Al menos 13.000 opositores pidieron este domingo la dimisión del primer ministro tailandés, Prayut Chan-ocha, en una carrera reivindicativa en Bangkok, donde miles de personas también expresaron su apoyo al mandatario promilitar en una marcha alternativa.
Se trata de las mayores manifestaciones celebradas en Bangkok desde el golpe de Estado liderado en 2014 por Prayut, que tras cinco años de junta militar fue nombrado jefe del Gobierno el pasado junio después de unas elecciones criticadas por su falta de transparencia.
“¡Fuera Prayut!”, era el grito de los manifestantes antigubernamentales para pedir la dimisión del general golpista en el evento en un parque de la capital en el que también participó el joven y carismático líder opositor Thanathorn Juangroongruangkit.
“Creo que el primer paso para democratizar Tailandia sería que el general Prayut tiene que dimitir”, indicó a los medios Thanathorn, la voz más crítica contra Prayut y su Gobierno.
El líder opositor, que fue destituido como diputado el pasado noviembre en uno de los varios procesos judiciales emprendidos contra él por las autoridades promilitares, llegó al parque vestido con ropa de deporte y rodeado por un nutrido grupo de simpatizantes.
Thanathorn, un adinerado empresario de 41 años, también manifestó la necesidad de aprobar una nueva Constitución para poder democratizar Tailandia, donde actualmente el Senado no electo en las urnas participa junto con los parlamentarios en el nombramiento del primer ministro.
“Carrera contra la dictadura” es el nombre del evento antigubernamental organizado por un grupo de estudiantes universitarios a través de las redes sociales.
En otro parque de la capital, al menos 5.000 de seguidores de Prayut portaban camisetas y pancartas con la bandera tailandesa en una marcha con un número menor de asistentes, de edad media mayor que los corredores antigubernamentales, y un ambiente más nacionalista.
“¡Adelante, tío Tu!”, gritaban los manifestantes, que usaron el apodo afectivo del primer ministro.
Ambos eventos transcurrieron sin incidentes en Bangkok, donde decenas de personas han muerto en violentas manifestaciones celebradas en 2010 y 2013-2014.
Desde el golpe de Estado de 2006, Tailandia sufre una profunda división política y social entre sectores ultramonárquicos de la sociedad cercanos al Ejército y los movimientos prodemocráticos.