Roma, 10 ene (EFE).- La ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, aseguró hoy que están al lado de Italia en cuestión de clima, energía e inmigración y abogó por “una política común de asilo sostenible”, tras reunirse con su homólogo italiano, Luigi di Maio.
“No podemos aceptar que la gente muera en el Mediterráneo. Debemos trabajar intensamente por las fronteras exteriores de la UE y por una política común de asilo sostenible. El status quo es inaceptable”, dijo Baerbock durante la rueda de prensa conjunta con Di Maio.
En una entrevista publicada hoy por el diario “La Stampa”, también argumentó que los 27 países de la Unión Europea (UE) deben llegar a “una posición compartida” y deben estar “dispuestos a mostrar solidaridad y responsabilidad”.
“Queremos poner de nuestra parte y trabajar para que haya un mecanismo de distribución justo en Europa y países como Italia y Grecia no se queden solos. Al mismo tiempo, pretendemos ampliar los canales legales para llegar a Europa y Alemania, por ejemplo con visados humanitarios, pero también con una ley de inmigración moderna”, agregó en dicha entrevista.
Por otra parte, la ministra también aseguró que la obligación de vacunarse contra el coronavirus es una medida que “tiene sentido” y destacó que “la emergencia climática es la mayor crisis de nuestros tiempos”.
Por su parte, Di Maio aseguró que “la lucha contra el cambio climático y la transición ecológica son dos de las prioridades compartidas por Italia y Alemania y, en esta perspectiva, uno de los objetivos del pacto de cooperación bilateral es una acción conjunta sobre el clima, que debe perseguirse también en el contexto europeo”.
Sobre la crisis entre Rusia y Ucrania, la ministra alemana afirmó: “una cosa está clara: la única forma de salir de la crisis es a través del diálogo”, pero aseveró que “una nueva violación de la soberanía ucraniana por parte de Rusia tendría graves consecuencias”.
Mientras que sobre lo que está sucediendo en Kazajistán por la violencia desatada ante protestas pacíficas afirmó que “no es de interés europeo que los estados de Asia Central se vuelvan unilateralmente dependientes de Rusia o China”.