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La negativa del PP impide una reforma constitucional que acabe con el blindaje político y judicial de la monarquía

El líder del PP, Pablo Casado.

Iñigo Aduriz

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La negativa del Partido Popular a realizar cualquier modificación constitucional que afecte a la Corona impide que se pueda poner fin al blindaje político y judicial del rey. Este escudo legal que se traduce en la inviolabilidad del monarca, recogida en el artículo 56 de la Carta Magna, imposibilita ahora fiscalizar las presuntas irregularidades cometidas por Juan Carlos I mientras estuvo en el cargo, entre 1975 y 2014, que afectan supuestamente a su patrimonio privado y que provocaron su huida de España la semana pasada.

La dirección de Pablo Casado no está dispuesta a tocar la Constitución para evitar que Felipe VI mantenga la opacidad que ha caracterizado a la monarquía desde la restauración de la democracia. En enero, el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, ya dejó claro que el PP “no permitirá que se cambie ni una coma de la Constitución”. Y sin los votos del PP, principal fuerza de la oposición, o de Vox –que también se ha mostrado en contra de modificaciones constitucionales– resulta imposible aprobar cualquier reforma del estatus jurídico del monarca, ya que la propia Carta Magna exige una mayoría reforzada de dos tercios en el Parlamento para poder ser reformada.

Los populares siempre han interpretado todas las propuestas para limitar la impunidad del rey como un “ataque” al Estado, un discurso que recuperaron la semana pasada después del comunicado de la Casa Real anunciando la marcha de España de Juan Carlos I. Su marcha reabrió el debate sobre el blindaje constitucional del jefe del Estado.

En julio, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya planteó poner fin la inviolabilidad del rey para facilitar que se pueda investigar cualquier actividad ilícita incluso durante su mandato. “Los aforamientos de cargos públicos deben circunscribirse a su actividad. Defiendo lo mismo para el rey”, señaló entonces el jefe del Ejecutivo en una entrevista para elDiario.es e infoLibre en la que añadió: “La Constitución española tiene que evolucionar conforme a las exigencias de ejemplaridad y conducta política de las sociedades”.

Tras la huida del rey emérito, Unidas Podemos, socio del PSOE en el Gobierno de coalición, además de manifestar su rechazo a la gestión de la salida de Juan Carlos I realizada por la Moncloa ha llegado a plantear que se abra en la sociedad el debate entre monarquía y república.

Maroto denuncia una campaña de “acoso” contra el monarca

Ambas propuestas han sido rechazadas de plano por el PP, cuyo apoyo en el Congreso resultaría imprescindible para poder reformar la Constitución. En julio, los de Casado consideraron que la idea de Sánchez para acabar con la inviolabilidad del rey pretendía provocar un “debate capcioso” y acusaron al presidente del Gobierno de actuar con “electoralismo” ante la proximidad de las elecciones del 12J en Euskadi y Galicia. “Cualquier cambio en la Constitución debe hacerse con las mayorías que la alumbraron”, señalaron en Génova 13.

Ahora los populares hablan directamente de “ataques” del Ejecutivo de coalición contra la monarquía por la gestión de la salida de Juan Carlos I. Este lunes, el portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, aseguró en una entrevista en Onda Cero que el Gobierno ha puesto en marcha una campaña de “acoso” a la jefatura del Estado y erigía a su partido como el principal defensor de la monarquía. “El PP siempre ha respaldado la institución y quienes la han ocupado”, zanjaba

Desde que se supo la marcha del rey emérito el PP –y también Vox– ha dudado de la apuesta de Sánchez a favor de la monarquía parlamentaria y ha sembrado la sospecha de un posible cambio de régimen que se estaría pergeñando desde la Moncloa con la excusa de la crisis que vive la Casa Real. La pasada semana, el propio Maroto aseguró que el presidente del Gobierno defiende la monarquía “con la boca pequeña” y le conminó a “parar en seco a Podemos y a Pablo Iglesias” por sus “ataques” a la institución al plantear la necesidad de un debate entre monarquía y república.

Maroto reprocha a Unidas Podemos que “oculte” el legado de Juan Carlos I y “solo quiera poner el foco en una parte” con el objetivo de “derribar el sistema” de la monarquía parlamentaria. El PP insiste en que “nunca va a ser cómplice” de esa estrategia a su juicio “compartida” por los socios del Ejecutivo contra una institución que ha propiciado “una prosperidad desconocida” para España. “Persiguen derrocar el sistema”, señaló Maroto el viernes.

El complejo proceso de reforma

En este clima, el respaldo del PP a una reforma de la Constitución se ve como “imposible” dentro de las propias filas populares. Su postura es en todo caso decisiva porque la modificación de la Carta Magna para limitar el blindaje del rey es necesario aprobar el nuevo texto en el Congreso y en el Senado “con una mayoría de dos tercios de las cámaras”, lo que en la Cámara Baja supone contar con el apoyo de 233 diputados. Para que saliese adelante haría falta que no votaran en contra más de 117 diputados, y solo los de PP (88) y Vox (52) suman 140 escaños.

Además, si el texto se aprobara en ambas cámaras, después habría que disolver las Cortes Generales y convocar elecciones para que las nuevas Cortes ratificasen el cambio con mayoría simple –más votos a favor que en contra– en ambas cámaras, antes de someter la nueva Constitución a referéndum.

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