La reunión del pacto antiyihadista que sentó este lunes alrededor de una mesa a los principales responsables del Ministerio del Interior con los partidos políticos volvió a centrar parte de su atención en la posición de Podemos. El partido que dirige Pablo Iglesias asiste de forma habitual a estas citas en calidad de “observador”, ya que no ha firmado el pacto. Podemos disiente tanto de la forma como del fondo de un acuerdo promovido y firmado por PP y PSOE en febrero de 2015 y al que se sumaron luego otros cinco partidos.
Buena parte de las preguntas posteriores a la reunión giraron alrededor de la posición de Podemos. Pero esta vez su representante en estas citas, el diputado Rafael Mayoral, no estaba solo.
Los firmantes del Acuerdo para afianzar la unidad en defensa de las libertades y en la lucha contra el terrorismo, conocido como pacto antiyihadista, son siete: Ciudadanos, UPN, Coalición Canaria, PAR y UPyD, además de sus promotores. Este lunes, al otro lado de la mesa había otros seis representantes políticos. Como observadores, además de Podemos, acudieron a la reunión los portavoces parlamentarios de En Comú, Xavier Domènech; de ERC, Joan Tardá; del PNV, Aitor Esteban; del PDeCAT, Carles Campuzano; y de Compromís, Joan Baldoví. IU ha declinado asistir en el pasado.
En total, siete firmantes y seis “observadores”, entre quienes había representantes de partidos en tres gobiernos autonómicos. Dos de ellos, con competencias plenas en materia antiterrorista. Y uno, el que efectivamente está investigando los atentados en Barcelona y Cambrils.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, se sentó en el lado de los firmantes. El secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, con los observadores.
En el caso concreto de Catalunya, además, la presencia de Domènech y Mayoral, Tardá y Campuzano representa a más de la mitad del Parlament.
El pacto antiyihadista vio la luz en febrero de 2015. Promovido por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en principio solo contaba con la presencia de los dos principales partidos, siguiendo la estela del pacto antiterrorista suscrito en el año 2000 también por ambas formaciones, entonces con Aznar en La Moncloa y Zapatero como líder socialista.
Nueve meses después, PP y PSOE abrieron el pacto a otros partidos. Era plena precampaña de las elecciones generales de diciembre de 2015. Ciudadanos y Podemos apretaban en las encuestas y parecía claro que, más allá del resultado numérico, los comicios cambiarían la tradicional composición bipartidista del Congreso de los Diputados.
Mientras los de Albert Rivera suscribían el acuerdo, los de Pablo Iglesias negociaron asistir a las reuniones en calidad de observadores. La intención era doble: mostrar sus reticencias al contenido del pacto, y a su génesis bipartidista, y a la vez lealtad en una materia tan delicada como la lucha antiterrorista.
Este lunes lo explicó de nuevo Mayoral a preguntas de los periodistas. “Vamos a seguir manteniendo nuestro criterio político y nuestra lealtad institucional”. El criterio político es que Podemos no comparte el modelo del acuerdo ni la filosofía de las medidas que recoge, especialmente el endurecimiento del Código Penal. “Si eso fuera eficaz, estaríamos dispuestos a debatirlo, pero los últimos años han revelado que ni el endurecimiento del Código Penal ni los bombardeos sirven para reducir la amenaza terrorista”, aseguró en su día el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.
Unas medidas que, como la prisión permanente revisable, ya han sido implementadas por la vía parlamentaria. Este lunes, el Parlamento estaba representado prácticamente al completo en la reunión del pacto antiyihadista.