Extorsión. Es la sospecha que tienen en la UDEF y la Audiencia Nacional sobre el modus operandi de Manos Limpias, el pseudosindicato que en los últimos años se ha granjeado un espacio en los medios de comunicaciones por sus actuaciones judiciales. La detención del secretario general, Miguel Bernad, ha pillado a la responsable jurídica de la organización ultra, Virgina López, en el juicio del caso Nóos, una de las instrucciones en las que Manos Limpias ha tenido un papel protagonista: logró sentar a la infanta Cristina en el banquillo. Pero ese 'éxito' judicial está precisamente cuestionado desde que el abogado de la hermana del rey haya asegurado que la organización le pidió dinero a cambio de apartarse del proceso. El pseudosindicato acumula, además, rechazos judiciales por decenas y condenas por sus actuaciones contra distintos objetivos entre los que destaca, en esta última temporada, Podemos.
Bernad, que fue número dos del Frente Nacional de Blas Piñar, fundó Manos Limpias en 1995, como un supuesto sindicato de funcionarios, aunque no tiene actividad sindical para la defensa de los trabajadores sino que se dedica a presentar denuncias y querellas fundamentadas en los cinco “pilares” en los que se fundamenta: la “defensa del orden constitucional”, “del Estado de derecho”, de “los intereses de los funcionarios”, la “denuncia de la corrupción económica y política” o “causas de interés público o general”.
Con ese amplio margen, Manos Limpias ha interpuesto quejas ante organismos públicos, como el Defensor del Pueblo, o denuncias y querellas ante los organismos judiciales en muchos casos con un sesgo reaccionario y conservador. El pseudosindicato presentó una denuncia ante la Fiscalía de Menores contra el programa de dibujos Los Lunnis porque consideraba que suponía un “deterioro moral” por mostrar una boda homosexual. También elevó ante el Defensor del Pueblo la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. El aborto también estuvo entre sus objetivos, pero sin el éxito que persiguieron más allá del de ganarse un titular.
Sus quejas han acumulado los rechazos y archivos por decenas. Manos Limpias denunció a la Junta de Extremadura por una campaña de concienciación afectivo-sexual que llevaba por lema El placer está en tus manos que, a juicio de la organización ultra, incitaba a la masturbación. Fue archivada. Tampoco consiguieron nada al denunciar el rojo de la bandera de la Comunidad de Madrid.
Pero buena parte de su ofensiva judicial ha ido en contra de políticos y magistrados. Uno de sus principales objetivos a batir fue el juez Baltasar Garzón, contra quien presentaron cerca de una veintena de denuncias que no prosperaron. Bernad, que fue discípulo de Blas Piñar y a quien premió la Fundación Francisco Franco, logró sentar al magistrado en el banquillo por su investigación de los crímenes franquistas, aunque fue absuelto por el Tribunal Supremo. Manos Limpias consiguió acabar con la carrera de Garzón al denunciarle por las escuchas de la trama Gürtel.
También se sumó a la 'teoría de la conspiración' por el 11M y presentó una querella contra el instructor y la fiscala del caso. Les acusó de haber destruido pruebas en base a informaciones sacadas de una web en la que se aseguraba que los vagones de los trenes masacrados habían sido destruidos y algunos cuerpos inhumados sin esperar a la autopsia. El Supremo no admitió la querella y, por primera vez, ordenó proceder por la vía penal contra Manos Limpias y su secretario general por los delitos de acusación y denuncia falsa. El proceso quedó archivado.
Una de las condenas a las que ha tenido que hacer frente la organización ultra fue por abuso de derecho y mala fe procesal al presentar una querella contra dos magistrados de la Audiencia Nacional después de que la Sala de lo Penal absolviera a los implicados en el 'asedio al Parlament'. La sentencia fue modificada por el Supremo, pero ese mismo tribunal le aplicó un correctivo por ir contra los magistrados al considerar que llevó una “ostensible trivialización de la capacidad de ejercer acciones legales”. La pena fue una multa de 1.500 euros.
Su primera victoria fue la inhabilitación del político vasco Juan María Atutxa tras un proceso absolutorio por no cumplir la orden del Supremo de disolver el grupo parlamentario formado por Batasuna cuando era presidente del Parlamento Vasco. El pseudosindicato recurrió ante el alto tribunal y ganó.
Desde entonces políticos de todos signos se han encontrado ante los jueces en buena parte por la acusación ejercida por el pseudosindicato. Miguel Blesa se vio en prisión en el marco de la investigación de la compra por parte de Caja Madrid del City Bank of Florida, una de las patas del conocido como 'caso Blesa', en el que Manos Limpias ejercía la acusación popular.
A por Podemos
También está personado en otros casos de corrupción, como el de los ERE fraudulentos de Andalucía o Gürtel. La financiación de Manos Limpias procede, según su versión, de las suscripciones que pagan sus afiliados –que son una incógnita–. Además, organiza campañas de captación de fondos, como la que lanzó para conseguir los 8.000 euros de fianza que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) exigía para admitir su personación como acusación popular en la causa contra Oriol Pujol Ferrusola, el hijo del expresidente catalán, por presunto tráfico de influencia en la concesión de las ITV (Inspección Técnica de Vehículos) de Cataluña.
Ese mismo mes denunciaron a Ada Colau, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Los movimientos de izquierdas han estado bajo su amenaza también: denunció a los representantes del 15M a quien consideró una organización “criminal”. El pseudosindicato también ha intentado ir a por Podemos desde su nacimiento.
Así, ha presentado varias denuncias contra los de Pablo Iglesias que han sido archivadas. La última vez que el Supremo tumbó uno de los intentos de Bernad de acusar a Podemos de financiación ilegal se produjo apenas un día antes de su detención. Manos Limpias se basó en el informe de “inteligencia” policial de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) denominado PISA (Pablo Iglesias Sociedad Anónima), pero los magistrados del Supremo concluyeron que no hay delito en algunos de los hechos descritos y que “carecen de elementos acreditativos iniciales mínimos”.
Además, recordaba que esos hechos ya fueron rechazados por el mismo tribunal, ante una acción precedente del mismo querellante, y que ya se concluyó que no había delito por parte de Iglesias en relación con la producción del programa La Tuerka. “La actual querella se basa en los mismos hechos y se imputan al señor Iglesias los mismos delitos, sin aportar datos nuevos o nuevos documentos relevantes que pudieran justificar un pronunciamiento distinto”, rezaba el escrito del Supremo. Uno de los escritos de Manos Limpias archivado comparaba a Iglesias con Hitler.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, también ha sido objeto de una acción judicial de Manos Limpias, que acusa a la exjueza y su marido de delitos contra la Seguridad Social, los derechos de los trabajadores e insolvencia punible. La alcaldesa ha aclarado que el fiscal no ve delito en ella y, pese a que su marido está citado en calidad de investigado, también recuerda que otro juzgado archivó las diligencias tras una denuncia del abogado José Emilio Rodríguez Menéndez presentada en vísperas de las municipales.
A la extorsión y a las condenas que aglutina Manos Limpias –muchas de ellas al pago de las costas por sus derrotas judiciales–, se suma la investigación de la Fiscalía por blanqueo de capitales y apropiación indebida a Bernad y la abogada Virgia López. El Ministerior Público sostiene que sacaron fondos del sindicato procedentes de las aportaciones de cientos de afectados por el caso Fórum-Afinsa, a quienes convencieron para iniciar unas acciones judiciales que quedaron en nada, según publicó ABC.