Marta Marbán (11 de noviembre de 1976) anunció la semana pasada que dejaba Ciudadanos y la Asamblea de Madrid, donde ha ocupado un escaño durante las dos últimas legislaturas. Era portavoz de Sanidad de su grupo, por lo que ha vivido en primeras persona la dura gestión de la pandemia. Marbán se ha ido denunciando al unísono con su compañero Sergio Brabezo -que también se ha marchado del partido-, que la dirección del grupo intentó que firmaran una moción de censura contra Isabel Díaz Ayuso con Ignacio Aguado como candidato, al margen de las otras dos conocidas del PSOE y Más Madrid, que no se llegaron a debatir.
Marbán fue número dos de la candidatura de Francisco Igea, CiudadanosEresTú, que enfrentó al dirigente castellanoleonés con Inés Arrimadas. Reconoce que desde hace un tiempo ya no tenía ni “ilusión” ni “confianza” en la nueva dirección que lidera Arrimadas, a la que reprocha que no haya admitido “ni una pequeña representación de un pensamiento diferente dentro de Ciudadanos, unas voces distintas, unos cambios necesarios y constructivos”. También es muy crítica con Ignacio Aguado, al que no considera que fuera un candidato “serio”.
Marta Marbán es profesora de secundaria e ilustradora. Tiene en su haber el Premio Nacional de Grabado y lleva cuatro libros editados. De momento su camino transitará por otros derroteros fuera de la política y se volcará en acabar en su tesis doctoral, aunque no descarta terminar trabajando con Isabel Díaz Ayuso si así se lo pide.
¿Por qué ha abandonado su militancia en Ciudadanos y renuncia a estar en la Asamblea de Madrid?
Principalmente por la deriva que había tomado el partido. Llevo intentando cambiar internamente las cosas desde la Asamblea extraordinaria, o más bien desde que se fue Albert Rivera y se abrió la posibilidad de un cambio en el modelo de partido. Presentamos un proyecto distinto al de Arrimadas encabezado por el doctor Igea. Pero no conseguimos sacar ese proyecto adelante. Y tampoco logramos que hubiera compañeros de nuestra candidatura en el Consejo General ni ningún gesto [de Arrimadas] de tender la mano y de sumar esas dos visiones diferentes de hacía dónde teníamos que ir. Así que, como se suele decir, de aquellos polvos estos lodos.
Podría haberlo hecho antes ¿Por qué justo ahora?
Porque se iban sumando una serie de cuestiones y pensé que hasta ahora había que pelear. Se ha debatido la moción de censura de Castilla y León y sigo pensando que fue un honor escuchar una serie de valores que para mí ya no existen en la actual dirección de Ciudadanos. Claro que podía haber sido antes, cuando, por ejemplo, la militancia votó en primarias a Lorena Roldán y la quitaron de un plumazo para poner a Carlos Carrizosa. O cuando el resultado del 14 de febrero. Ha habido muchas oportunidades para dejar este proyecto y yo lo he decidido ahora por la situación de Madrid y lo que ha pasado en Murcia.
¿Tiene sentido mantener los pactos que quedan con el PP cuando se han roto las relaciones entre Pablo Casado e Inés Arrimadas y el PP está en plena opa hostil contra Ciudadanos?
Hay que escuchar el discurso del doctor Igea. Él ha hablado en todo momento del Gobierno de Castilla y León, no habla de partidos. Habla de trabajar por los castellanoleoneses. Ahora mismo, a mitad de legislatura nadie entiende que haya cambios y mucho menos en medio de la pandemia. Yo confío en que el señor Igea siga trabajando en el Gobierno de Castilla y León.
Usted ha dicho que la dirección del grupo les llamó para pedirles que firmaran una moción de censura contra Ayuso a nombre de Aguado antes de que la presidenta regional decidiera convocar elecciones. ¿Quién se lo pidió? ¿Llegaron a ver el documento? ¿Esa moción la llegaron a firmar otros compañeros?
Bueno, para eso hay que retroceder al 10 de marzo. Por la mañana nos enteramos de que se han registrado dos mociones de censura, una en la Asamblea de Murcia y otra en el Ayuntamiento de Murcia, con lo cual ya estamos todos nerviosos y entendemos que el partido y el grupo de la Asamblea debe reunirse para ver qué es lo que ha pasado. Cuando estamos llegando ya sabemos que hay un adelanto electoral y que Aguado estaba reunido en el Consejo de Gobierno. Al subir del parking, como hay que pasar por Registro, veo allí a Ángel Gabilondo, del PSOE, y a Mónica García, de Más Madrid, y doy por hecho que están presentando sus mociones. Cuando subo a la segunda planta donde está Ciudadanos, la jefa de Gabinete me dice que tengo que firmar un documento. Yo veo ese documento solo con las firmas de otros de mis compañeros. Pero solo veo una de las carátulas del documento con esas firmas y mi huequito sin firmar.
Entonces pido que al menos me dejen depositar el abrigo y el bolso en mi escritorio. Veo por allí a varios compañeros y les pregunto que qué se está firmando. Nadie me sabe decir muy bien qué pasa. Yo me pongo nerviosa e insisto en que me aclaren qué estaban firmando y les digo: “Hoy es un día importante y no es para firmar cualquier cosa” y no me saben explicar lo que está pasando. Veo a Sergio Brabezo -que también ha dejado el partido- en otra sala y como está solo y le veo tranquilo, me acerco y le pregunto si sabe algo, dado que estaba en la dirección del grupo. Y me contesta que cree que lo que estábamos firmando era una moción de censura a nombre de Ignacio Aguado, una moción de censura solo de Ciudadanos en la que proponíamos como candidato a Ignacio Aguado y no recogía las firmas ni del PSOE ni las de Más Madrid. Pero yo eso no lo veo hasta que la jefa de Gabinete me trae la primera carátula y la leo en voz alta para advertir a mis compañeros: “Todos sabéis que estamos firmando una moción de censura donde Ignacio Aguado es el candidato”. Y ahí todos ya nos estamos dando cuenta. La jefa del Gabinete me trae un boli que ni siquiera pintaba… más nervios. La tensión era importante.
¿Por qué no firmó la moción?
Yo lo que creo es que cuando perteneces a un grupo hay que debatir, discutir o decir si estás o no de acuerdo con algo. Y si todos estamos de acuerdo, pues adelante. Pero lo que yo estaba cuestionando era que sí nosotros salimos de un Gobierno de Ayuso que se acababa de dinamitar, y Aguado estaba lanzando muy malas palabras a la que era hasta ese momento la presidenta y compañera suya, ¿que hacía él [Aguado] haciendo una moción de censura en contra de su propio Gobierno? Y si ya sabíamos que había otras dos mociones del PSOE y de Más Madrid, ¿qué sentido tenía firmar otra con el candidato Aguado? Yo solo veía dos opciones: o sigues apoyando al Gobierno de Ayuso, o tendrás que apoyar un Gobierno de mayoría de izquierdas. Claro, que yo en ese momento no me di cuenta que podía ocurrir que llegáramos a la situación de que no se votara ni la de Gabilondo ni tampoco la de Más Madrid y entonces alguien nos apoyaba con la de Aguado. Creo que era una situación dantesca.
Tanto Aguado como César Zafra han negado lo que usted cuenta y han acusado a Ayuso de mentir por asegurar que su partido iba a registrar esa moción.
Ya, ya sé que lo han negado. Pero eso a mí me duele porque eso ha supuesto una mayor desconfianza entre los compañeros, que haya algunos que lo hayamos dicho públicamente y que otros se hayan dado de baja, además bastante dolidos ante la situación. Lo que no se puede es mentir. Era una estrategia política equivocada o no, pero ahí ha habido un debate. Y no se puede mentir.
¿Tiene usted o algunos de sus compañeros algún documento o prueba de que existió esa moción?
No. Yo, sinceramente, no voy por la vida haciendo fotografías de las cosas. ¿Si ahora me arrepiento de no haberlo hecho? Bueno, no lo sé, siempre he confiado en los compañeros y en hacer las cosas de la mejor manera posible.
¿Y qué balance hace del Gobierno de Madrid, que no ha aprobado ni un presupuesto ni una sola ley nueva en estos casi dos años, dependiente siempre de Vox? ¿No era insostenible?
Era una situación difícil, sí, porque desde hace un año, insisto, ya se estaba barajando la posibilidad de una moción de censura. La tensión era evidente aunque yo no estaba en la Puerta del Sol. Me venían compañeros del PSOE preguntándome, “oye, ¿vais a firmar una moción de censura?”. Y los compañeros del PP preguntaban, “¿es verdad lo que oímos?”. La tensión era evidente. En otros gobiernos con el PP, o en el Ayuntamiento de Madrid entre Villacís y Almeida, las cosas han funcionado bien, pero el de la Comunidad de Madrid no era para nada un equipo.
¿Qué le parece que Bal sea al final el candidato para Madrid? Se ha escenificado como un pacto entre Aguado y Bal pero Aguado quería ser el candidato. Usted que le conoce, ¿cree que dio ese paso obligado?
Yo creo que el partido está en un momento crítico y había que hacer un cambio de candidato como así lo ha hecho el señor Iglesias en Podemos. ¿Qué suponía que Aguado volviera a ser el candidato de Ciudadanos en Madrid, que no aguantaba estar en un Gobierno con Ayuso, por su relación personal? Tampoco era muy lógico que Aguado volviera a presentarse para hacer un pacto de izquierdas cuando también había tenido esa posibilidad. Así que Edmundo Bal viene un poco a rescatar el proyecto aunque no sé si será capaz de rodearse de un equipo profesional. Me duele que tampoco hayan sido imparciales en las primarias. Aguado no debió salir a presentar a Edmundo. El señor Bal está en la Ejecutiva y tenía que haberse presentado él solito.
Usted afirmó: “Madrid necesita candidatos serios que generen confianza a los madrileños". ¿Aguado no era un candidato serio?
Aguado, desde el momento en el que está dando alas a cualquier tipo de deslealtad o de traición o está generando esa incertidumbre dando pie desde hace mucho tiempo a una posible moción de censura, para mí no es una persona seria. Para mí la política es mucho más y creo que la pandemia nos lo ha demostrado. Así que para mí no era un candidato serio.
¿Qué quejas tiene de Aguado?
Conozco a Aguado desde hace muchísimos años, yo entré en el 2011, y hay compañeros que han echado en falta esa capacidad de hacer equipos, de trasladar y comunicar. Yo le reprocho falta de liderazgo y esa falta de rodearse de los mejores. Él no ha hecho nada por conocer lo que pasaba en Sanidad con los portavoces que estábamos en la Asamblea de Madrid debatiendo en momentos muy duros. Yo no he tenido nunca una reunión con Aguado para saber qué estaba pasando en una Consejería que no era suya.
¿Qué le parece el papel que está jugando en las crisis de Ciudadanos Fran Hervías, al que la dirección acusa de estar trabajando para conseguir dinamitar a Ciudadanos por dentro?
Yo quiero pensar que la crisis de Ciudadanos no la inicia el señor Hervías. Se inicia desde hace un año, y ahí yo también asumo mi responsabilidad, cuando no logramos hacerle entender a Arrimadas que el proyecto tenía que ir por otra vía; la crisis empieza cuando se devalúan unas primarias en Catalunya, y con una campaña, la de los abrazos, que tuvieron que retirar, en la que entiendo que el señor Hervías no tiene nada que ver. Igual que no tiene nada que ver en la moción de censura en Murcia ni en la de Castilla y León. A partir de ahí...
Bueno, de Hervías hay pruebas. Hay una foto publicada por El Español reunido con dos senadores que se han ido al Grupo Mixto –Ruth Goñi, y Emilio Argüeso, al que el partido ha abierto un expediente de expulsión por ofrecer “prebendas” a los tránsfugas de Murcia- y con la diputada Marta Martín, que ha dejado su escaño en el Congreso. ¿No le ve detrás de esa opa hostil contra Ciudadanos para favorecer al PP?
Yo no he comido con él pero creo que dio explicaciones de eso la senadora Ruth Goñi, dijo que fue una comida de amigos. Sé que alguno de ello granjea amistades de hace muchos años que luego ha querido mantener. Yo no veo la mano negra. Si luego [Hervías] está aprovechando la situación, es otro punto de vista. Yo lo que creo es que se ha lanzado la primera pieza de dominó por otros que no es precisamente el señor Hervías.
¿Y el silencio de Rivera, cómo lo interpreta? ¿Y el hecho de que vuelva ahora otra vez con sus clases de liderazgo?
Bueno, si queremos empezar con las teorías conspiranoicas, podemos. Creo que el señor Rivera hace tiempo que demostró que está intentando hacer su vida profesional y, ojo, si vuelve a la política tiene todos mis respetos. Creo que ha hecho un buen papel y tiene su trayectoria. Si se confundió en un determinado momento o no solo él lo sabrá y sabrá si quiere volver a la política.
¿En serio le ve volviendo? ¿En qué papel? ¿ Con el PP o con un nuevo partido?
No sé…Todo el mundo dice que es demasiado pronto, es cierto, pero a lo mejor... Él está ilusionado con su trabajo. ¿En qué papel? No sabría decirlo, esa es la gran incógnita y quizá algún día lo resolveremos. Yo he estado en la Ejecutiva Nacional con él y aprendí mucho. Le tengo un profundo respeto. Creo que es un animal político. La política es un pequeño veneno, así que si algún día Albert Rivera vuelve a la política a mí no me sorprendería.
Del año y medio que lleva Arrimadas al mando del partido, ¿qué es lo que más le afea?
El principal reproche es que no haya sido capaz de rodearse de un gran equipo. Yo la conocí en 2011 y la tengo un gran aprecio personal. Ella venía de la consultoría privada y sabe lo necesario que es tener un gran equipo, sabe lo importante que es buscar al mejor en comunicación, al mejor en economía, en educación… Eso era lo principal, saber quién estaba en ese equipo, sus principales gurús. No los tenía. Nunca entendí después de las primarias por qué no integró al doctor Igea justo cuando viene una pandemia tan dura como la que estamos sufriendo. ¿Y cómo puedes no integrar al señor Garicano con los fondos europeos sobre los que él tiene todo el conocimiento? Inés demostró a la militancia que era incapaz de integrar a esos perfiles que tanto necesita. Inés se ha hecho muy pequeñita y el proyecto podría haber sido muy grande.
¿Cree que está tocado su liderazgo?
Sí, creo que está tocado su liderazgo aunque siempre hay tiempo para mejorarlo y para tirar para adelante y cambiarlo. Pero está muy tocado el liderazgo de Inés, sobre todo si era ella consciente y ha dado el ok a estas mociones de censura, que es hablar de palabras mayores, y a estas situaciones tan dramáticas. Todo esto ha sido su grave error. En Murcia lo mejor habría sido hacer un revisión del pacto de Gobierno y analizar dónde estaba fracasando y decir, pues me salgo de ese Gobierno y me voy a la oposición.
¿Sus compañeros de Murcia que han frustrado la moción son unos tránsfugas?
Me parece muy duras las palabras con las que ahora mismo se está hablando de que la gente es tránsfuga o son unos traidores. Y me dolería mucho que la campaña de Edmundo Bal fuera por esa línea. Hay que leerse muy bien lo que significa ser tránsfugas. A mí alguien me ha dicho que lo soy. Pero yo ya no soy diputada porque se ha disuelto la Cámara y no hago ningún cambio en el Gobierno, así que no soy tránsfuga y espero que nadie me lo diga más. Y en Murcia tenemos la doble condición, de los que se han ido y de los que han apoyado el Gobierno. ¿Dónde está el transfuguismo? ¿El que está con su acta cambiando un Gobierno y por lo tanto haciendo la moción de censura con el PSOE, o es un tránsfuga el que se queda en el Gobierno y no está apoyando?
Aguado logró en las últimas elecciones 26 escaños. Si ahora Bal deja a Ciudadanos en 7 o no entra en la Asamblea, ¿de quién será la culpa ¿Arrimadas tendría que asumir responsabilidades?
No creo que deba ser una persona solo. Debería convocarse una Asamblea extraordinaria y revisar muy mucho cuál es el proyecto y hacia dónde van. Yo no quiero dirigir ni señalar con el dedo a una sola persona cuando esto no es solo el resultado electoral de lo que pueda pasar en Madrid. Desde hace un año ninguno de los resultados electorales no han sido buenos.
¿Qué le parece que Bal haya dicho que no dejará su escaño ni la portavocía del Congreso hasta ver qué resultados saca su candidatura en Madrid?
Sería algo censurable pero yo no lo voy a censurar, porque Bal ha hecho un acto de valentía para intentar salvar los muebles de Ciudadanos. Ha hecho un poco como el señor Iglesias. Yo estoy ahora en el papel de ciudadana de a pie y no todo es criticable. La situación está muy difícil y es excepcional. Pero si Bal dice que no quiere dejar el acta hasta ver el resultado de Madrid lo que está demostrando a los madrileños es que Ciudadanos no va a conseguir entrar en la Asamblea de Madrid y por eso volverá al Congreso.
Si Ciudadanos logra suficientes escaños y ser la llave para conformar un gobierno a 'derechas o a izquierdas'. ¿A quién debería dar apoyo Ciudadanos esta vez?
Esa es la gran incógnita que ahora tengo yo como madrileña y me gustaría que me la desvelaran en la campaña electoral. Bal tendrá que contarnos en campaña qué es lo que va a hacer, si pretende hacer un gobierno con el PSOE cuando él mismo ha visto en primera línea en el Congreso los pactos que no le gustan de Sánchez y del sanchismo, y si termina siendo cómplice del señor Iglesias.
¿Y no le chirría más que Ciudadanos apoye un pacto del PP con la extrema derecha de Monasterio?
¿Cuántas veces hemos escuchado al señor Rivera decir que lo importante era el programa, no las ideas? Eso es lo que echo de menos, por eso me voy, porque no sé si esto no va a quedar al final simplemente en un baile de sillas, o de quién es la más guapa y quién es el más feo. A partir de ahí no puedo seguir identificándome con ese proyecto. Vamos a ver cuál es la campaña que hace Edmundo Bal diciendo si va a pactar con el señor Iglesias o con la señora Monasterio. Esa es la gran incógnita que yo no sé resolver.
Ángel Gabilondo ya ha advertido que su intención después del 4M es gobernar o pactar con Más Madrid y Ciudadanos vetando a Pablo Iglesias. ¿Le ha sorprendido?
Pues no me sorprende porque ya lo dijo Pedro Sánchez, que no dormiría tranquilo. Pero lo importante son los hechos.
¿Está dando Ciudadanos sus últimos coletazos y podría acabar como UPyD?
Eso dice mucha gente. Yo no vengo de UPyD como otros compañeros, pero algunos me lo han ido contando. Me acuerdo del día que Albert Rivera llegó de la reunión cuando le ofreció a Rosa Díez que se presentaran conjuntamente en un proyecto único y vi cómo unos estaban ilusionados y otros no con esa idea, para al final disolverse ese proyecto [UPyD] como un azucarillo. Me acuerdo perfectamente de que Rivera decía que veía a Rosa Díez totalmente desnortada, sin saber muy bien cómo actuar. Creo que Inés está en ese momento ahora de confusión, de cruce de caminos. Pero los resultados de Madrid dirán si Ciudadanos ha terminado esta etapa o todavía puede sobrevivir.
Si no lo consigue y Arrimadas se va, ¿ve a Bal como sucesor de Arrimadas, a otra persona...o quizá al propio Igea?
Esa es una opción (se ríe). Edmundo Bal no conoce tanto el partido internamente, no lo ha vivido ni se ha trabajado las bases. No sería el candidato perfecto para remontar este proyecto, lleva muy poquito. Igea es otro cantar, yo le tengo un gran cariño. Es una persona que ha demostrado valía y que está con las bases con un proyecto en la cabeza muy diferente al que nos ha traído Inés.