La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Moragas: del clan de Agag a la corte de Rajoy

Unos dicen que es la mano derecha del presidente. Otros, que es el hombre del maletín de Mariano Rajoy, quien le tiene poco en cuenta y al que a veces le frena iniciativas. Incluso hay quien piensa que es un avezado estratega, hábil para colocar a los suyos en puestos clave. Pero en lo que coinciden todos es en que Jorge Moragas, jefe de gabinete del presidente, quien lleva su agenda, es una de las personas con las que Rajoy pasa más tiempo cada día.

“Su elección fue una sorpresa en su momento. Hay quien dice que él mismo se ofreció a Rajoy, y al presidente le cuadró y lo nombró”, explican fuentes del PP. Pero, ¿qué es lo que sedujo de este diputado barcelonés de 49 años al recién elegido presidente? “Su agenda internacional”, aseguran en el PP: “A diferencia de José María Aznar, que siempre ha tenido mucha vocación internacional, Rajoy se sentía débil en este flanco, y Moragas le aporta seguridad. Rajoy le respeta por sus buenas relaciones con otros países y partidos, se desenvuelve muy bien”. Y sabe idiomas, cosa poco común entre los dirigentes españoles.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona, al salir del Centro de Estudios Internacionales de Barcelona en 1995 ingresó en la carrera diplomática y consiguió un trabajo en Moncloa, en el departamento de protocolo de la presidencia del Gobierno, puesto en el que permaneció hasta 1998. En esos años, Moragas estrechó lazos con el que luego se convirtió en yerno de Aznar, Alejandro Agag, y entró a formar parte del clan de Becerril, llamado así por la localidad madrileña de Becerril de la Sierra (5.335 habitantes) en la que se reunían.

Según publicó El País en 2009, a aquellas reuniones auspiciadas por Agag a partir de 1996 acudían, además del propio Moragas, la actual consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar; el actual consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz; el exconcejal madrileño de Vivienda Sigfrido Herráez; el concejal Enrique Núñez y Adolfo Suárez Illana, entre otros. Tal y como aseguraba entonces El País, por aquellas citas también aparecieron personas vinculadas con la trama Gürtel, como Francisco Correa, Álvaro Pérez y el exconsejero madrileño Alberto López Viejo.

Ya fuera por su valía personal y profesional, por su cercanía al clan de Becerril de Agag o por las dos cosas, Aznar lo colocó en la dirección del partido en 2002, como secretario de Relaciones Internacionales. Así, daba el paso definitivo al ámbito político, involucrado en Génova y también FAES, fundación presidida por Aznar de la que fue patrono. Dos años después, se estrenó como diputado –repitió en 2008 y 2009 por Barcelona– con una expulsión de Cuba cuando iba a reunirse con disidentes en la isla.

En aquellos años, ya sin Aznar, en la oposición con Rajoy, Moragas sigue con los asuntos internacionales del PP, apoyado dentro del partido por Eduardo Zaplana, portavoz parlamentario, la entonces presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, y el sector más conservador del PP. Hasta tal punto tiene buena relación con ese ala del partido que, cuando llega el congreso de Valencia –junio de 2008– tras la segunda derrota electoral de Rajoy contra José Luis Rodríguez Zapatero, “no se sabía bien con quién estaba”, recuerdan miembros del PP. Sin embargo, Rajoy lo sigue manteniendo y lo nombra coordinador de Presidencia y de Relaciones Internacionales del PP, en el núclo duro de la dirección: es de los pocos de aquel sector que no sólo ha sobrevivido en el actual PP, sino que ha ido ganando poder en el círculo más próximo a Rajoy.

¿Ha llegado a su techo? Es difícil pensar que Rajoy pueda penalizar a Moragas por sus SMS animando a la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, Victoria Álvarez, a hacer explotar el 'caso Pujol', teniendo en cuenta los que el presidente le envió a Luis Bárcenas. En todo caso, dentro del PP no tienen claras sus ambiciones: “Nadie sabe bien qué quiere ser. ¿Ministro de Exteriores? Aún es un poco joven para los parámetros de Rajoy. De todas formas, lo que no se le puede negar es su habilidad para colocar peones por muchos sitios, siempre ha jugado a ello, preparándose para todos los escenarios posibles... El gabinete de Moncloa y el grupo de asesores está controlado por él”.

Si bien no está claro su futuro, lo que sí se sabe es que es la mano derecha de Rajoy. O su hombre del maletín. O un conspirador nato... En todo caso, quien lleva la agenda del presidente y una de las personas que más tiempo pasa con él.