Las tres opciones más probables del rey

¿Qué puede pasar este jueves? ¿Qué opciones principales tiene el rey? Básicamente pueden pasar tres posibilidades: que Felipe VI vuelva a encargarle a Rajoy la formación de un Gobierno y el presidente en funciones acepte; que no acepte o abrir un periodo de reflexión a la espera de que cambien las posiciones y los números salgan para el candidato conservador.

A la luz de las primeras declaraciones de los portavoces que ya han ido pasado por Zarzuela, el rey parece inclinado a la opción de no proponer ningún nombre por el momento, salvo que Rajoy se lo pida expresamente.

Mientras tanto, el PP fía toda su suerte a un argumento ambiguo: “Sería absurdo ir a la investidura si no se cuenta con votos suficientes para ser investido”. La frase corresponde a la declaración realizada este lunes por el portavoz parlamentario Rafael Hernando y esconde en sí misma imprecisiones que la historia desmonta. Rajoy podría aceptar el encargo del rey sin necesidad de llevar los acuerdos bajo el brazo a la reunión de Zarzuela. Es lo que hizo José María Aznar, tras ganar por estrecho margen con el PSOE las elecciones de 1996.

En aquel momento, Aznar fue designado por Juan Carlos I sin haber pactado previamente el apoyo de nadie. Al predecesor de Rajoy le costó casi un mes conseguir los votos de PNV, CiU y CC que le convirtieron en presidente. Pese a que al socialista Felipe González le daban los números para buscar una alternativa, el rey propuso al del PP sin pedirle garantías previas.

Pero Hernando ha calificado de “teatrillo y postureo” a la idea de acudir a una sesión de investidura sin los apoyos suficientes. Y, dado que Mariano Rajoy quería acudir el 2 de agosto y que a 25 de julio no le salen las cuentas, el PP plantea la necesidad de posponer los plazos.

“Ir a una investidura sin apoyos no tiene sentido”, ha insistido Hernando. “Dicen que no quieren elecciones y que gobierne el PP, pero es necesaria la colaboración de los demás”, ha señalado así el portavoz popular a PSOE y Ciudadanos, partidos con los que ha reconocido “contactos de forma discreta” para cambiar su sentido del voto.