El magistrado del Constitucional Alfredo Montoya Melgar ha presentado por escrito su baja al presidente del Tribunal este miércoles por motivos de salud, según ha informado el órgano en una nota. Montoya sufrió un ictus en el verano de 2021 que le ha mantenido apartado de su labor en el órgano que interpreta la norma fundamental.
Montoya pertenecía al sector conservador del Tribunal Constitucional, el órgano que tras la baja de este magistrado se queda con once miembros. El magistrado ha aguardado una recuperación para comprobar si podía retomar su labor, lo que finalmente ha descartado, afirman fuentes jurídicas.
Según informa el Constitucional, la renuncia de Montoya ha sido comunicada por el presidente del Tribunal, Pedro González-Trevijano, al presidente del Senado, Ander Gil, ya que el magistrado saliente pertenecía al turno propuesto por la Cámara Alta.
A la espera de que el Consejo General del Poder Judicial y el Gobierno renueven el tercio del Constitucional con mandato caducado el próximo 8 de septiembre, la renuncia de Montoya deja al Tribunal con los 11 miembros y mayoría conservadora con el que ha venido trabajando estos casi 12 meses de baja médica del magistrado saliente.
La renovación de la plaza de Alfredo Montoya por el Senado abre un nuevo interrogante al futuro del Tribunal Constitucional. Algunas fuentes del órgano defienden que la tradición ha sido respetar la mayoría política que existía en la cámara correspondiente en el momento de la elección de magistrado cesante, en este caso del Partido Popular, que fue quien propuso a Montoya. Sin embargo, la actual mayoría en el Senado corresponde al PSOE.
En este sentido, las fuentes consultadas recuerdan, sin embargo, que cuando el magistrado progresista Luis Ortega falleció, en tiempos de la presidencia de Francisco Pérez de los Cobos, y con mayoría conservadora en el parlamento, no hubo acuerdo para la renovación. Otras fuentes apuntan a que en aquel momento el sistema de mayoría conservadora en el Constitucional no hubiera cambiado y que eso relegó a un segundo plano la sustitución del magistrado fallecido.