La canciller alemana, Angela Merkel, se mostró hoy dispuesta a hacer todo lo posible para buscar acuerdos en el G20, cuya cumbre comenzará mañana en Hamburgo, pero no va a ocultar “disensos”, sino que les va a “poner nombre”.
Poco antes de entrevistarse con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para intentar allanar el camino a la cumbre, Merkel visitó el lugar donde se celebrarán las reuniones y reconoció la existencia de opiniones diferentes en temas “importantes”, en referencia tanto a la defensa del libre comercio y el rechazo al proteccionismo como a la lucha global contra el cambio climático.
Alemania, explicó, está convencida de que la globalización puede ser beneficiosa para todas las partes y defenderá la importancia del “libre comercio con reglas justas”.
Tras la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, añadió, “hay discusiones que no son muy fáciles” con Washington y se sigue negociando para llegar a algún punto de acuerdo en torno a la lucha contra el cambio climático, pero no quiso adelantar acontecimientos y hablar, por el momento, de la posibilidad de un texto apoyado por sólo diecinueve de los veinte miembros del grupo.
Los negociadores del texto de conclusiones por parte de los gobiernos, apuntó, “tienen todavía dos noches” por delante, ya que la cumbre acabará el domingo.
Las sesiones comenzarán mañana con una reunión centrada en la lucha internacional contra el terrorismo, asunto en el que Merkel confía en llegar a acuerdos con las potencias presentes en la reunión.
Junto a los temas tradicionales de las cumbres del G20 (grupo de países desarrollados y emergentes), como la regulación de los mercados financieros y el crecimiento económico, Alemania ha incluido en la agenda el control de las cadenas internacionales de producción y las migraciones, apostando por una alianza con África y por un fondo para prestar ayuda financiera a mujer emprendedoras.