Mariano Rajoy: “No ha habido caja B del PP y yo no he triturado unos papeles que jamás he tenido en mis manos”
“El tribunal contó con prueba de cargo válida y suficiente para concluir la existencia de una 'Caja B' o contabilidad 'extracontable' del PP”. Así define la contabilidad paralela a la oficial la sentencia del Tribunal Supremo que confirmó que la formación conservadora se había lucrado con la trama Gürtel. Pero para José María Aznar y Mariano Rajoy, presidentes del Partido Popular durante casi tres décadas —entre 1990 y 2018— esa financiación irregular nunca existió y jamás se cobraron sueldos en negro. Así lo han reiterado ambos este miércoles en sus declaraciones como testigos —con obligación de decir la verdad y de responder a todas las preguntas de las partes, por tanto— en el juicio por la utilización que el Partido Popular hizo del dinero de esa caja B.
El primero en comparecer fue Aznar, que tuvo que responder por primera vez ante un tribunal sobre la financiación irregular de la formación que dirigió entre 1990 y 2004. “No he recibido nunca ningún complemento de sueldo, todas las cantidades son transparentes y todas están declaradas en mis declaraciones IRPF. Jamás he recibido ningún sobresueldo”, aseguró al inicio de su interrogatorio a preguntas del abogado de una de las acusaciones populares, Mariano Benítez de Lugo. “No sé lo que hicieron los demás. No sé lo que hicieron mis sucesores ni me interesa”, insistió poco después.
Aznar también desmintió al exdiputado del PP Jaime Ignacio del Burgo, quien en la previa declaró también como testigo y dijo que Aznar le había dado autorización para hacer entregas en “metálico” por valor de 3.900.000 pesetas a Calixto Ayesa como “compensación” cuando se incorporó al Gobierno de Navarra como consejero de Salud. Esas entregas, reconocidas por Del Burgo, están recogidas en los cuadernos manuscritos en los que Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta reflejaron decenas de entradas y salidas de dinero opacas entre 1990 y 2008. “Yo no he dado autorización para compensar económicamente a nadie”, dijo Aznar, que atribuyó la declaración del exdiputado Del Burgo a alguna confusión de su recuerdo de las “muchas reuniones” que mantuvieron.
Asimismo, Aznar negó ser el receptor de los pagos bajo la inscripción “J.M.” que recogen los papeles de Bárcenas. “¿Esas iniciales de JM eran de usted?”, le preguntó el letrado Benítez de Lugo. “No, señor. No he recibido ninguna cantidad, ni responde a ninguna consideración que me pueda afectar esas anotaciones si es que esas anotaciones son ciertas”, respondió. Bajo este epígrafe aparecen supuestas entregas en los años 1990, 1997 y 1998 por valor de 8,5 millones de pesetas (51.266 euros) que Bárcenas nunca ha querido aclarar si se referían al expresidente del Gobierno a otra persona.
Aznar, que compareció desde su casa y portando una mascarilla a pesar de que se encontraba solo en un despacho, hizo gala por momentos de su carácter altivo y mantuvo algún encontronazo con los abogados, a los que recordó quiénes eran sus clientes. “Usted es el abogado de Puigdemont”, le dijo al letrado de una de las acusaciones populares, Gonzalo Boye. Tras este comentario fue reprendido por el presidente del tribunal, el magistrado José Antonio Mora, que le dijo que esa cuestión no interesaba y que se ciñera a las preguntas que se le hicieran. “Tengo condición de testigo, no de tertuliano”, le había dicho antes al letrado Virgilio Latorre, cuando éste le recordó que ya sabía que no iba a comentar las intervenciones de otros testigos o imputados.
“Falso de toda falsedad”
Tras el interrogatorio de Aznar se inició el de Rajoy, que también negó haber cobrado sobresueldos y la veracidad de las anotaciones del extesorero. Sobre la afirmación en el juicio que hizo Bárcenas acerca de la destrucción de la última hoja de sus papeles en el despacho de Rajoy por éste, el expresidente del PP y del Gobierno afirmó: “A mi no me ha entregado ninguna contabilidad B porque la primera vez en mi vida que vi los papeles fue publicados en un diario nacional el 31 de enero de 2013. Es metafísicamente imposible, por tanto, que haya podido destruir esos papeles”.
A diferencia de su predecesor, Rajoy sí sacó la cara por otros dirigentes conservadores. “Bárcenas guardaba dinero ahí [en una supuesta caja fuerte] y en otros sitios, pero los dirigentes del PP y yo, no”, aseguró. “Eso es una afirmación que dirá la Justicia”, le respondió entonces el abogado que le estaba interrogando en ese momento, Juan Moreno, de Izquierda Unida.
Tras las preguntas de las acusaciones populares, a Rajoy no le quedó más remedio que reconocer que había algunas personas —los exdiputados Jaime Ignacio de Burgo y Eugenio Nasarre, por ejemplo— que habían afirmado haber percibido cantidades que aparecían en los papeles de Bárcenas, si bien insistió en que “más del 95% de las personas que aparecen en los papeles de Bárcenas han dicho que en lo que se refieren a ellos es falso”, como dijo que era su caso.
Según las anotaciones de Bárcenas —en las que aparece citado como “Mariano”, “M. R.”, “Mariano Rajoy” o “M. Rajoy”— habría cobrado sobresueldos durante toda su etapa como ministro salvo en 1996. Ante el tribunal, negó en reiteradas ocasiones haber cobrado en negro los más de 300.000 euros que aparecen a su nombre entre 1997 y 2008 en esas anotaciones manuscritas. Con dinero de esa caja B también se habría abonado su cambio de vestuario. Los papeles recogen más de 20.000 euros en pagos por trajes, camisas y corbatas para él. “Todo es falso de toda falsedad”, dijo en varias ocasiones sobre esos apuntes.
Rajoy, que fue desalojado de la Moncloa tras la sentencia que dio por acreditada la caja B del partido en el que ocupó cargos de responsabilidad desde 1993, también negó en varias ocasiones durante su interrogatorio la existencia de esa contabilidad paralela. “La caja B del PP no existe, serán los papeles de Bárcenas”, dijo en un argumentario similar al esgrimido el día anterior por quien fuera su número dos, María Dolores de Cospedal. “Llevo 40 años en el PP y no hay nadie que dijera nada. Mire la gente que ha pasado por este juicio… no hay caja B, solo los papeles de Bárcenas que no sabemos cuando los hizo, ni con arreglo a qué criterio ni con qué objeto o finalidad”, aseveró.
“No siga por ahí, los papeles son falsos”, le llegó a decir al abogado Virgilio Latorre cuando éste le estaba preguntando por esos manuscritos en los que Bárcenas reflejó durante años supuestas entradas y salidas de dinero. “Está utilizando unos documentos que yo he dicho que son mentira… Y a partir de ahí puede hacer los razonamientos que quiera pero no tienen ningún valor. Lo que digan los papeles no tiene ningún valor. No siga por ahí, son falsos”, le espetó. Tras este comentario, el presidente del tribunal reprendió al expresidente recordándolo que estaba en un proceso judicial y que el letrado tenía derecho a contrastar esos papeles y las declaraciones que se han realizado en las últimas sesiones. “Está legitimado a hacerle las preguntas que le hace”, afirmó el magistrado.
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