La explicación de Cristóbal Montoro sobre el error en la venta de propiedades atribuida a la infanta Cristina es que “no hay explicación”. Después de la espantada del martes en el Senado, donde no quiso responder a las preguntas sobre la cuestión, el ministro de Hacienda ha asegurado el miércoles en el Congreso que ha pedido una investigación sobre lo sucedido. “No vean fantasmas volando. Son errores puramente administrativos. No perjudica la calidad del proceso judicial”, ha dicho a los periodistas cuando se le ha preguntado sobre las implicaciones en el juicio del caso Nóos.
Visiblemente nervioso, Montoro ha repetido hasta la saciedad que todo es una equivocación, “probablemente en la carga de los datos”. No ha sido capaz de explicar cómo puede haberse cometido el error de forma reiterada ni cómo puede estar seguro de lo que ha pasado si aún no hay resultados de la investigación interna que ha encargado a la Agencia Tributaria: “Técnicamente, no sé que ha pasado”.
“Me corresponde pedir disculpas a la Casa Real. Lo lamento profundamente, pero los errores existen y nadie puede pretender que no se produzcan”, ha declarado. El responsable de Hacienda ha admitido que “desgraciadamente, unos errores son más importantes que otros”.
El resto de sus palabras han ido dirigidas a defender la tarea de la Agencia Tributaria, “una de las mejores del mundo y reconocida internacionalmente”. Ha insistido en “que gestiona millones y millones de datos” y que sus empleados “hacen el trabajo en circunstancias nada fáciles”.
Según la versión de Montoro, la Agencia Tributaria estaba obligado a entregar al juez Castro los datos que aparecen en su registro: “No se tocan los datos que están en las bases de la Agencia Tributaria. Si hay un error en las bases, no se puede cambiar antes de enviar la información a los tribunales”.