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El micromecenazgo como única opción para lanzar un documental sobre corrupción

“Generan mucho miedo, tienen una mafia detrás, no te puedes imaginar cómo te complican la vida, te quitan el trabajo, te persiguen...”. “Vi que muchos empresarios pagaron a mis funcionarios, por tanto, la sociedad civil también estaba corrompiendo. Todo el mundo era cómplice”. “Tienen que reconocer que la corrupción tiene un impacto en la vida de las personas ¡inmenso!”...

Estos son algunos de los testimonios de trabajadores públicos o cargos políticos que han denunciado casos de corrupción y se han visto imbuidos por la “maquinaria”, que les ha llevado incluso a presentar demandas por mobbing, y que ahora intentan dar a conocer el funcionamiento de la corrupción en el documental 'Corrupción: el Organismo nocivo'.

Lo intentan porque el proyecto cinematográfico ha sufrido “veto, censura y presiones” que han causado que la productora Pandora Box TV no haya conseguido sacarlo adelante con el procedimiento habitual y se haya visto obligada a recurrir a una inusual campaña de micromecenazgo con la que recaudar un total de 45.000 euros de aportaciones ciudadanas a través de su página web.

“Hemos encontrado problemas a la hora de encontrar financiación, pese a haberla buscado en todas partes –expone la responsable de Comunicación de la productora, Teresa Soler–. Nos han vetado en algunos medios después de decir que sacarían la información y también hemos recibido anónimos, pero estamos obligados a mirar hacia delante”.

El documental, en el que participan interventores municipales, funcionarios y exconcejales, pretende centrarse en “las personas que han denunciado la corrupción y los acosos que han sufrido, para así concienciar a la sociedad”, según explica el director del proyecto, Albert Sanfeliu: “Si vemos a ese interventor que ha denunciado irregularidades, a esa regidora que ha denunciado a los funcionarios, si damos voz a esas personas que lo han hecho, la ciudadanía tomará más conciencia”. “Quien denuncia la corrupción acaba siendo denominado antisistema y hay que mostrar a quien lo hace que nunca estará solo”, añade el cineasta.

En el tráiler del documental, costeado a fondo perdido por la productora, aparecen los protagonistas hablando de corrupción, “grabados por primera vez en un sitio público”. “No nos escondemos porque hay que hablar de manera transparente para animar a los ciudadanos a que, desde sus profesiones, denuncien la corrupción, que no tengan miedo y den un paso adelante”, expresa Sanfeliu, para quien este proyecto pretende ser una “herramienta de reflexión” que lleve a la ciudadanía a ser “valiente”.

“Optimismo”, pese a todos los casos de corrupción

Dos de los participantes son funcionarios que trabajaban en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet y colaboraron con la Audiencia Nacional para desentrañar el 'caso Pretoria', una trama corrupta que afectaba a más de una fuerza política –entre ellas, CiU y PSC– basada en actividades urbanísticas y que causó un agujero de más de 44 millones de euros. “El 'caso Pretoria' fue uno de los primeros casos de corrupción que afloraron. Hasta entonces la gente prefería callar, y ahora no”, explica Albert Gadea, gerente del Consistorio que aportó la documentación con irregularidades a la Guardia Civil.

“Cuando se levantó el secreto del sumario y se vio el alcance de nuestra colaboración y que podía haber vinculación con la financiación irregular de partidos políticos, se recrudeció el hostigamiento”, señala Gadea, que interpuso junto a la interventora municipal, Maite Carol, una querella por mobbing que todavía está en instrucción. “Nos encontramos que teníamos al establishment, incluida la prensa, en contra y prefería que no se hablara de eso, aunque los redactores, la gente de a pie, sí quería tratar el tema, pero lo ocultaban las líneas editoriales de los medios”, explica Gadea, que se muestra “optimista”: “No soy pesimista. Antes había más casos, pero había un pacto de silencio. Ahora los casos afloran”.

Otra protagonista de 'Corrupción: el Organismo nocivo' es Itziar González, que detectó una red de corrupción en los servicios técnicos y jurídicos del Ayuntamiento de Barcelona (en el que era concejala independiente) en el que participaban empresas del sector turístico. González dimitió en 2010 al negarse a estar en un Gobierno que impulsase un hotel en edificios catalogados al lado del Palau de la Música.

Ahora es testigo en el juicio del 'caso Millet'. También participa el interventor municipal Fernando Urruticoechea, que denunció públicamente irregularidades relacionadas con el urbanismo en Castro Urdiales. Los interventores se encargan de fiscalizar las cuentas de los ayuntamientos, pero denuncian que el señalamiento de irregularidades “quedan en papel mojado” porque reportan directamente a los alcaldes y carecen de un organismo superior al que recurrir.

“Ir más allá de la denuncia”

La productora pretende ir con este documental “más allá de la denuncia” y aportar “claves” para “hacer frente a la corrupción de forma factible”, según expresa Teresa Soler. Para ello contarán con testimonios como el del fiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo o el catedrático Joan Josep Queralt y participan con el Observatorio Ciudadano Municipal, que ha creado una herramienta para que “la ciudadanía pueda fiscalizar los presupuestos de los ayuntamientos”. “Se trata de que los ciudadanos hagan preguntas a los consistorios y, si no contestan, es público y notorio que no lo están haciendo”, señala Soler.

¿Por qué no apoyan los partidos políticos un documental como este?“, se pregunta el director Albert Sanfeliu, al que le quedan 60 días para conseguir los 39.000 euros restantes para que ”la voz de los que denuncian la corrupción“ pueda escucharse en las pantallas.