El Ministerio de Justicia, que dirige Rafael Catalá, ha difundido en un comunicado la reacción del Gobierno a la renuncia de Eduardo Torres-Dulce e insiste en la primera línea en que se debe a “motivos personales”. En el texto, el Ejecutivo manifiesta su “más absoluto respeto” a esta decisión y le agradece “su ”eficacia y entrega“ en el desempeño de sus funciones.
En el comunicado, Justicia asegura que en el ejercicio de su trabajo el ya exfiscal “ha velado siempre por la defensa de la legalidad y del orden constitucional, actuando con plena objetividad e independencia en el desempeño de sus cometidos”.
“Han sido tres años de gran trabajo, con momentos difíciles y de grandes tensiones en los que la Fiscalía siempre ha mantenido su autonomía, desde el rigor y con el máximo respeto a la legalidad. Agradecemos especialmente su colaboración con el Gobierno, velando por el buen funcionamiento de las instituciones; así como su papel en asuntos de gran importancia para nuestra sociedad, basada en los valores democráticos y de respeto al Estado de derecho”.
Entre los elogios que el departamento de Catalá dedica a Torres-Dulce figuran “su absoluta entrega” y su “gran vocación de servicio público, así como una encomiable dedicación al interés general de todos los ciudadanos”.
Relevo inminente
El Gobierno informa en el texto que para la sustitución de Torres-Dulce pone en marcha “los mecanismos oportunos” para nombrar al nuevo fiscal general “a la mayor celeridad”. De esta forma, no se descarta que este mismo viernes el Consejo de Ministros apruebe el nombramiento del sucesor.