Invisible en las calles, en la prensa y en las redes sociales de Egipto, el político conservador Musa Mustafa Musa acude a las elecciones presidenciales como un candidato casi anónimo que ha evitado cualquier confrontación con el “rais”, Abdelfatah al Sisi.
Unos pocos carteles, que se pueden contar con los dedos y que pasan desapercibidos en un El Cairo empapelado de arriba abajo con la efigie de Al Sisi, son los únicos testigos de la existencia de la candidatura de un Musa que, prácticamente, no ha hecho ningún esfuerzo por pedir el voto.
El escaso interés que ha despertado la campaña del líder del partido Al Gad (El Mañana), una pequeña formación sin representación parlamentaria, se plasmó en el primer acto de campaña de su agrupación, al que solo acudieron unos veinte simpatizantes en el centro de El Cairo, metrópolis que roza los 20 millones de habitantes.
Musa, de 65 años, no ha participado en ningún mitin público, tampoco ha invertido recursos en propaganda y, desde el primer minuto de la campaña, dejó claro que no pretendía criticar a su rival y, ni mucho menos, plantarle cara en un debate.
En las entrevistas que ha concedido, siempre enfrascado en trajes de corte anticuado, Musa se ha negado vehementemente a decir una sola palabra negativa contra a Al Sisi, argumentando que descalificar a un rival electoral es una actitud “antidemocrática”.
“La competición electoral es un debate entre socios y no una rivalidad entre equipos”, dice un mensaje de la cuenta oficial de su campaña en Twitter, que tiene diez seguidores.
Su programa electoral refleja un estricto continuismo de la labor de Al Sisi, incluso respetando el papel preponderante que el Estado -y en particular el Ejército- tiene en la economía, algo que está en las antípodas ideológicas del liberalismo que defiende el partido Al Gad.
La sintonía entre ambos candidatos es tal que Musa se ha deshecho en elogios a su rival en varias ocasiones a lo largo de la campaña y ha admitido sin ambages que apoyará al Gobierno de Al Sisi en el caso de que salga victorioso en las urnas.
Incluso se ha visto obligado a desmentir que sea el responsable de unos carteles aparecidos en El Cairo en los que se veía estampada su imagen pidiendo el voto para el ex mariscal.
También circulan vídeos en las redes sociales en los que Musa, micrófono en mano, hace un encendido discurso arengando a sus seguidores para que contribuyan a una victoria aplastante de Al Sisi, pero esas imágenes podrían ser anteriores a la campaña electoral.
De hecho, hasta pocos días antes de anunciar su candidatura, Musa formaba parte de un comité de apoyo a la reelección de Al Sisi que él mismo fundó, y nadie sospechaba de sus intenciones de concurrir a las urnas.
Musa -Moisés, en árabe- materializó su candidatura tan solo unos minutos antes de que se cerrara el plazo legal para presentar la documentación necesaria, por sorpresa y cuando ya se habían retirado el resto de potenciales candidatos.
El aspirante, que continúa siendo desconocido para el gran público, solo ha ocupado un cargo de responsabilidad a nivel nacional: en 2010 fue elegido para el Consejo de la Shura, la cámara alta del Parlamento, disuelta por la Constitución de 2013.
Fue uno de los fundadores en 2004 de Al Gad, que un año después se dividió en dos por tensiones internas entre los dos líderes de la formación, Musa y Ayman Nur, quien fue candidato en las primeras elecciones presidenciales organizadas por el régimen de Hosni Mubarak, en 2005.
En 2012 el Al Gad se fusionó con otras formaciones en el partido del Congreso, que apoyó el golpe de Estado de 2013 y ha sido uno de los pilares del actual Gobierno.
Musa nació en Guiza, en el Gran Cairo, en abril de 1952 en el seno de una familia acomodada y asegura haberse titulado en arquitectura en Francia.
Este capítulo de su biografía ha causado polémica, porque un abogado le denunció ante la Justicia por la sospecha de que no tiene un título superior, un requisito que exige la ley electoral.
Al margen de la política, fundó junto a su hermano Ali varias empresas de materiales de construcción; está casado con Rauia Husein Badraui y tiene tres hijos: Mustafa, Enor y Mahri.
Por Manuel Pérez Bella