El derrumbe el pasado 24 de abril de un complejo textil a las afueras de Dacca en el que se producía ropa para marcas internacionales ha causado al menos 693 muertos, informó a Efe una fuente oficial. La BBC, sin embargo, asegura que el número ha alcanzado ya los 700. En cualquier caso, en las últimas horas los equipos de rescate han recuperado más cadáveres y se prevé que continúe aumentando la cifra de fallecidos, dijo el portavoz del Ejército, Shahibula Islam.
Hasta el momento, 530 cuerpos han sido entregados a los familiares.
El siniestro, la mayor tragedia industrial de la historia del país asiático, también causó heridas de diversa consideración a 2.437 personas que se encontraban en el inmueble de nueve plantas y ubicado en la localidad vecina a Dacca de Savar.
Un número indeterminado de trabajadores continúan desaparecidos, probablemente sepultados bajo la enorme masa de escombros, que el Ejército y otros servicios públicos se afanan en retirar desde hace casi dos semanas.
En la jornada de hoy los responsables de la investigación del siniestro interrogarán a los detenidos, entre ellos al dueño del edificio -vinculado al partido gobernante en Bangladesh-, a varios propietarios de talleres textiles y a ingenieros municipales.
Las autoridades han apuntado como causas de la tragedia a cuatro generadores situados en el techo del inmueble, a la maquinaria industrial usada en su interior y la baja calidad de los materiales del edificio.
Bangladesh es el país del mundo con salarios más baratos en la industria de la ropa y por eso empresas de todo el mundo, incluida China, están trasladando parte de su producción al país asiático, de acuerdo con la Campaña Ropa Limpia.
Las compañías internacionales Primark, El Corte Inglés, Bon Marche, Joe Fresh y Benetton han confirmado producir en alguna de las empresas locales implicadas en el siniestro, y otras como Mango habían hecho pedidos de prueba en los talleres.