Superado el trámite de las primeras sesiones de control y tras celebrar su tercer Consejo de Ministras, Pedro Sánchez se pone nueva tarea: reunirse con líderes europeos como Emmanuel Macron o Angela Merkel y encontrar para España un lugar en la toma de decisiones estratégicas a nivel europeo. El presidente del Gobierno va a dedicar las próximas semanas a profundizar en la construcción de su perfil internacional, apoyado en el papel que la crisis del buque Aquarius da dado a nuestro país como eje en la construcción de un discurso común sobre migraciones.
Este mismo domingo, Sánchez ha sido convocado por el presidente de la Comisión Europea a una reunión en la que se abordarán los problemas derivados de las migraciones de refugiados y las diferentes políticas aplicadas por los países miembros al respecto. La decisión de España de acoger a los migrantes del Aquarius, tras la negativa de Italia, ha situado al ejecutivo de Sánchez en la centralidad de un debate que Europa está aplazando.
Tras esa primera reunión, Sánchez tendrá las próximas semanas plagadas de citas europeas. El sábado empieza su particular ronda en París, en donde se reunirá con Emmanuele Macron.
El lunes estará con Angela Merkel en Alemania y compartirá con ella un almuerzo de trabajo. El equipo del presidente pretende colocar a España en el entorno del llamado eje franco-alemán, y en las posiciones de poder de la UE. El Gobierno explica que, con esta gira, Sánchez quiere transmitir a sus socios que España vuelve a tener en Europa un papel activo y de referencia.
Para apoyarse en esa tarea el presidente ha nombrado ya a su director de Asuntos Exteriores. José Manuel Albales es la persona escogida para trabajar desde Moncloa en las relaciones internacionales del jefe del Gobierno.
En los últimos días de mes (28 y 29 de junio), Sánchez está llamado a participar en su primera cumbre de líderes de la UE.
En Julio, el destino será Lisboa en donde el presidente español será recibido por su homólogo portugués. La situación política del país vecino ha sido puesta por Sánchez como ejemplo de regeneración política en numerosas ocasiones. El presidente del Gobierno tuvo que anular el último viaje previsto a ese país, al precipitarse el debate de la moción de censura que convirtió a Sánchez en dejar de ser solo el líder del PSOE para convertirse en el presidente del Gobierno.