de izquierdas”, ha afirmado.
La exdiputada de Izquierda Unida Sol Sánchez ha comenzado su intervención refiriéndose al matiz lingüístico en la lucha contra la extrema derecha. “Cuando vas a los medios de comunicación de masas más habituales, ya no se habla de extrema derecha o de fascismo, se habla de populismos de izquierdas y populismos de derechas”. Según la militante de Attac, a consecuencia de esta concepción de la política actual, se acaba hablando de las formas y no de los proyectos, sin llegar nunca a lo importante.
Para Miguel Urbán, eurodiputado de Podemos, el origen de esta tendencia política a nivel global tiene su origen en la revolución conservadora de Margaret Tatcher en el Reino Unido. Según Urbán, el “extremo centro” que se crea después de esa revolución con Tony Blair es el que va eliminando las bases de la socialdemocracia.
“Los partidos socialistas se van convirtiendo en 'instituciones zombis' porque dejan de representar el espacio político y los intereses de clase para los que nacieron”, ha contado el eurodiputado, asegurando que ese vacío creado por los antiguos partidos socialistas ha sido ocupado por otras fuerzas, en muchos casos, de extrema derecha. Además, ha explicado que Unidos Podemos y Trump, según esta teoría, son diferentes soluciones al mismo problema.
Yayo Herrero ha puesto el foco en el desarrollo sostenible y el “ecofascismo” que, según ella, ya existe. Según la activista de Ecologistas en Acción, el triunfo de la extrema derecha tiene mucho que ver con los recursos materiales de los que disponemos. “Cuando dicen 'no cabemos todos' es verdad. Con esta lógica de consumo y con esta lógica de vida no cabemos todos”, así, ha enunciado, la extrema derecha toma un discurso en el que se hace fuerte porque responde a una realidad. La solución por la izquierda, según Herrero, es tomar la crisis sistémica desde la perspectiva de la derecha y plantear el siguiente mensaje: “Sí que cabemos todos pero con un sistema totalmente distinto y otra lógica del reparto”.
Ha sido Alberto Garzón, coordinador federal de Izquierda Unida, quien ha dado una explicación más económica al auge de la extrema derecha en el mundo occidental. Apoyándose en un gráfico, ha expuesto que los perdedores de la globalización son las clases medias europeas. Los trabajadores de las multinacionales que han tenido que transformarse durante la globalización, según Garzón, han sido los verdaderos perdedores del proceso y son sus hijos e hijas, que carecen del entramado productivo que sí tenían sus padres, los que ahora votan a candidatos de corte pseudofascista, como por ejemplo, Marine Le Pen.
Entre las soluciones que vislumbra el economista, la fundamental pasa por la política en el sentido práctico de la palabra. “Creo que necesitamos una izquierda radical, que vaya a la raíz de las cosas, todo lo demás son parches”, ha declarado. En ese sentido, el líder de IU ha apuntado a el camino está en “elevar la rabia a compromiso político, desviar la rabia que ha sido canalizada hacia un discurso xenófobo hacia valores distintos”.
Más tarde, ha invitado a cuestionar por qué el discurso de Unidos Podemos no termina de convencer. “Solo el 13% de los parados votan a Unidos Podemos, el 20% de la gente que no tiene nada vota a Ciudadanos”, ha asegurado. “Hemos llegado a Lavapiés y nos hemos dejado Vallecas”, ha llegado a exponer, en un guiño al ámbito político madrileño.
En último lugar ha tomado la palabra el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que ha apelado a la lucha por el concepto de “pueblo” como eje central de la política. “En estos momentos de excepcionalidad, que algunos llamarán populistas, se produce una dicotomía entre las élites y quien se considera pueblo”, ha referido el líder de la formación morada. Así ha explicado la victoria de Trump en Estados Unidos, “la definición de pueblo es una definición completamente abierta y la puede ganar cualquiera”, ha asegurado.
En cuanto a los retos a los que se enfrenta la izquierda, Iglesias ha aludido a la diferencia entre la posición de clase y la conciencia de clase. “La gente no vota por su posición de clase, ya nos gustaría los marxistas eso... La gente vota por identidad”, ha dicho, asegurando que el desafío de Unidos Podemos consiste en “ser trasversales sin dejar de ser radicales”.
El líder de Podemos también ha hablado de “feminizar la política”, mediante asociaciones culturales o medios de comunicación alternativos y así, “formar parte de una sociedad que te protege”.
VÍDEO | El debate completo “De Trump a Le Pen”