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Crónica

La ofensiva de Podemos para tumbar la ley Zerolo marca un punto de inflexión en la coalición de Gobierno

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias (c), interviene durante la sesión de control. EFE/Juan Carlos Hidalgo

Esther Palomera

17 de febrero de 2021 14:29 h

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El foco apuntaba sobre la derecha y, de repente, un nuevo destello obliga a fijar la mirada sobre los socios de Gobierno. El mismo día que Casado y Arrimadas buscaban elementos exógenos con los que justificar su debacle en Cataluña, salta otra chispa en la coalición que preside Pedro Sánchez. No es una más. Hace tiempo, sí, que se quebró la confianza mutua. También, que se emitían señales de incompatibilidad personal entre ministros de distinto signo. Pero que Unidas Podemos tratase el martes de liderar una ofensiva parlamentaria contra la llamada Ley Zerolo con el propósito de que decayera en el Congreso es un salto cualitativo para la ya de por sí procelosa relación entre socios que, sí o sí, están condenados a entenderse. Salvo, claro está, que alguno esté dispuesto a anotar en su debe la responsabilidad de un gobierno progresista fallido.

Por partes. En La Moncloa aún tratan de digerir lo ocurrido este martes en el Parlamento, esto es que desde Unidas Podemos, según desveló la cadena Ser y ha confirmado elDiario.es, intentaran convencer a ERC, Más País y Bildu para que votasen en  contra de la toma en consideración de la ley de igualdad de trato y no discriminación promovida por el ala socialista del Gobierno. Una maniobra de la que los republicanos catalanes, los abertzales y Errejón se desmarcaron con el argumento de que la norma era necesaria y amparándose en su negativa a entrar en las peleas internas del Gobierno. Los de Pablo Iglesias se pusieron en contacto incluso con la dirección del Grupo Popular para interesarse por el sentido de su voto para comprobar si salía o no finalmente la toma en consideración.

“Urge una ley de igualdad de trato y es una vergüenza que no exista”, afirmó María Carvalho, la diputada de ERC desde la tribuna que, al igual que Más País, votaron a favor del texto y anunciaron que su posición será idéntica cuando llegue la Ley Trans que trata de impulsar el Ministerio de Igualdad de Irene Montero y torpedean, a juicio de Unidas Podemos, desde la vicepresidencia primera del Gobierno.

Según fuentes conocedoras de la negociación, fue la diputada Sofía Castañón, secretaria de feminismos y LGTBI de Unidas Podemos, quien se puso en contacto con los portavoces de los otros grupos para pedir el “no” a la ley de Igualdad que había salido de la mesa del Consejo de Ministros camino del Congreso para empezar a tramitarse. 

Los socios preferentes del Gobierno empiezan a acusar cierta fatiga por las disputas cada vez más frecuentes entre Unidas Podemos y el PSOE y así se lo transmitieron a la interlocutora de los morados. De hecho, Aitor Esteban llegó a quejarse durante el debate en pleno del “tour de force” que cada semana protagonizan los dos partidos para tratar de distinguirse electoralmente el uno del otro. El PNV iba a abstenerse en la tramitación, pero “la forma que tienen PSOE y Podemos de consolidar un Gobierno” -según expresó Esteban-  le llevó finalmente a votar a favor. “No usen esta Cámara para meterse el dedo en el ojo uno al otro”, se quejó también Errejón.

Unidas Podemos había informado a La Moncloa a primera hora de la mañana del martes que votaría contra la Ley de Igualdad y no discriminación de trato, y solo cuando falló su ofensiva por arrastrar a la izquierda parlamentaria al “no” viró a la abstención. La decisión fue comunicada al presidente Sánchez, que informó a su vez a la dirección del Grupo Socialista. Lo que no conocía Sánchez en ese momento, que encajó “con normalidad” que sus socios rompiesen la unidad de voto, fue la operación “tumbemos” la ley Zerolo que pretendían promover sus socios y que ha despertado la ira de los socialistas.

Los morados han pasado del “psicodrama mediático” para presionar en las negociaciones con el PSOE a presentar enmiendas a los proyectos legislativos de su propio Gobierno, como ocurrió el pasado lunes con el Ingreso Mínimo Vital, aprobado en la Mesa del Consejo de Ministros.  Esto después de que la vicepresidenta Calvo impulsara la Ley de Igualdad de Trato con un informe contrario al Ministerio de Igualdad. El hartazgo es notable por ambas partes y en la parte socialista atribuyen la actitud de Unidas Podemos al malestar de la ministra de Igualdad, Irene Montero, con la vicepresidenta Calvo por sus objeciones a la Ley Trans que prepara su departamento y ha dividido profundamente al movimiento feminista. “Hay un problema de colisión evidente y no se atisba un punto de acuerdo intermedio”, reconocen en el Gobierno respecto las materias que separan a Calvo y Montero. En Podemos responden, por su parte, que la batalla sobre la ley trans la perderá la vicepresidenta primera “sí o sí” y que en determinados ámbitos del PSOE son conscientes de ello y de la erosión que el debate ha supuesto para el crédito que su partido acumulaba en materia de igualdad. “Lo que está en juego ya no es una ley, sino quién logra la hegemonía cultural en ese mundo y esto es algo que ya atesoramos los de Unidas Podemos”, añaden desde la formación morada.

Los socialistas ya han advertido, según fuentes gubernamentales, a sus socios que tras el último episodio han abierto un precedente por el que el PSOE podrá presentar enmiendas a las leyes que impulsen desde los ministerios de Podemos y, además, buscar a partir de ahora alianzas con otras fuerzas políticas. En la sesión de control de este miércoles, los socialistas evitan aplaudir las respuestas de Iglesias a las preguntas de la oposición, algo que no suele ser habitual y refleja la tensión por las últimas desavenencias por asuntos como la Ley Trans, el Ingreso Mínimo Vital o las propias declaraciones del vicepresidente segundo sobre la ausencia de una democracia plena en nuestro país. Iglesias por su parte sí aplaudió las intervenciones de Sánchez y de Calvo durante la sesión.

¿Marca lo ocurrido el martes en la Cámara Baja un punto sin retorno en la coalición? ¿Se ha convertido en sistémica la diferencia entre socios? Desde Unidas Podemos entienden que la ley Zerolo es “una operación para bloquear la ley trans” y admiten que su formación buscó un acuerdo con ERC y con la izquierda al respecto, pero confían en que la situación es reconducible porque no hay alternativa posible de Gobierno. 

Próximo almuerzo Sánchez-Iglesias

Desde el PSOE admiten serios problemas de convivencia e incluso incompatibilidades personales y se preguntan dónde lleva a Unidas Podemos su estrategia, ya que ninguno de los socios parece estar por la ruptura ni mucho menos. Esgrimen que la actitud de los de Iglesias tampoco le reporta beneficio siquiera entre su propio electorado, donde las “peleas continuas” entre socios no se entienden y además Pedro Sánchez “tiene una valoración superior al secretario general de Unidas Podemos”.

De momento, la herida se mantiene abierta y ha provocado además que en La Moncloa no haya fecha para reanudar las reuniones de coordinación que los lunes por la mañana celebraban sendos equipos en Moncloa para coordinar agendas y mensajes. El sanedrín estaba compuesto de un lado por Sánchez, Calvo, Ábalos, Lastra e Iván Redondo y de otro, por Irene Montero, Echenique y Juanma del Olmo. Fue suspendido en buena lógica durante la campaña electoral en Cataluña al entender que no se podían coordinar estrategias entre competidores, pero nadie ha pasado por alto que no se reanudó el pasado lunes, tras el 14F, ni de que no haya noticias de que vaya a convocarse la próxima semana. Tampoco de lo contrario, más allá de que en el PSOE hablan, sin ambages, de una “falta de confianza evidente” y de una dinámica habitual entre sus socios por la que “todo lo que allí se habla termina en las páginas de los diarios”.

Tampoco ha vuelto a reunirse la bilateral de coordinación parlamentaria, en la que Sánchez sustituyó a Calvo por María Jesús Montero y también están Adriana Lastra y Rafael Simancas, además el secretario general de la Presidencia del Gobierno, Felix Bolaños, junto a Irene Montero, Nacho Álvarez, Ione Belarra, Echenique, Jaume Asens y Enrique Santiago. En la última, que tuvo lugar hace tres semanas, se pidió discreción sobre el desarrollo a ambas partes, pero Podemos se desayunó con una filtración de sus socios donde se contó hasta la última frase allí pronunciada.

El próximo capítulo parece que se rodará en el despacho de Sánchez en una nueva conversación con Iglesias, que ambos tienen pendiente desde antes de las catalanas y que todo indica que se celebrará más pronto que tarde. La semana próxima ya está previsto un almuerzo entre ambos para intentar reconducir la situación.

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