La portada de mañana
Acceder
Los jesuitas admiten por carta que tuvieron un cura abusador en Madrid
Radiografía y mapas de los ataques de Israel en Líbano: “Llevamos años esperando”
Opinión - La fiesta acaba de empezar. Por Esther Palomera

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Nuon Chea admite su responsabilidad por los crímenes de los Jemeres Rojos

EFE

Bangkok —

0

El número dos de los Jemeres Rojos, Nuon Chea, admitió hoy por primera vez su responsabilidad en la muerte de 1,7 millones de camboyanos entre 1975 y 1979 y mostró su arrepentimiento ante el tribunal que le juzga por crímenes contra la humanidad.

El ideólogo de la organización lamentó los hechos que ocurrieron “intencionadamente y no intencionadamente”, de los que se declaró “responsable moral”, y expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas que estaban presentes en la corte, indicó el canal CNC.

Durante la misma sesión, el ex jefe de Estado Khieu Samphan lamentó el “sufrimiento indescriptible” que padecieron los camboyanos durante el régimen y también ofreció condolencias a las víctimas, aunque insistió en que su cargo no tenía ningún poder real y que desconocía las condiciones de vida de la población.

Nuon Chea, de 86 años, y Khieu Samphan, de 81, son los dos dirigentes del régimen de Jemeres Rojos procesados por el tribunal internacional, que los acusa de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.

En este caso, que empezó en junio de 2011, también estaban imputados el ex ministro de Asuntos Exteriores Ieng Sary, que murió el pasado marzo, y su esposa y ex ministra de Asuntos Sociales Ieng Thirith, que fue exonerada en septiembre de tener que sentarse en el banquillo de los acusados por el Alzheimer que padece.

El jefe torturador del régimen, Kaing Guek Eav, alias Duch, fue el primer acusado en ser juzgado y condenado a cadena perpetua por su responsabilidad en la muerte de unas 16.000 personas en el centro de detención y torturas de Tuol Sleng, en Phnom Penh, que dirigió.

Unos 1,7 millones de camboyanos murieron entre 1975 y 1979 en las purgas y deportaciones masivas al campo que se llevaron a cabo en condiciones infrahumanas para instaurar un régimen socialista rural de orientación maoísta.

El jefe supremo de los Jemeres Rojos, Pol Pot, murió en 1998 en la jungla del norte de Camboya.