La definición de la relación del Estado con la religión se ha convertido en uno de los asuntos que más debate está generando entre los partidos a la hora de negociar la redacción de la Constitución de Nepal, un país que aún no sabe si será aconfesional o de libertad religiosa.
El borrador sobre el que trabajan los partidos dice que será “laico”, tal y como refleja la Carta Magna provisional vigente en el país desde que en 2006 el Parlamento así lo declaró en momentos en que Nepal celebraba el acuerdo de paz con la guerrilla maoísta que ponía fin a la guerra y aceptaba el final de la monarquía.
Según el Censo de Población y Hogares de 2011, en Nepal, un país con 26,5 millones de habitantes, hay 10 tipos de confesiones religiosas.
El hinduismo es la religión más importante con un 81,3% de seguidores (21.551.492), le siguen el budismo, con el 9% (2.396.099), el islamismo (4,4%), el kirat (3,1%) y el cristianismo con 1,4% (375.699).
De acuerdo con el texto original del borrador, Nepal será un Estado “republicano, independiente, indivisible, soberano, laico de múltiples castas inclusivas, orientado al socialismo democrático”.
El artículo 31 de la Constitución asegura el derecho a la libertad religiosa: “cada persona será libre de profesar, practicar y preservar su religión de acuerdo a su fe y distanciarse de cualquier otra religión”.
Sin embargo, una reciente consulta a la población arrojó que una gran cantidad de ellos abogaban por el reconocimiento de la religiosidad plural del país, incluso algunos llegaron a sugerir que el país fuera declarado hinduísta, algo que no es ni la India.
Los partidos han descartado de plano la posibilidad de que se declare al país hinduista, pero el laicismo ha quedado herido en la mesa de negociación.
La coalición de gobierno que forman el Congreso Nepalí (NC) y el Partido Comunista de Nepal Unido Marxista-Leninista (UML) son del parecer que el concepto de “aconfesional” debería ser reemplazado por el de “libertad religiosa”, mientras que la principal formación de la oposición, el Partido Comunista Unido de Nepal (UCPN, maoísta), cree que no.
El líder del UCPN, Babu Ram Bhattarai, indicó a Efe que el carácter laico del Estado es uno de los grandes logros alcanzados en la última década tras el acuerdo de paz y “uno de los elementos fundamentales para la construcción de la democracia”.
“No deberíamos alterarlo”, dijo Bhattarai.
El dirigente del NC Chin Kaji Shrestha declaró a Efe que su partido apoya el término “libertad religiosa”, ya que la palabra “laico” indica que el país no tiene ninguna relación con la religión.
“Somos de la opinión de que incorporar la idea de la libertad religiosa ayudaría al estado a honrar a la gente de todas las creencias de manera igualitaria”, afirmó Shrestha, al añadir que definir al país como aconfesional sería más “áspero” que hacerlo a través del concepto de la libertad religiosa.
El diputado del ULM Bhim Rawal también apuesta por el término “libertad religiosa”, para asegurar que la gente no es forzada a unirse a una religión.
“Creemos que la libertad religiosa será un enfoque más democrático. También ayudará a luchar contra la conversión forzada, ya que la gente tendrá el derecho a su religión”, dijo a Efe Rawal.
En ese sentido, aseguró que los partidos están haciendo esfuerzos para resolver el asunto lo antes posible, aunque siempre queda el recurso de votarlo en la Asamblea Constituyente (el Parlamento), donde su partido cuenta con mayoría.
Los partidos nepalíes se han marcado el fin de mes como fecha para alcanzar una nueva Constitución, pese a haber fracasado en la fecha del 16 de agosto que ya se habían fijado antes y en muchas otras anteriores, como fue el fracaso en enero de la fecha tope dada por la propia Asamblea.
El analista político Shree Krishna Anirudha Gautam, asesor del ex primer ministro Sher Bahadur Deuba, manifestó a Efe que el asunto más importante es cómo queda definido “laico” o “libertad religiosa” en la carta magna.
En su opinión, los partidos aceptaron usar “laicismo” en 2006 para dar igual prioridad a todos los grupos religiosos de Nepal, pero sobre todo porque era parte importante de la agenda de los maoístas tras una década de guerra civil, y era esencial incorporar esa idea para institucionalizar la paz.
“Sin embargo, las implicaciones de convertir al país al laicismo terminaron provocando algo diferente. La gente lo tomó como una herramienta para convertir a otra religión”, añadió, en alusión a la creencia de algunos de que no definir el país como hinduista da pie a todas las demás religiones a poder convertir a la población a su credo.
“Por eso los partidos han decidido optar por la libertad religiosa”, afirmó. Sanjeev Giri