La negociación de PSOE y Sumar para la investidura tropieza con la reducción de jornada laboral
Fue una de las grandes promesas de campaña de Sumar. Reducir la jornada laboral para salir una hora antes del trabajo. Y se está convirtiendo en un verdadero nudo gordiano en las negociaciones con el PSOE para un acuerdo de Gobierno. El equipo de Yolanda Díaz considera que esta es una medida primordial, pero denuncia que los socialistas ni siquiera se abren a estudiar el tema. “Hay algunos temas en los cuales estamos encallados. Particularmente hay una cuestión, que es fundamental para Sumar, y es la cuestión de la reducción de la jornada de trabajo”, ha dicho este jueves el portavoz de la coalición, Ernest Urtasun, en una entrevista en La Sexta.
Aunque según explican en Sumar hay algunas cuestiones que están avanzando en la negociación entre ambos partidos, este jueves han elevado la presión por dos vías. Primero la vicepresidenta segunda ha afirmado en rueda de prensa que están negociando con el PSOE incluir un impuesto permanente a la banca en ese pacto y, más tarde, Urtasun ha desvelado que una de las cuestiones centrales está todavía encallada en esa mesa de negociación. En el PSOE rechazan dar ningún tipo de información sobre el curso de esas conversaciones y piden discreción a su socio. “Nosotros sí nos mantenemos en la discreción, que pedimos a todos. Es la mejor manera de llevar esto a buen puerto”, sostienen fuentes socialistas.
Las negociaciones llevan en curso desde finales de julio, días después de las elecciones. Pero hasta ahora el foco ha estado puesto en Junts y la redacción de una ley de amnistía para los encausados por el procés independentista. En la ronda de consultas que tuvo Pedro Sánchez con los diferentes partidos pactó con Sumar cerrar la negociación antes de que terminase octubre. Quedan menos de diez días para ese límite y hay cuestiones que todavía están lejanas y la reducción de la jornada laboral sin reducción de salario, según aseguran en Sumar, es una de ellas.
La coalición definió este compromiso en su programa electoral para las generales: “En 2024 se establecerá por ley una jornada laboral máxima de 37,5 horas y se abrirá un proceso de diálogo social para seguir reduciendo la jornada hasta alcanzar las 32 horas semanales”. Sin embargo, en el equipo de Díaz rechazan definir por el momento una cifra para esta negociación en concreto, que, según indican, los socialistas ni siquiera se han abierto de momento a valorar.
En Sumar no quieren hablar de “líneas rojas” pero sí que sitúan este tema como prioritario para este acuerdo, toda vez que en el resto de asuntos notan ciertos avances. En el equipo de Díaz sitúan la importancia de esta medida al nivel de lo que significó la reforma laboral durante la legislatura pasada, uno de los grandes hitos de la gestión de la líder de Sumar al frente del Ministerio de Trabajo. Recuerdan que la jornada laboral prácticamente no se toca desde hace un siglo y solo se modificó hace 40 años para llegar a las 40 horas semanales, sin contar los fines de semana. Todo ello, dicen, mientras los niveles de productividad del trabajo se han elevado exponencialmente. En España la jornada laboral de ocho horas al día o 48 semanales, quedó fijada en un real decreto de abril de 1919, después de las huelgas que unas semanas antes habían paralizado la actividad en diferentes empresas industriales del país.
La vocación de la plataforma de Yolanda Díaz con esta medida es reordenar los usos del tiempo para un mejor reparto de las tareas de cuidados y para que los trabajadores puedan destinar más tiempo “a la formación, al ocio o a la participación social”, tal y como defienden en su programa. “Los países que concilian mejor son más productivos y eso está en todos los estudios que tiene hecho por ejemplo la Organización Internacional del Trabajo. También porque aquellos países que han reducido la jornada laboral han sostenido una tasa de paro inferior a la media europea como es el caso francés y por lo tanto si para nosotros es una cuestión esencial, estructural de esta legislatura”, ha dicho Urtasun este jueves.
La medida no tiene el visto bueno del Partido Socialista pese a que UGT, su sindicato más cercano, lo estableció dentro de sus prioridades para el nuevo curso. “Queremos que en el Estatuto de los Trabajadores, donde pone que la jornada máxima legal son 40 horas semanales, ponga 35 horas”, dijo su secretario general, Pepe Álvarez, en un discurso a principios de septiembre en el que marcó las líneas estratégicas del gremio para la próxima legislatura.
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