Gaspar Llamazares, coordinador general de Izquierda Unida entre 2000 y 2008 y actual diputado autonómico en Asturias, pone fecha de caducidad a su “lealtad” a Izquierda Unida. Un día después de que eldiario.es adelantase que la plataforma Actúa –que comparte con el exjuez Baltasar Garzón, la economista Lina Gálvez e importantes personalidades de la izquierda como el magistrado emérito del Tribunal Supremo, José Antonio Martín Pallín– se ha registrado como partido político, advierte de que su continuidad en IU no está ni mucho menos garantizada. “Si IU sigue haciéndose el harakiri, yo no tengo que tener lealtad a un partido que no quiere seguir existiendo”, asegura durante la entrevista.
Llamazares subraya que la decisión de que Actúa se constituya en marca electoral se tomará antes de las europeas y dependerá del grado de aceptación que tengan sus propuestas y sobre todo de que los partidos de izquierdas exhiban una verdadera unidad de acción para desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa.
Frente a la tesis de que otra formación más compitiendo en el mismo espacio político añadirá división al electorado, defiende lo contrario: puede servir para movilizar a los desencantados que echan de menos el papel que jugaba Izquierda Unida antes de coaligarse con Podemos.
Han registrado un partido en el Ministerio del Interior de manera preventiva para que nadie se arrogue el nombre de Actúa. ¿Cuándo tomarán la decisión sobre si la plataforma debe dar el salto a la competición electoral?
Ahora es totalmente prematuro, la plataforma tendrá que ver cómo evoluciona su puesta en marcha y su extensión. Está iniciando sus trabajos, y deberá ser muy sensible a la evolución de la izquierda. Hasta 2019 no preveo que haya grandes decisiones en relación a la transformación de la plataforma. Ahora mismo tiene trabajo suficiente por hacer el próximo año y medio. No preveo decisiones de ese tipo a corto plazo. Si hubiera que poner una fecha, yo diría finales de 2018, principios de 2019.
Para que dé tiempo a acudir a las europeas.
Claro, es que el debate tiene que ver con si hay o no vocación electoral, pero eso no se ha decidido. Llevamos un tiempo trabajando juntos, tenemos puntos de encuentro que hicimos públicos en la presentación de la plataforma. Ahora hay un trabajo por hacer, primero de extensión de la plataforma y luego de planteamientos ante otras organizaciones sociales y políticas. La plataforma tendrá que analizar la sensibilidad social que hay respecto a sus iniciativas y por otra parte, tener en cuenta la evolución de la izquierda. No es la misma situación la que había antes de las primarias del PSOE que la que puede haber después de la moción de censura. Hemos visto con agrado que se despejasen las confrontaciones de la izquierda y se haya iniciado un camino de diálogo.
¿La decisión de registrar el partido, que se formalizó la primera semana de agosto, se adoptó antes de las primarias del PSOE y de la moción de censura?
Cuando nosotros presentamos la campaña y la plataforma [la pasada primavera], ya teníamos la idea de su registro, como asociación o partido dependiendo de qué garantizase más la identidad de la marca. En las últimas semanas hemos estado viendo la fórmula más favorable para respaldar la marca y nos han comentado que era más efectiva la de partido político. Además esto previene contra alguien que pueda utilizar la marca en el debate político. Es un registro instrumental, se hace para preservar la marca, y es preventivo: nosotros no podemos prejuzgar que alguien quiera tomar esa marca ni lo que sea el futuro de la plataforma. Hay componentes de Actúa que son partidarios de la transformación en partido, como algunos representantes de Convocatoria Cívica.
¿Esa voluntad de convertir la plataforma en partido político no es unánime, pese a que ya se registró en el Ministerio del Interior?
No, es una sensibilidad de algunos, nosotros ya somos partido, Izquierda Abierta. Ese problema lo puede tener Convocatoria Cívica, que es una asociación. Nosotros somos ya un partido, algunos estamos dentro de Izquierda Unida y otros componentes de Izquierda Abierta, no. Incluso hay otros que han sido excluidos de Izquierda Unida, como es el caso de la organización en el País Vasco y demás.
Asegura que las condiciones para que la plataforma derive en un partido dependen del grado de aceptación que tenga en la sociedad y de la deriva del resto de formaciones de izquierdas. ¿Hacia donde deberían evolucionar esos partidos para que Actúa no entre en la competición electoral?
Debería darse un escenario de mayor diálogo y acuerdo en la izquierda para consolidar una alternativa al PP y también debería garantizarse la representación del espacio político que ocupaba Izquierda Unida antes de Unidos Podemos y que nosotros creemos que no está representado. Esas serían las dos razones fundamentales.
¿Si no se dan esos condicionantes, Actúa irrumpiría en el escenario político para competir con IU y Podemos o para integrarse y formar parte de su oferta electoral?
Ese debate no lo tenemos cerrado. Actúa podría ser una coalición de izquierda abierta y de convocatoria cívica y podría presentarse como tal, ir a una forma de partido o presentarse en una alianza. No sé por qué hemos de dar respuesta a algo a lo que no ha respondido ni Podemos, ni Izquierda Unida, ni siquiera el PSOE. IU no sabe si en las próximas convocatorias estará en candidaturas unitarias como Ganemos, Somos y demás... o irá de manera diferenciada como en Asturias, donde tenemos grupo diferenciado. Eso no está predeterminado para nadie, ni siquiera para el PSOE, tal y como está la situación de fluida en los partidos. Por eso nosotros no tenemos que adelantarnos a otras formaciones políticas, podemos marcarnos nuestro calendario. Nuestra prioridad es desplegar Actúa como plataforma cívica de intervención y debate político y ver cómo se reciben nuestras propuestas.
De momento es una plataforma pero ha lanzado críticas muy severas a Izquierda Unida, donde usted sigue militando, y a Podemos, a los que casi responsabiliza de que gobierne Mariano Rajoy.
Hombre, Actúa ha repartido responsabilidades. No nos cabe duda de que la principal responsabilidad la tiene el Partido Socialista y su dirección, que estableció unas limitaciones insalvables, pero tampoco desconocemos la corresponsabilidad por la actitud que ha mantenido Podemos y que ha sido muy poco favorable al diálogo y al acuerdo. Esa fue la razón de que nosotros defendiésemos en las primeras elecciones [las generales de diciembre de 2015] la posición diferenciada de IU y que después defendiésemos un acuerdo amplio de izquierdas. Y no el pulso que tuvo lugar en la izquierda, que terminó con una mayor influencia electoral del PP y con la continuidad de Rajoy.
¿Entiende las críticas de compañeros de Izquierda Unida que ven como una deslealtad que se registrase este partido sin que usted les informase de ello?
No, no lo entiendo así. A mí tampoco me informaron del registro de Unidos Podemos como partido. Y el argumento fue el mismo: se nos dijo que era un registro de carácter instrumental para evitar que alguien se apropiase de la marca. No veo esa crítica. La lealtad a Izquierda Unida la mantengo hasta el final de la legislatura, más allá del final de legislatura y sobre todo si Izquierda Unida se hace el harakiri, yo no tengo que tener lealtad a algo que no quiere seguir existiendo. Yo, la lealtad la mantengo hasta final de legislatura. Ese es mi compromiso.
¿Hasta el final de la legislatura que arrancó en 2016?
Sí, ese es mi compromiso.
Dos de los cuatro dirigentes de Actúa que aparecen como promotores del partido en el registro de Interior son de Izquierda Abierta, la formacíon que usted lidera. ¿Actúa sería compatible con esta organización o aspiraría a integrarla?
Ya le he dicho que podría ser una coalición o una sola formación política. Ese debate todavía no se ha abierto. Yo tengo una opinión. No quiero cometer los errores que lastraron a Izquierda Unida ni tampoco los que dificultan el funcionamiento integrador de Podemos.
Le pregunto por su modelo, el que a usted le convence, aunque no esté la decisión tomada en Actúa.
El mío es el de una nueva formación política que no eluda la capacidad de decisión de sus órganos amparándose en la consulta permanente y que al mismo tiempo tenga mecanismos participativos, no solo plebiscitarios, los plebiscitarios están ya muy determinados, sino mecanismos fluidos. Y eso tendremos que verlo con las nuevas tecnologías, no se trata de ir a una estructura solamente territorial, se trata de incorporar estructuras sectoriales, redes sociales. No se ha abierto el debate pero en Izquierda Abierta y yo mismo tenemos un diagnóstico sobre la insuficiencia del modelo tradicional de partidos pero también sobre los problemas de los llamados nuevos partidos, los problemas burocráticos de unos y los plebiscitarios de otros. Superando ambas cuestiones se puede constituir una nueva formación política.
En la plataforma hay nombres como el de Baltasar Garzón, Lina Gálvez, Federico Mayor Zaragoza, José Antonio Martín Pallín... ¿Ha mostrado alguno su predisposición a ser candidatos en un futuro?
No nos hemos planteado eso todavía. Cada uno de nosotros tiene su propia opción, ahí hay persona con capacidad de arrastre electoral y de representación. No me cabe duda de eso pero no voy a hablar por ellos sobre su disponibilidad. En otros momentos quizás lo hubieran tenido más fácil y decidieron priorizar la parte cívica y profesional a la política. Hoy por hoy no se puede saber y tampoco lo han planteado. Hemos consensuado el funcionamiento de plataforma con mecanismos de trabajo muy flexibles, tenemos comisiones de trabajo y también hay un pleno y los puntos básicos del programa.
¿Se reconoce usted en esa caricatura que se hace de la izquierda y la proliferación de partidos equiparándola con la escena de La vida de Brian y el Frente Popular de Judea?La vida de Brian
A mí me preocupa mucho más la desmovilización y decepción de una parte del electorado de la izquierda con el mantenimiento del Gobierno de Rajoy que los problemas que podamos tener los partidos. A esa preocupación responde Actúa, a que una parte del electorado se ha desmovilizado y otra está camino de la decepción. Eso no lo podemos consentir. Si queremos ganar una mayoría para la izquierda, hay que movilizar a ese electorado y nosotros queremos contribuir a ello. Si finalmente eso se traduce en la integración de estas personas en candidaturas o proyectos de coalición que ya existen, mejor que mejor. Pero si finalmente esa sensibilidad no es integrada, pues tendrá que haber otras opciones. Lo de La vida de Brian, para nada: en este momento hemos fusionado en frío las tradiciones de Izquierda Unida y de Podemos y no hemos sumado ni multiplicado, hemos restado. La cultura política de unos y de otros es diferente, no quiere decir que no podamos colaborar, debemos hacerlo, pero eso es una cosa y otra, subsumirse en otro proyecto.
¿Según su tesis, un nuevo partido como Actúa no contribuiría a fragmentar el electorado que ya tiene la izquierda sino a ensancharlo con una nueva propuesta?
Sí. Y a movilizarlo. El caso portugués es una muestra de ello. Hay fórmulas que aparentemente suman y luego en las elecciones restan y otras que aparentemente no suman y que después del momento electoral, multiplican. No hay una ley general por la cual la representación plural sea minoritaria y tampoco que la representación unívoca sea mayoritaria. Y lo hemos visto aquí: tal vez en el momento en que menos proyectos electorales hubo en la izquierda no implicó una suma mayoritaria sino una suma minoritaria.