De los ocho millones de euros de 1986 a los 36 de 2015: los partidos se pelean por el 'mailing' electoral

Los partidos políticos no han sido capaces de pactar una reducción del gasto que acarreará la repetición electoral del 10 de noviembre. Cada uno, por sus propios motivos. Los cuatro grandes sí suscribieron un acuerdo limitado a la llamada propaganda exterior (carteles, banderolas,...). Pero una parte muy importante del coste que asumen las candidaturas ha quedado fuera: el envío de propaganda y papeletas electorales por correo a cada hogar de España, el denominado mailing electoral. Una partida del gasto que ha ido incrementando su presencia con el paso de los años y las citas electorales. De los ocho millones de euros de 1986 (actualizado según el IPC) a los 26 millones de 2016, los últimos comicios fiscalizados por el Tribunal de Cuentas.

Ciudadanos y Unidas Podemos se sumaron a regañadientes a la propuesta lanzada por el PSOE para evitar quedar señalados como responsables de no alcanzar un acuerdo para reducir el coste de la campaña. Pero ambos proponían añadir un sistema de envío único que reduciría los costes de forma sustancial. Además, lograrían uno de sus principales objetivos: colocar su papeleta en la mayoría de los hogares de España, algo a lo que ahora no pueden aspirar. PP y PSOE, por su lado, son conscientes de la gran ventaja que obtienen al dominar ese mailing electoral. Y no están dispuestos a perderla en unas elecciones que prometen ser muy reñidas.

La clave está en las subvenciones postelectorales. Es decir, el dinero que el Estado devuelve a los partidos en función de los resultados electorales obtenidos. Porque solo se reintegra el gasto generado en los envíos hechos en las circunscripciones donde una determinada candidatura ha obtenido representación (diputado o senador).

Si un partido remite decenas de miles de cartas a los habitantes de una provincia y luego no logra al menos un diputado tiene que asumir el coste de dichos envíos. Algunas de las grandes deudas que han acumulado los partidos medianos en las últimas décadas, con IU como paradigma, tienen precisamente su origen en unas expectativas demasiado altas en unos resultados que luego no se produjeron, lo que redujo mucho las subvenciones a recibir.

De 8 a 26 millones en tres décadas

El Tribunal de Cuentas es el organismo encargado de fiscalizar los gastos de las distintas candidaturas. Aunque todavía no se han publicado los datos de las elecciones generales del 28 de abril, los últimos informes accesibles dan cuenta de la importancia creciente del mailing electoral.

En junio de 2016, los partidos políticos justificaron un gasto electoral de 26 millones de euros. En diciembre de 2015, el costo fue de 36 millones. En esas mismas citas electorales, el gasto en el envío de propaganda electoral fue de 26 y 19 millones, respectivamente. En 2011, otra vez de 26 millones.

En el desglose por partidos del cuadro inferior se puede apreciar cómo algunos partidos mucho gastan más dinero en el envío de propaganda electoral que en los gastos ordinarios. En otros, es casi lo mismo. Y en los dos mayoritarios, un tercio del total. En todos ellos, en cualquier caso, el mailing es uno de los epígrafes que más dinero supone.

El repositorio de informes del Tribunal de Cuentas permite acceder a la fiscalización que el organismo ha hecho de las diferentes elecciones generales desde 1986. Aquél año, los partidos se gastaron alrededor de 5.880 millones de pesetas, unos 35 millones de euros que, ajustado al IPC de 2019, supone un total de 95 millones de euros.

Es preciso recordar que en los años 80 y principios de los 90 la inflación (el aumento de los precios) se convirtió en uno de los grandes problemas de la economía española. 

En aquellas elecciones que el PSOE de Felipe González ganó por mayoría absoluta, los partidos destinaron ocho millones de euros (a precio de 2019) en el mailing. Solo el gasto del PSOE en “propaganda y publicidad” en 1986 fue equivalente a 25 millones de euros de hoy en día. 

Los informes del Tribunal de Cuentas confirman que el interés por el envío de propaganda fue en aumento. Los datos de 1989 no están desagregados, pero en 1993 la cuantía ascendió a 25 millones de euros. En 1996, uno más. Unas cifras que se han mantenido más o menos constantes a partir de entonces, con oscilaciones entre los 25 y los 30 millones de euros. Salvo en 2015, cuando ascendió a los 36. El dato de 2019 está pendiente de auditar.

De casa a la urna, con la papeleta preparada

La lucha por regular el envío de información electoral de los partidos revela su incidencia real en los resultados que logran las formaciones. “No hay que perder el objetivo de que los ciudadanos puedan disponer de toda la información y llevar las papeletas desde casa”, declaró el secretario general del PP, Teodoro García Egea, en esRadio a cuenta del acuerdo para reducir el coste electoral.

Ese “llevar las papeletas desde casa” es clave, sobre todo, en el mundo rural. En las provincias menos pobladas y que reparten menos escaños. Es ahí precisamente donde más difícil tienen su penetración los partidos medianos, ya que el sistema electoral prima a las candidaturas mayoritarias. Fue donde se estrelló de forma reiterada IU y donde Podemos y Ciudadanos han logrado pequeños triunfos muy fáciles de perder, como le ocurrió al partido de Pablo Iglesias entre 2015-2016 y 2019.

En el PSOE tienen una opinión similar. En una nota de prensa remitida el pasado 2 de octubre reconocía que el 44,2% de los electores acudió a votar con la papeleta preparada desde casa, según los datos del CIS postelectoral tras el 28A. Si esos electores solo reciben dos papeletas es más probable que opten por una de ellas que si reciben cuatro, cinco o seis.

También en Ciudadanos defienden que el mailing electoral “sirve para acercar las propuestas de los partidos políticos a todo el censo” y creen que “debe hacerse de acuerdo a criterios de eficiencia y racionalidad. En el partido de Albert Rivera señalan que el envío único ”se practica en países como Francia“ y calculan ”un ahorro de en torno a 20 millones de euros“.

En Podemos, como en Ciudadanos, recuerdan que son los dos grandes partidos los que acumulan la mayoría del gasto en envío electoral. Y denuncian que “PP y PSOE prefieren que el Estado acumule un gasto de decenas de millones de euros en lugar de hacer un único envío. Así se garantizan que las papeletas del resto de partidos no llegan a todos los hogares”.

Con información de Irene Castro, Carmen Moraga y Sofía Pérez Mendoza.