La organización criminal de Villarejo investigaba a Jordi Pujol Jr. 20 meses después de que el caso se judicializara

Pedro Águeda

21 de noviembre de 2020 22:54 h

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Octubre de 2014. La mano derecha del comisario Villarejo, el abogado Rafael Redondo, escribe un correo electrónico a otro empleado de Cenyt, la sociedad en la que ambos socios camuflaban la presunta organización criminal que ahora investiga la Audiencia Nacional. En ese correo se adjunta todo tipo de documentación sobre el proyecto Puerto del Rosario, una de las patas sobre la que se asienta ya en ese momento la causa judicial a Jordi Pujol Ferrusola. Quedan casi dos años para que todos los excesos del Ministerio del Interior contra el proceso soberanista reciban el nombre de Operación Catalunya. 

elDiario.es ha tenido acceso al correo electrónico que demuestra que Villarejo y su grupo no solo participó en el arranque del caso Pujol sino que, pese a no integrar la policía judicial que actuaba a las órdenes de Pablo Ruz, siguió indagando en los presuntos delitos de la familia veinte meses después de que el magistrado de la Audiencia Nacional abriera la causa. 

En el correo electrónico, Redondo adjunta a su colaborador la escritura de constitución de Inter Rosario Port Services, la constitución de la sociedad Terminal Multipropósito Puerto del Rosario y el contrato de concesión del proyecto, entre otra documentación. La comunicación se envía a través de un sistema encriptado manejado por la empresa de servicios de Inteligencia de Villarejo. Con Cenyt, Villarejo vendía a sus clientes dosieres sobre terceros a partir de información reservada que obtenía gracias a su condición de funcionario destinado en el corazón de la seguridad del Esado. 

El citado correo electrónico es un nuevo indicio de cómo la brigada política de la primera legislatura de Mariano Rajoy utilizó la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) para blanquear la información obtenida por un grupo de presuntos delincuentes, con Villarejo al frente, e introducirla en sumarios judiciales. Estos hechos tienen lugar incluso después de que José Luis Olivera, el comisario amigo de Villarejo en el foco de la Fiscalía Anticorrupción, dejara de ser jefe de la UDEF para convertirse directror del Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO). 

En una conversación incorporada al sumario del caso Villarejo, el comisario se refiere así a su pacto con Olivera: “Les damos los datos, ellos (los agentes de la UDEF) se apuntan el tanto y nosotros cobramos”. La sospecha de los investigadores es que Olivera no solo “se apuntaba el tanto” sino que también recibía una mordida. La defensa de los acusados en el caso Ausbanc, por ejemplo, han utilizado esta presunta connivencia para intentar anular el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional. 

El pasado mes de julio, el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, propuso juzgar a siete miembros de la familia Pujol, incluido el expresidente de la Generalitat y su hijo mayor, Jordi Pujol Ferrusola, por integrar una organización criminal con la que se habrían enriquecido aprovechando la posición política del patriarca. En el auto se dice que Pujol Ferrusola y su entonces mujer, Mercé Gironés, utilizaron la operación de Puerto del Rosario “sin más finalidad que ocultar los fondos ilícitamente obtenidos y que ocultaban a la Hacienda Pública”.

“La investigación sobre Puerto del Rosario se hizo desde Cenyt”

El detective Francisco Marco, antiguo director de la agencia Método 3, y el periodista Manuel Bravo Pérez, acaban de publicar ‘La España inventada’ (Indicios, 2020), un voluminoso recorrido por la carrera del comisario Villarejo desde que ingresara en la Policía en 1973 y hasta que fuera detenido en noviembre de 2017. En el capítulo dedicado a la Operación Catalunya, un antiguo empleado de Villarejo afirma: “La investigación sobre Puerto del Rosario se hizo desde Cenyt”.

El trabajo de investigación relata cómo el caso Pujol parte de la denuncia ante la UDEF de Victoria Álvarez, antigua amante del hijo mayor del expresident. “Álvarez recibiría una asignación mensual de 2.500 euros durante varios años que procedía de los fondos reservados”, revelan Marco y Bravo Pérez. En el sumario del caso Pujol consta como la propia Álvarez cuenta que es Rafael Redondo, el socio de Villarejo, quien la recoge en la estación de Atocha y la lleva a declarar a la sede de la UDEF. 

El abogado Redondo, hoy investigado en varias piezas de la causa Tándem por su destacado papel en la presunta organización criminal de Villarejo, asistió a la declaración que dio origen al caso Villarejo. Era el único de los presentes en esa sala de la sede de la UDEF, en el “cuartel general” de Canillas, que no era miembro del Cuerpo Nacional de Policía. 

La intromisión de Villarejo y de su grupo en investigaciones de la UDEF también afecta a otros relevantes casos como Gürtel y apunta a que el comisario no solo sacaba rendimiento económico sino que manipulaba las pesquisas en su propio interés. “Que la Gürtel los podía haber, vamos, los podía haber mandado a todos a tomar por el culo si no llega a ser por éste… y eso no se puede olvidar en la puta vida”, dice Villarejo, en referencia a Olivera, presente durante la comida en la que se realiza la grabación. Los policías deslizan que hicieron desaparecer pruebas que habrían implicado a dirigentes del Partido Popular. 

Villarejo pretendió hacer negocio con la Operación Catalunya. En unas grabaciones incautadas al comisario, y en poder de la Audiencia Nacional, aparecen éste y dos de sus colaboradores organizando un plan en favor de los banqueros que habían escondido el dinero de los Pujol en la última época, los hermanos Cierco, dueños de BPA. El grupo de Villarejo planea extorsionar al banco rival, Andbank, del que pretenden obtener 50 millones de euros.

Asuntos Internos en las maniobras

Las maniobras policiales en busca de información comprometedora de políticos soberanistas contaron con la participación de Villarejo y su presunta organización criminal en colaboración con funcionarios de Policía. Es el caso de la Unidad de Asuntos Internos, dirigida entonces por Marcelino Martín-Blas, imputado en la pieza Kitchen del caso Villarejo. 

‘La España inventada’ incluye transcripciones de grabaciones de Villarejo con Martín-Blas que confirman la actuación de éste último en la Operación Catalunya. Antonio Giménez Raso es el expolicía con el que trabaja Villarejo sobre el terreno. En una grabación del 6 de mayo de 2014, Villarejo dice a Martín Blas: “Yo le he dicho que te lo cuente todo a ti, y tal”. Y el entonces jefe de Asuntos Internos, en una investigación ajena a los cometidos asignados a la unidad que investiga a policías corruptos, responde: “En cuanto tenga un momento le voy a llamar, porque le encargué unas cosas y a ver cómo las lleva”.