Mercedes Gallizo: “Lo interesante es que encontremos utopías practicables, no solo bonitos discursos”
La que fue directora de Instituciones Penitenciarias en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no se había planteado volver a la política activa, pero el compromiso de Ángel Gabilondo la convenció. Si pierden, promete quedarse en la oposición: “Soy una persona muy seria”.
Si Ángel Gabilondo no fuera el candidato, ¿habría aceptado ir en la lista del PSOE?
Pues no sé qué otro podría haber sido el número uno. Yo he aceptado ir en la lista de Ángel Gabilondo, en esa lista.
¿Por qué ha decidido ser la número cuatro en la candidatura?
Yo salí hace tres años de una responsabilidad política muy intensa y agotadora. Volví a mi vida cotidiana, a mi trabajo de siempre. He escrito un libro, he colaborado con medios de comunicación, viendo la política desde otra óptica. Para nada estaba en esta idea de volver a incorporarme de manera activa. Y, bueno, cuando me propuso Gabilondo que formase parte de su equipo, pues se trastocó mi plan vital porque creo que este es un momento para los compromisos y que, a pesar de que la comodidad personal es muy tentadora, vale la pena estar en la brecha.
Y él es un ejemplo porque ni siquiera es militante del PSOE pero ha entendido que puede jugar un papel fundamental para que la derecha no siga consolidando sus mayorías en Madrid. Si él se ha comprometido, ¿cómo no me voy a comprometer yo?, que además soy militante. Tiene que ver mucho con su personalidad y con su forma de ver la política, que comparto mucho. Es fundamental entender la función pública de una manera abierta, escuchando los cambios que se dan en la realidad y pensando en las personas.
¿Se lo pidió solo Gabilondo o ha estado en contacto con la gestora?
Lo determinante es que me lo pidiese Gabilondo, claro. Otras personas también me han animado a esto, pero no voy a hacer una relación de todas las personas con las que hablé.
¿Qué le parece la decisión de Pedro Sánchez de destituir a Tomás Gómez?
Yo ya me incorporé a la candidatura de Gabilondo una vez que ese proceso había concluido. No he participado de ninguna manera en esa decisión de que esta fuera la candidatura a la Comunidad de Madrid. Seguramente se pudo hacer mejor de lo que se hizo. También tengo que ser sincera y comparto que ganar Madrid es esencial para que no se consoliden las políticas de derechas en España y creo que Gabilondo es un buen líder para ese objetivo. Y que hay que ser generosos en política: estamos al servicio de las ideas, de las personas y de los proyectos. Hay que saber que en cada momento tú puedes jugar un determinado papel, y, si ese papel es estar más en segunda línea, pues estás más en segunda línea.
¿Cree que Tomás Gómez no podía ganar Madrid?
Yo no lo sé. No he participado en ese debate ni en esa reflexión que se ha hecho que parece que ha sido compartido de manera muy mayoritaria por la gente que compone los órganos de dirección del PSOE. El resultado que Gómez había tenido hasta el momento no era bueno. El proceso de renovación es un proceso general que viene con los tiempos y con la necesidad de ofrecer unas formas de acción política diferentes y unas personas también diferentes.
¿Va a tener el resultado que obtengan un mensaje en clave interna?
Yo no estoy interesada en absoluto en los mensajes en clave interna. Tenemos una responsabilidad con la ciudadanía y con las ideas de progreso que es intentar que las ideas progresistas ganen en Madrid, que recuperemos las políticas públicas, que volvamos a tener una sanidad y una educación públicas como necesitamos. Esa es la valoración principal, las valoraciones políticas ya las harán quienes las hagan en los órganos que procedan. Yo no estoy en eso.
¿Cree que es un buen momento para entrar a formar parte del PSM?
Me parece obligado, ya tengo el traslado hecho de mi ficha al PSM.
¿Puede sentar mal la llegada de gente externa o de fuera de Madrid a la organización para la lista?
¿Qué es ser de fuera de Madrid? Yo he desarrollado toda mi acción política en los últimos 15 años en la capital. He sido diputada en el Congreso, alto cargo del Estado en Madrid. No me considero en absoluto ajena. Creo que esa es una aportación bien interesante a la vida política autonómica y local, el que personas que tenemos una mirada más general y más global sobre la sociedad volquemos esa mirada también a la acción pública, sobre todo cuando es una mirada llena de compromiso y perspectiva social.
¿Tiene pensado llevar a cabo algún tipo de actividad orgánica en el PSM?
No, para nada. Tengo previsto dedicar todos mis esfuerzos a que la candidatura gane las elecciones en la Comunidad de Madrid. Eso es a lo único a lo que me voy a dedicar.
¿Qué prefiere ser: diputada o consejera de Interior?
¡Anda que no vas deprisa! Han convocado hoy las elecciones. Fíjate si falta tiempo... Todavía tenemos que hacer la campaña, salir los resultados, ganar en solitario o en compañía...
En el caso de que el PSOE no gane o no logre hacer gobierno, ¿aguantará los cuatro años en la Asamblea de Madrid?
Sí, claro. Soy una persona muy seria.
En un escenario en que el PSOE solo tenga la alternativa de dar el gobierno al PP o a Podemos, ¿por cuál se decantaría?
Esto es una pregunta que en este momento carece de sentido de la realidad. Después de las elecciones hay que ver qué dicen los ciudadanos, que son los que tienen la palabra, y a partir de ahí ver cuáles son las opciones de gobierno. Yo creo que en el momento político en el que vivimos va a ser difícil que haya mayorías absolutas de nadie, así que habrá un territorio ahí interesante para el debate y para el acuerdo o el desacuerdo. Si me preguntas por mi posición personal, mi opinión siempre está del lado de los progresistas y de la izquierda.
¿Entonces entre los recortes del PP y lo que Pedro Sánchez ha denominado populismo de Podemos, se queda con el populismo de Podemos?
Si me quedase con el populismo de Podemos, estaría en una candidatura de Podemos, no en una del PSOE. Yo me quedo con las ideas progresistas, con la defensa de lo público, con el planteamiento más social posible y más favorable a la igualdad que nadie pueda imaginarse, porque eso forma parte de mi ADN. Yo me quedo con eso y por eso voy a pelear. Los demás ya verán cuáles son sus posiciones y si se acercan a ese modelo o no.
A mí las utopías me parecen muy interesantes y las he defendido durante mucho tiempo, pero lo interesante, me parece, es que encontremos utopías practicables, es decir, que seamos capaces de cambiar la realidad, no solo de hacer bonitos discursos y palabras, porque creo que la gente lo que quiere es gobernantes que hagan que la sociedad mejore, sea más igualitaria, que la investigación avance, que las escuelas tengan el mayor nivel de excelencia, que la sanidad funcione, sea inclusiva y llegue a todo el mundo.
¿Podemos es utópico?
Yo no digo que sea utópico. Todas las opciones políticas que tienen un respaldo social dejan de ser utópicas para entrar en la realidad. Podían ser utópicas antes de haberse presentado a las elecciones, pero ahora son una fuerza muy real con propuestas muy reales que tendrán que contrastar con el mundo en el que vivimos para que puedan ser factibles.
Dijo que Teresa Rodríguez hacía un análisis simplista del resultado de las elecciones porque erosionaba al bipartidismo, ¿le parece simplista el discurso de Podemos?
Yo lo hice en un momento en el que estaba escuchando una opinión sobre el ascenso de Ciudadanos. Que alguien desde una posición nítidamente de izquierdas valore positivamente el ascenso de Ciudadanos porque eso va contra el bipartidismo me parece una forma muy simplista de analizar la realidad y un poco apolítica. Porque tú puedes valorar que es interesante que la derecha tenga diferentes partidos, pero valorarlo porque eso rompa o no el bipartidismo no me parece lo más interesante.
¿El ascenso de Ciudadanos puede venir bien a la izquierda porque fragmenta a la derecha?
Tampoco creo que haya que ser tan utilitaristas. El ascenso de Ciudadanos refleja que hay una parte del electorado que quiere apoyar ideas conservadoras pero no quiere votar al PP. Y ha encontrado un referente político, que es Ciudadanos, aunque ya tenía otro, que es UPyD. Desde una óptica más político-partidista pues, efectivamente, ha sido una rémora para el equilibrio y las posibilidades de la izquierda que los votos de la derecha estuvieran concentrados en un solo partido y situaciones más favorables para que se puedan producir cambios.
¿Descarta a Ciudadanos como un posible partido con el que pactar tras las elecciones?
Me preguntas por unas cosas que ni son mi competencia en este momento ni están puestas sobre la realidad. En España hay una percepción demasiado crítica con los pactos y con la necesidad que hay de entenderse, cosa que es contradictoria con que no nos gustan las mayorías absolutas. Si no queremos mayorías absolutas, tiene que haber pactos y una capacidad de entenderse. Eso es lo que se deberá hacer. Y cuando esté sobre la mesa, habrá que explicarle a la ciudadanía por qué optas por una cosa o por otra. Eso es un futurible, y ya veremos cómo se presenta y los programas. En ese momento se verá qué es lo útil para sacar ideas progresistas adelante.
Tanto usted como Gabilondo formaron parte de Gobiernos de Zapatero. ¿En qué se diferencia la actividad que desarrollarán en la Asamblea de Madrid de esos Gobiernos?
El Gobierno de Zapatero era del Estado y el de Gabilondo será un Gobierno autonómico. Ahí hay una primera diferencia fundamental. Cada uno de nosotros en nuestro ámbito hemos expresado en nuestra gestión una forma de actuar y de entender la política, de intentar transformar de una forma progresista la ciudad. Y eso es lo que vamos a intentar llevar en este caso a la acción de la Comunidad, un ámbito en el que se desarrolla algo tan importante para la vida de los ciudadanos como son los servicios públicos. Como ambos hemos trabajado en ese ámbito, creo que nos vamos a sentir cómodos en eso como estábamos cómodos en el Gobierno de Zapatero.
¿Qué es lo primero que tiene que hacer el PSOE si gobierna?
Lo primero que tiene que hacer es, antes de ganar las elecciones, escuchar mucho a todo el mundo y tratar de acertar en las propuestas que se hagan para resolver los problemas de las personas. Tiene que haber una prioridad básica, que es la lucha contra la pobreza, fundamental en todos los Gobiernos y todos los ámbitos en este momento en el que, producto de la crisis y de la forma en la que se ha gestionado, se ha producido esta dualización tan brutal de la sociedad. Que no volvamos a encontrarnos con fenómenos que, en la intensidad con la que los conocemos ahora, ya no los íbamos a conocer en el futuro, como es la pobreza y sobre todo la pobreza infantil. Esa tiene que ser la primera prioridad y, desde luego, la defensa de los servicios públicos y de la gestión pública de los mismos. Esas tienen que ser las dos prioridades: políticas sociales, lucha contra la pobreza y gestión pública de los servicios públicos.