Alvise Pérez pasó buena parte de su campaña para las últimas europeas hablando con Álvaro Romillo, un empresario del sector de las criptomonedas que según investiga ahora la Fiscalía le dio 100.000 euros en metálico para financiar su aventura política. Los mensajes reflejan lo agradecido que estaba el entonces candidato y hoy eurodiputado: “Todo ok! 100.000 gracias, Luis”, escribió Alvise a su interlocutor tras recibir esa cantidad de mano de uno de los colaboradores del financiero. El Ministerio Público analiza ahora si ese dinero sirvió para sufragar su campaña y si pudo incurrir en un delito de financiación ilegal.
Esa comunicación consta en la cadena de mensajes que el fundador de Madeira Invest Club (MIC), la oficina de inversión apadrinada por el agitador de extrema derecha y que cerró de forma sorpresiva la pasada semana, entregó el pasado 19 de septiembre a la Fiscalía. Un escrito de confesión que iba acompañado de conversaciones en las que participa Alvise y que el empresario aportó junto a un informe pericial que acredita su veracidad.
Durante la tarde de este martes, este periódico intentó contactar con el eurodiputado a través de su teléfono, su correo electrónico y uno de sus asesores y no obtuvo respuesta. Este miércoles, Alvise se dirigió a sus seguidores en un vídeo en el que no da explicaciones sobre las informaciones de elDiario.es, se limita a anunciar la llegada de una “catarsis” y alude a la “mafia mediática”.
Tal y como reveló este martes en exclusiva elDiario.es, Alvise contactó con el fundador de MIC a finales de marzo. Durante semanas hablaron de criptomonedas y de las necesidades económicas y logísticas del líder de Se Acabó La Fiesta para financiar su candidatura. El 25 de mayo, el empresario le abrió varias carteras digitales o wallets para canalizar las donaciones de sus seguidores.
En los días siguientes, el fundador de MIC le iba informando del dinero que iba a entrando. El 26 de mayo ya había recaudado poco más de 7.000 euros. Pero la cantidad no le pareció suficiente para sufragar los gastos de su carrera hacia el Parlamento Europeo. “¡Qué bueno! Pero va demasiado lento. El tiempo me come para los pagos de la campaña”, le contestó Alvise.
Es apenas unas horas después, en la madrugada del 27 de mayo, cuando el empresario le comunica que ha estado “repasando” y que podría pasarse a recoger 100.000 euros en efectivo en las oficinas de Sentinel, una empresa del mismo dueño de MIC que dispone de 5.000 cajas de seguridad fortificadas en el centro de Madrid y que permite hacer intercambios de dinero bajo una promesa de total confidencialidad: a espaldas de Hacienda y sorteando las medidas antifraude a las que están obligadas las entidades financieras.
De hecho, en el mensaje el empresario alude a la posibilidad de que el líder de SALF se grabe un vídeo publicitando las bondades de ese sistema de custodia para que así pudiera conocerlo su “comunidad”. En conversaciones previas, el empresario había comentado a Alvise que él conocía a “gente que tiene dinero” y que podría estar interesada en hacer aportaciones al político como una especie de “inversión” o “colaboración” a cambio de que él hiciera publicidad de “servicios” como Sentinel a través de sus redes sociales.
“Me posibilitas una parte urgente de la campaña. Mil gracias tío”, contestó Alvise ante el ofrecimiento de los 100.000 euros, según los mensajes aportados a la Fiscalía por el empresario. La entrega, según explica el escrito, se realizó con éxito a las cuatro de la tarde de ese 27 de mayo por parte de un empleado. “Ya me han dicho que todo ok”, escribió el empresario.
La respuesta de Alvise Pérez fue de agradecimiento. “Todo ok! 100.000 gracias, Luis”, dijo Alvise según estos mensajes. El dinero y la financiación no volvieron a ser un tema de conversación entre los dos en las semanas siguientes. Poco más de una semana después Alvise Pérez y SALF culminaban su carrera electoral con más de 800.000 votos y tres eurodiputados tras una campaña caracterizada por la austeridad de la que presumió el propio Alvise: una gorra, un megáfono y papeletas impresas por él mismo para prevenir un fraude electoral que nunca se produjo.
En estos mensajes, Alvise da a entender que utilizará ese dinero para sufragar su campaña y su aventura política después de haber explicado que una de sus necesidades era poder eludir el control del Tribunal de Cuentas. La Fiscalía General ha remitido toda esta información a la Fiscalía del Tribunal Supremo, ante el que está aforado Alvise como eurodiputado, por si hubiera podido financiar de forma irregular su agrupación de electores.
La ley de financiación de partidos prohíbe las donaciones anónimas y establece que los partidos políticos no pueden aceptar o recibir directa o indirectamente donaciones procedentes de una misma persona superiores a 50.000 euros anuales, ni tampoco donaciones procedentes de personas jurídicas. Además, todas las donaciones superiores a 25.000 euros deben notificarse al Tribunal de Cuentas por el partido político en el plazo de tres meses desde su aceptación.
Madeira Invest Club cerró de forma repentina el pasado lunes 16 de septiembre. Hasta entonces había cautivado a centenares de inversores gracias a las desorbitadas rentabilidades que ofrecía, de hasta el 53%, con supuestas inversiones en obras de arte digitales e intangibles y otros bienes de lujo. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) emitió una alerta sobre este club de inversión el 22 de mayo de 2023 y advirtió de que la compañía no estaba autorizada para realizar las actividades reservadas a las instituciones de inversión colectiva.
La Audiencia Nacional ya ha recibido varias denuncias de los afectados, que se han querellado contra sus responsables por delitos de estafa, apropiación indebida, organización criminal, falsedad en documento mercantil o blanqueo. En su escrito a la Fiscalía, Romillo se ofrece a liquidar sus bienes para compensar a los inversores, que pueden ser varios centenares y que habrían perdido decenas de millones de euros, de acuerdo a las citadas denuncias.