La movilización ciudadana que cuestiona la legitimidad del Parlamento ha regresado este sábado al centro de Madrid en una jornada sin incidentes destacables. Otra vez la Coordinadora 25-S, que convocó el Rodea el Congreso de 2012, ha logrado el apoyo de decenas de colectivos y miles de ciudadanos que clamaron contra la investidura de Mariano Rajoy, fruto, consideran, de un golpe de la oligarquía que ha doblado la mano al PSOE.
Los convocantes habían insistido una y otra vez en el carácter “pacífico” de la protesta y, en ese sentido, diseñaron una marcha que se alejara de la Plaza de Neptuno, en dirección a la Puerta del Sol, el mítico escenario del 15-M. De camino, y junto al kilómetro 0, se ha vuelto a oír el “no nos representan” que identificó aquella movilización ciudadana sin precedentes.
En una primera estimación, la Delegación del Gobierno cifró en 3.000 los asistentes, un número ridículo atendiendo a las imágenes que dejaba la marcha. Al rato, el organismo que dirige Concepción Dancausa dobló su estimación y anunció que habían sido 6.000 los asistentes. La marcha congregó acaso más manifestantes que otras protestas pasadas contra el Congreso y se quedó muy lejos de, entre otras, las Marchas por la Dignidad.
La manifestación, con el lema “Contra el golpe de la mafia, democracia”, fue convocada para protestar contra la investidura de Mariano Rajoy, en virtud del voto favorable recibido por Ciudadanos y la abstención de 68 de los 83 diputados del PSOE presentes en el Congreso.
La marcha ha arrancado en Neptuno, a donde se han acercado diputados de Unidos Podemos antes de asistir a la sesión de investidura: Alberto Garzón, Rafael Mayoral, Eva García Sempere, Ricardo Sixto, Eduardo Maura, Nagua Alba, Teresa Arévalo, Ana Marcello e Isabel Salud, entre otros. Algunos de ellos se han sumado al final de la marcha, en Sol, tras la investidura de Rajoy.
El “no nos representan” ha ido acompañado del más clásico “que viva la lucha de la clase obrera”, “el pueblo unido, jamás será vencido” y otros más, así como de pancartas contra el PP y el PSOE, que ha hecho posible la investidura de Rajoy por la abstención de 68 de sus 83 diputados presentes tras la dimisión de Pedro Sánchez.
Carteles con las fotos de los socialistas partidarios de la abstención y la palabra “traidor” debajo, y otros muchos que solamente mostraban un “no”, teñían una manifestación que se animaba al grito de “PSOE, PP, la misma mierda es”.
“La manifestación ha sido un éxito, pensamos que no es una exageración decir que ha habido mas de 100.000 personas”, ha dicho el portavoz de la Coordinadora 25S, Ramón Walsh al final del recorrido de la manifestación 'Rodea el Congreso' convocada esta tarde. Ha resaltado que la “lucha en la calle sigue” y lo considera “necesario” porque “esta mafia que se perpetua en el poder se perpetua para insistir en las políticas antisociales”.
Según Walsh, “la marcha ha discurrido en paz como teníamos previsto” salvo un momento “tenso con una provocación”. “En general todo ha sido muy reivindicativo pero muy festivo”, ha dicho.
Ha afirmado que la Coordinadora 25S va a seguir trabajando en una alternativa al 'régimen del 78' porque este 'régimen' es “incapaz de asegurar el buen vivir de las personas”. Según Walsh, las movilizaciones sociales no las convocan ellos, sino los desahucios, los recortes en sanidad y las políticas injustas.
Una vez finalizada la manifestación, algunos de los participantes se han dirigido hacia el Congreso, por la Carrera de San Jerónimo donde, a la altura de la calle de Cedaceros, se han topado con unas vallas que les frenaba el paso. Allí han comenzado a corear consignas contra lo ocurrido en el Congreso, secundadas por algunos diputados de Unidos Podemos, como Alberto Rodríguez y Ana Marcello, entre otros.
El único momento de tensión se ha vivido cuando un grupo de diputados de Ciudadanos ha abandonado la cámara por la salida que congrebaba a dos centenares de manifestantes. En ese momento, manifestantes han lanzado algunos objetos hacia dentro del vallado sin que se produjeran heridos. En redes sociales, las diputadas Marta Rivera y Patricia Reyes han narrado cómo les han insultado mientras caían los objetos.