El presidente francés, Emmanuel Macron, advierte a los dirigentes de países europeos que incumplen los valores democráticos y de solidaridad que “Europa no es un supermercado” en el que se puede elegir sólo lo que uno quiere, y en particular los fondos que reciben.
En una entrevista publicada hoy por varios diarios europeos, incluido el francés “Le Figaro”, Macron no señala a ningún líder en particular, pero reconoce que hay “tensiones” entre los países del este y del oeste de la UE, que no tienen el mismo imaginario ni la misma historia reciente.
En cualquier caso, subraya que aunque hablará “con todo el mundo, y con respeto”, no transigirá “sobre los principios de Europa, sobre la solidaridad y los valores democráticos”.
“Cuando oigo a ciertos dirigentes europeos -explica-, traicionan dos veces. Deciden abandonar los principios, dar la espalda a Europa, con un enfoque cínico de la Unión que serviría para gastar los fondos sin respetar los valores”.
En la entrevista, publicada coincidiendo con el primer Consejo Europeo en el que participa como presidente, Macron reafirma su posición en favor de lo que él sintetiza en “una Europa que proteja” y en una profundización de la construcción europea.
Eso debe traducirse, entre otras cosas en “una verdadera política de defensa y de seguridad común” en una reforma en profundidad de la protección de las fronteras exteriores -con más medios para la agencia europea y los guardacostas-, de la política migratoria y del derecho de asilo o en una mayor cooperación policial y judicial contra el terrorismo.
El jefe del Estado francés señala que a los refugiados hay que tratarlos con “hospitalidad y humanidad”, y a los inmigrantes económicos irregulares hay que garantizar que se pueda hacer efectiva su expulsión mediante más cooperación internacional y un trabajo con sus países de origen y con los de tránsito para combatir las redes de traficantes.
En el terreno económico y social, su gran prioridad es modificar la directiva europea sobre los trabajadores desplazados, algo que justifica señalando que detrás del voto del 'brexit' estuvo la responsabilidad de “los grandes defensores de esta Europa ultraliberal y desequilibrada”.
E insiste en que no puede explicar a las clases medias francesas que las empresas cierran en Francia para irse a Polonia porque producir allí es más barato mientras las empresas de la construcción en Francia contratan a trabajadores polacos porque les pagan menos que a los franceses.
Macron dice no considerarse tan arrogante como para pensar que su elección en mayo marca un parón a los populismos en Europa y precisa que “Francia no es un país que se reforma, es un país que se transforma, un país de revolución”.
Añade que los franceses se resisten a reformarse mientras pueden, pero ahora “han visto que estaban al borde del precipicio y han reaccionado”, lo que se ha traducido en su victoria en las presidenciales y la mayoría absoluta que ha conseguido en las legislativas, lo que considera “un comienzo exigente” para “un renacimiento francés” que espera que sea también “europea”.