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Marjaliza admite en el Congreso que financió campañas del PP, PSOE e Izquierda Unida

David Marjaliza, exsocio de Francisco Granados y uno de los cabecillas de la trama Púnica, ha admitido este miércoles ante la comisión del Congreso que investiga la presunta financiación ilegal del PP que pagó campañas electorales de PP, PSOE e Izquierda Unida. El empresario ha dicho sentirse arrepentido y ha relatado por qué no confesó antes del estallido de Púnica: “Iba en un AVE a 300 kilómetros por hora y era complicado bajarse”.

Marjaliza se ha expresado así en respuesta a las cuestiones del diputado del PP Francisco Molinero, que ponían fin a la comparecencia: “Dice usted que de alguna manera ha pagado cantidades al PP para financiarse campañas. ¿Ha pagado campañas electorales al PSOE? ¿Ha pagado campañas a Izquierda Unida?”. La respuesta ha sido afirmativa en ambos casos. Antes había insistido en varias ocasiones a los parlamentarios que no se centrasen en sus preguntas en la financiación del PP, porque, según su testimonio, pagó actos de “todo el arco parlamentario, cada uno en su proporción”, si bien ha rechazado aclarar los nombres concretos de los cargos.

El empresario, que tendría que haber comparecido el pasado martes en la misma sesión que Granados pero alegó estar enfermo, ha eludido la mayoría de las preguntas sobre la trama Púnica que han realizado las diputadas Soraya Rodríguez (PSOE) y Carolina Bescansa (Unidos Podemos) porque la causa todavía se está instruyendo. Sí se ha ratificado en su declaración ante la Audiencia Nacional y ha confirmado lo que dijo el pasado enero: que junto a Francisco Granados y Javier López Madrid se repartieron 3,6 millones de euros por las obras de ampliación de Metro de Madrid. Además, ha explicado que empezó a licitar con la Comunidad de Madrid antes de que Granados fuera nombrado consejero de Transportes del Ejecutivo regional por Esperanza Aguirre.

Según su relato, todos los empresarios que quisieran optar a algún contrato de urbanismo con el PP sabían que tenían que pagar comisiones para ser adjudicatarios. Preguntado por el momento en el que se dio cuenta de que para construir “tenía que pasar por caja” –en palabras del portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà– ha contestado que “eso lo sabía la sociedad entera”. Con respecto a cómo financiaba esas campañas electorales, Marjaliza ha relatado que lo hacía a través de facturas reales y ha admitido regalar jamones y tres televisores como obsequios a altos cargos políticos por contratos.

Los comisionados le han preguntado por su relación con Esperanza Aguirre, Francisco Granados y el extesorero del PP de Madrid Beltrán Gutiérrez, que precisamente se saltó ayer su comparecencia en el Congreso. Sobre Granados, ha asegurado que “antes” era “buena”, “durante” no tuvieron ninguna relación y “después” no han vuelto a hablar. Con respecto a la expresidenta madrileña, ha dicho que no la conoce más que “de alguna inauguración” y de “hablar dos minutos con ella”. Ha concretado, a raíz de una pregunta del diputado de Ciudadanos Toni Cantó, que hablaron “sobre las calles, si debían tener un sentido o dos”. Mientras, sobre Beltrán Gutiérrez ha señalado conocerle aunque no tener ninguna relación.

“Iré hasta el final, más allá de que me peguen un tiro”

A preguntas del portavoz de ERC, Marjaliza –que lleva años colaborando con la Fiscalía– ha asegurado no estar preocupado porque su colaboración sea percibida como “sincera”: “Yo estoy diciendo la verdad y lo estoy demostrando con papeles, con fechas, con días y con todo lo que puedo. No me preocupa”. “No soy un buen parlamentario ese sentido, no tengo dialéctica porque no tengo estudios. Yo, lo que digo, lo digo de corazón, de lo que he vivido. Cuando una persona dice algo de lo que ha vivido y lo ha hecho, es muy complicado tirar eso atrás. Yo lo he hecho, yo lo he dado, yo lo he hablado y estaba en esa negociación. Nadie me puede decir lo contrario”, ha expresado.

“Yo voy a seguir. He decidido colaborar con la Justicia y desde que tomé la decisión, que tardé unos meses en decidirlo, voy a llegar hasta el final. Más allá de que me peguen un tiro”, ha insistido Marjaliza. Ha señalado, además, que su motivación para cooperar no fue la “vergüenza” sino “la pena” por su hijo, que entonces tenía 6 años. “¿Deduzco que usted siente un arrepentimiento sincero?”, ha cuestionado Tardà. “Sí”, ha sido la contestación: “Muchas noches me quedé sin dormir antes de que me cogiera la Guardia Civil. Iba en un AVE a 300 kilómetros por hora y era complicado bajarse. Tenía muchos trabajadores a mi cargo y si no había obra los tenía que despedir”.