¿Cuándo regularizó la familia De la Mata y Pobes los millones de pesetas en dinero negro que guardaban en pagarés opacos? ¿Se acogió la mujer del presidente del Congreso a la amnistía fiscal de 1991? ¿Cuál es el origen de esos numerosos cheques al portador que ingresaban en Eurocapital? Si el dinero no era negro, ¿por qué invertir entonces en unos pagarés de bajísima rentabilidad y cuya única ventaja era la opacidad frente Hacienda?
No hay respuesta oficial alguna a estas preguntas, pese a que la documentación a la que ha accedido eldiario.es muestra que la esposa, los cuñados, la suegra y las empresas familiares del entorno del presidente del Congreso tenían hasta 1.200 millones de pesetas fuera de la vista de Hacienda. Al cambio actual, convertido en euros y descontada la inflación, la cifra equivaldría a casi 15 millones de euros de este momento. Estas fuertes sumas se gestionaban mediante el banco de referencia de la familia, Eurocapital, y se invertían en productos financieros opacos que no tributaban. A día de hoy, no se sabe qué fue de estos importes, si se regularizaron, como en un primer momento asumió el presidente del Congreso, o si se buscó otra vía para mantenerlos fuera del alcance del fisco.
Nadie quiere dar explicaciones. El Partido Popular no quiere asumir un escándalo más y aleja de sus despachos esa trama de dinero negro destapada por eldiario.es y que implica a la familia política de la tercera autoridad del Estado con un banco que acabó intervenido y con sus gestores condenados por mantener una doble contabilidad. Uno de los portavoces del partido, Esteban González Pons, proclamó ayer el absoluto respaldo del partido al presidente del Congreso y anunció que la empresa de la familia política de Posada ofrecería todas las explicaciones necesarias frente a la información desvelada por eldiario.es. No ha sido así.
La redacción de eldiario.es se ha puesto de nuevo en contacto con Varma SA, la distribuidora de bebidas alcohólicas propiedad de Blanca de la Mata –la esposa de Posada– y sus hermanos. A pesar de que la empresa se ofreció a facilitar documentación que supuestamente probaría la claridad de los movimientos económicos a través de Eurocapital, a última hora se ha retractado y rechazar dar cualquier tipo de información adicional a lo publicado por eldiario.es.
Esta redacción ha conversado telefónicamente con Álvaro Gil-Casares, director financiero de Varma SA, quien se ha quejado de la noticia publicada: “Me han dejado ustedes a los pies de los caballos”. La redacción del eldiario.es ha solicitado cualquier documento que demuestre que la empresa de la familia política del presidente del Congreso regularizó sus pagos con Hacienda. Gil-Casares también se ha negado a proporcionar esa información: “¿Usted qué cree? ¿Que yo tengo la declaración de estos señores del año 1988?”.
Los señores, tanto en 1988 como en 2013, siguen siendo los mismos que hoy gestionan la empresa. También el director financiero, Álvaro Gil-Casares, que ya llevaba las cuentas de Varma SA en los años en los que utilizaba los pagarés gestionados por Eurocapital para esconder dinero negro. Su nombre y su firma aparecen en muchos de los documentos inéditos a los que ha podido acceder eldiario.es y que prueban estas operaciones supuestamente fraudulentas. Según el registro mercantil, Gil-Casares es además consejero de la empresa, con los hermanos De la Mata y otros ejecutivos.
En realidad, y pese a que han pasado 25 años, prácticamente nada ha cambiado en el cuadro de gestión de esta sociedad de alimentación. Sorprende ver que el mismo responsable que firmaba las operaciones en dinero negro y las solicitaba en 1988, es el responsable de esta compañía, una de las mayores del sector. El actual “director de mantenimiento”, José Antonio Cisterna, también figuraba en muchos de los movimientos realizados en la época, algunos a cargo de una empresa propia, Cisterna SA.
Tampoco ha cambiado apenas el consejo de administración, donde se sienta Blanca de la Mata y Pobes junto con sus cuatro hermanos. Tal y como adelantó ayer este diario, la esposa de Posada ingresaba millonarias sumas de dinero negro en unos pagarés opacos con los que esquivaba a Hacienda. Pero no solo Blanca de la Mata y Pobes y sus hermanos utilizaban esta estrategia. La empresa, hoy una de las más potentes del sector, recurría al mismo subterfugio para no pagar impuestos.
También sorprende que el número dos de la empresa sea otro hermano, José Manuel de la Mata, que era consejero de Eurocapital, la sociedad que gestionaba el dinero de la familia y que suspendió pagos en 1991. Al intervenir, el Banco de España encontró una caja negra con hasta 5.000 millones de pesetas en dinero negro. Este hermano fue inhabilitado por la gestión de la entidad financiera. En la época, compaginaba su labor de directivo de la empresa de distribución el de consejero del chiringuito financiero, del que la familia poseía el 20% del capital.
Varma está presidida por el mayor de los hermanos De la Mata, Pelayo, que obstenta el título de marqués de Vargas y también la presidencia de la patronal de bebidas espirituosas. Es el máximo representante del sector. La asociación, que reúne a los empresarios que comercian bebidas de más de 18 grados, está a su vez englobada en la Federación Española de Alimentación y Bebidas, miembro de la CEOE.
Hasta sesenta operaciones con productos opacos
Según demuestra la documentación que obra en poder de eldiario.es, el grupo utilizó Eurocapital para invertir elevadas sumas en efectivo o con cheques al portador en activos a los que no tenía acceso Hacienda. Esta práctica se extiende al menos desde 1987 hasta 1990 y afecta a las tres principales empresas del grupo: Varma, que ejerce de sociedad matriz, Disvasa, y Viasa. Estas dos últimas sociedades se escindieron o liquidaron parcialmente y su actual heredera es Importaciones y Exportaciones Varma. De la Mata es consejera de las tres empresas y también de otra de reciente creación, Alimentación Varma, con la que el conglomerado se lanzó al mundo de la comida. Según el registro mercantil, la mujer de Posada es administradora solidaria también de una sociedad denominada Bamasa Inversiones 2004 SL, creada en el año de su nombre, por lo que podría tratarse de una sociedad patrimonial.
El ejercicio de 1987 empieza con fuerza en las inversiones de estas tres compañías del grupo. Varma y Disvasa piden a la firma de inversión Eurocapital, que fue intervenida poco después por el Banco de España, que ingrese talones por valor de casi cien millones de pesetas cada una. Ese dinero se invierte en Pagarés del Tesoro y se convierten en auténticas líneas de liquidez sin impuestos para las dos sociedades. Así, Eurocapital les ofrece tipos de interés al principio muy elevados por estas inversiones –de casi el 17%–, que se van moderando hasta el 7,3% a finales de 1988.
A diferencia de las operaciones de Blanca De la Mata, las inversiones de las dos empresas se realizan en el rabioso corto plazo, con vencimientos de apenas siete días. Además, en los contratos y cartas que se cruzan con la entidad financiera especifican que la operación no es solo una inversión sino un pacto de recompra. Esto es: Eurocapital se compromete a comprarles en una semana sus valores del Tesoro por un precio determinado, obviamente superior al ingresado. Este tipo de operaciones llevan los intereses implícitos y se les conocía como “al tirón” o “al descuento”.
Por supuesto, las operaciones no tienen retención, y el dinero entra y sale sin cortapisas tributarias. Esta anomalía legal, que se consideró en la época como una amnistía parcial, no libraba a quien lo utilizara de ser penalizado por Hacienda si el fisco encontraba el dinero en el curso de una investigación. El dinero era negro a todos los efectos menos uno: la posibilidad de invertir estos pagarés, ya que el Estado se había hecho con el monopolio del dinero negro. Con todo, para que ese dinero sea legal a día de hoy, tiene que haberse acogido a algún programa de perdón con Hacienda.
Seguir la evolución de las operaciones financieras de las empresas es casi imposible. En apenas dos años, realizan 60 movimientos cada una, en los que reinvierten de forma continuada el capital cada vez que vence su plazo marcado de inversión, pero también sacan grandes sumas de dinero. A la vez que la empresa pide reinvertir la cantidad obtenida con los intereses, pide sacar grandes sumas en efectivo, desde cuatro hasta cuarenta millones de pesetas de una sola vez. Las salidas son casi semanales en algunos momentos. En resumen: gran parte de la tesorería de las firmas se gestionaba mediante estas inversiones, que funcionaban casi como si fuesen una cuenta corriente, pero ocultas al fisco.
Pese a la celeridad por mover el dinero, en el caso de Varma las inversiones con plazos de apenas días logran cosechar rendimientos por ocho millones de pesetas. En total se aprecian entradas de dinero nuevo por encima de los 150 millones de pesetas en cada una de las dos grandes empresas. En el cruce de operaciones no todo el dinero regresa a la empresa. Varma también envía parte a las cuentas personales de la familia De la Mata y Pobes. Sorprende ver que en las cuentas personales se manejan prácticamente los mismos montantes que en las cuentas corporativas. Eso sí, con una gestión de largo plazo y sin salidas tan cuantiosas. Su estrategia parece más orientada al ahorro.
Las operaciones llegan hasta 1990 y se frenan por dos circunstancias: a principios de 1991 el banco quiebra y, además, el Gobierno pone freno a este subterfugio y promulga una amnistía para canjear estos pagarés opacos por deuda pública especial y acabar con esta herramienta para el fraude. Según una primera versión ofrecida por Posada a eldiario.es, su esposa regularizó este dinero con Hacienda. Sin embargo, en una segunda declaración, el presidente del Congreso aseguró que todo era en dinero A.
Varma pertenece además a uno de los lobbies empresariales más poderosos de este país, el Insituto de la Empresa Familliar.