La actual presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, no repetirá en ese puesto aunque el PSOE consiga los apoyos parlamentarios para dirigir la Mesa de la Cámara Baja, según ha informado fuentes socialistas. De acuerdo con esas fuentes, la dirigente catalana descarta volver a ser elegida como tercera autoridad del Estado, a menos de diez días de que se celebre la votación para la Presidencia de las Cortes, el próximo 17 de agosto.
Batet fue elegida presidenta del Congreso el 21 de mayo de 2019, después de las elecciones generales celebradas en abril de ese año, y volvió a ser elegida para ese puesto en diciembre, tras la repetición electoral, por 166 votos a favor. El 23J la exministra repitió como cabeza de lista del PSOE por Barcelona, pero en esta ocasión no aspirará a dirigir la Mesa del Congreso.
Según han trasladado desde el PSOE, Batet está “convencida” de que se formará una mayoría progresista en la Mesa de la cámara “presidida por una candidata o candidato socialista que permitirá continuar con los grandes avances logrados en esta legislatura”. “Batet considera que el proyecto socialista encabezado por el presidente Pedro Sánchez es el que ofrece las mejores soluciones a los problemas de la ciudadanía frente a aquellos que solo ofrecen retroceso, y que la XV Legislatura será una nueva muestra de ello”, añaden esas fuentes.
El PSOE debe buscar ahora a otro candidato para este asiento en menos de diez días y mientras negocia con el resto de posibles socios parlamentarios los apoyos para poder hacerse con la Presidencia de la Cámara, una primera prueba de fuego para los de Pedro Sánchez a la hora de testar sus apoyos para una futura investidura. La votación para la elección de este puesto tendrá lugar el próximo 17 de agosto, el día que se constituyen las nuevas Cortes salidas de las urnas del 23 de julio.
Para garantizarse los apoyos parlamentarios de cara a esa votación, el PSOE ya ha comenzado las conversaciones con otros grupos y en concreto con Esquerra Republicana y Junts. La aritmética parlamentaria salida de las urnas ha reservado a los catorce diputados de las formaciones independentistas catalanas un papel clave en la próxima legislatura y no solo serán imprescindibles para la investidura, también para casi cualquier cosa que tenga que votarse en el Congreso. La primera vez que esto será palpable será en esa votación de la semana que viene.
El PSOE tiene claro que no pondrá impedimentos a la conformación de grupos parlamentarios propios para sus socios en potencia, una decisión que saldría adelante con la mayoría progresista de la Mesa. La que parece más probable en estos momentos, debido a las malas relaciones y la competencia poco virtuosa entre los posconvergentes y los republicanos, es que la Mesa conceda a cada uno de esos partidos un grupo parlamentario propio.