Por si había alguna duda, lo primero que ha hecho Mariano Rajoy nada más subir a la tribuna para responder a Pedro Sánchez ha sido anunciar que su partido votará en contra de su investidura, lo que ha provocado los primeros aplausos de sus diputados. Acto seguido, el todavía presidente en funciones ha culpado al líder del PSOE de no haber “movido un dedo” para formar Gobierno y de esperar que se le regale. “Lo que pretende hacernos creer es que si hoy no tenemos Gobierno será por culpa de todos los demás, que son los malos”, ha clamado el líder del PP en una dura intervención plagada de descalificaciones, como se ha encargado de reprocharle Sánchez en su réplica. “Usted, que tanto habla de respeto, faltó a los españoles”, ha recordado el socialista a cuenta de la renuncia de Rajoy ante el rey a tratar de conformar un Ejecutivo.
Con el estilo irónico y algo engolado que le caracteriza, el conservador ha calificado el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos como “de limitada relevancia y presentado en una escenografía propia del pacto de los Toros de Guisando” y ha bromeado con que “los niños lo estudiarán en las escuelas con el compromiso de Caspe y los Pactos de La Moncloa”. Su acusación principal ha sido la de que Sánchez se ha erigido en ganador a pesar de haber logrado el peor resultado del PSOE y de que el PP ha sido el partido más votado. “Casi logra hacernos creer que el PP había perdido las elecciones y había ganado un tal señor cambio”, le ha espetado.
El jefe del Ejecutivo ha lamentado que se le dijera “no” desde el primer momento y hasta ha recordado la expresión que usó el propio Sánchez: “No es no, ¿qué parte del 'no' no ha entendido?”. Y ha recordado que en la campaña electoral “lo más significativo fueron los insultos”, en alusión al “indecente” que le dedicó en su debate cara a cara. A pesar de que el PP fue el partido más votado, Rajoy se ha burlado de Sánchez por entenderlo como “una equivocación de los españoles” que luego trató de enmendar.
Los intentos de Sánchez de articular una mayoría de izquierdas han sido ridiculizados a cuenta de su viaje a Portugal, “pensó que si otros perdedores lo habían conseguido”, y también su intento de combinar un apoyo de Podemos y otras fuerzas de izquierda con el pacto suscrito con Ciudadanos, lo que ha calificado de “rigodón con cambio de parejas”.
A pesar de que Rajoy declinó en su oportunidad ante el rey, el conservador ha reprochado a Sánchez que no hubiera hecho lo mismo en vista de que tampoco va a conseguirlo. “El rey me lo propuso y le dije que no podía formar Gobierno porque usted se negaba a participar”, ha reconocido antes de pedirle que no traslade su responsabilidad al PP. “Y no gasté ni un día. Tampoco usted necesitaba tomarse un mes para lo que nos ha traído”. A su vez, el socialista ha culpado a Rajoy de haber declinado cuando tuvo la oportunidad ante el rey.
Con un uso constante de términos como “comedia”, “sainete”, “vodevil” o “investidura de ficción”, el líder del PP ha dicho no saber a qué había venido al Congreso si no era para escuchar el resumen de un “fraude”. “¿Hemos venido a ratificar una mayoría o a incubarla. ¿A votar un proyecto de Gobierno o a ver qué sale?”, ha preguntado a la Cámara.
La petición de que el PP no ponga trabas para un gobierno socialista ha sido desechada por el líder conservador como un “papel de comparsa” que supone “rebajar la dignidad”, pero ha apuntado a los intereses de los españoles como el principal motivo para la negativa. Rajoy ha augurado que si gobierna Sánchez, llegará el “Gobierno de la incertidumbre y de la improvisación” y se perjudicará el crecimiento económico y del empleo.
En su opinión, Sánchez supondrá una vuelta de José Luis Rodríguez Zapatero. No viene usted sólo. Le acompaña un pasado. Estaba usted entre los que aplaudían la política que nos arruinó. Ustedes, los socialistas, siembran déficit y paro con la misma naturalidad que noviembre trae los catarros y la primavera, las alergias“.
Como broche a su primera intervención, Rajoy ha tirado del diccionario de la Real Academia para llamar “bluf” al candidato socialista como “montaje propagandístico para crear un prestigio que posteriormente se revela falso”. La contestación del socialista ha sido reafirmarse en la necesidad de cambie el Gobierno de España “en el fondo y en la forma” por sus ataques y en señalar que el papel de Podemos en su negativa puede convertirse en “la única tabla de salvación” para que Rajoy siga gobernando en funciones durante un tiempo más.