El presidente de la Comisión Episcopal de Patrimonio Cultural de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Jesús García Burillo, no teme que “ningún gobierno” pueda “alterar sustancialmente” las relaciones con la Iglesia en aspectos como el Impuesto de Bienes Inmuebles, ya que la Iglesia no es un negocio.
“No es creíble que alguien pueda entender la iglesia como un negocio”, ha reflexionado en una entrevista concedida a Efe el también obispo de Ávila, para quien la Iglesia es un servicio “común” cuyo mantenimiento “cuesta mucho dinero” y se lleva a cabo “en función de la fe de la gente”.
“Sinceramente, no tengo temor de que ningún Gobierno pueda alterar sustancialmente las relaciones actuales”, ha indicado el prelado, para quien el patrimonio eclesiástico “se podría mantener de otras formas”, porque “hay otras posibilidades” que habría que estudiar y a las que no ha hecho referencia.
En su opinión, el “servicio” que presta la Iglesia con respecto a la cultura, la espiritualidad y la “moral” de las personas, para “mantener abiertas las relaciones humanas” produce “un plus de esfuerzo y generosidad” que “vale la pena mantener, también desde las instituciones públicas”.
Presidente de esta comisión desde 2011, Jesús García Burillo ha destacado los archivos, bibliotecas, museos, legislación de patrimonio y los bienes eclesiásticos en general como grandes asuntos en los que trabaja esta área, una “ingente” cantidad de bienes “de una gran belleza” que despierta en la sociedad “un gran interés”, a la vista del éxito de muestras como Las Edades del Hombre.
Por otra parte, a su juicio, ha evolucionado “mucho” la “conciencia” de contar con inventarios de bienes muebles e inmuebles, una “necesidad” que ha ido “in crescendo” por la colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Los robos de arte sacro como el del Códice Calixtino o los producidos en ermitas o iglesias han contribuido, en su opinión, a “controlar” cada vez más todos estos elementos y a una mayor colaboración con Policía Nacional y Guardia Civil, que “con cierta frecuencia” ayudan a recuperar bienes que ya se incluyen en esos inventarios.
Para García Burillo, la seguridad se ha convertido en un aspecto muy destacado para la Iglesia y que se ha avanzado “mucho” en esta área, también como consecuencia de la aplicación de la Ley de Patrimonio.
De la misma manera que se ha convertido en una “preocupación” la conservación de los bienes desde el punto de vista de su estado y para “evitar” casos como el del Ecce Homo de Borja (Zaragoza).
Sólo en la provincia de Ávila, ha indicado, a modo de ejemplo, hay cuatrocientos templos, que se procuran mantener “vivos” y “abiertos”, de cara a su mejor conservación, por lo que uno de los grandes retos es hacer frente a la despoblación.
Sin hacer un cálculo aproximado de la inversión que supone la conservación de todos los bienes, el presidente de la Comisión de Patrimonio ha incidido en que los beneficios que genera el patrimonio “no llegan ni al uno por ciento” de los gastos que supone.
Por ello, ha resaltado las “buenas” relaciones con las administraciones públicas a la hora de conservar los bienes patrimoniales de la Iglesia en España.
Aún así, la crisis también ha afectado a los convenios de colaboración en casos como el de Castilla y León, donde la Junta lleva “sin contribuir” desde hace, al menos, tres años, mientras que, en el ámbito nacional, el Plan de Catedrales lleva “en paréntesis” desde 2009, ha recordado.
De cara a la promoción de esos bienes, la Comisión ya ha recibido la petición de realizar una exposición de Las Edades del Hombre en Ávila en 2015, con motivo del V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, algo que “está hecho ya”, además de la celebración, también en Ávila, de las Jornadas Nacionales de Patrimonio.
Por Carmen T. Izquierdo