Orlena de Miguel (Madrid, 1979) ejerce de portavoz de Ciudadanos en Castilla-La Mancha. Fue concejala en Torrejón del Rey, municipio de Guadalajara, la circunscripción por la que fue elegida diputada en el Congreso en la corta legislatura de 2016. El pasado 10N Ciudadanos perdió los cuatro diputados castellano manchegos que había conseguido unos meses antes en las generales del 28 de abril.
Desde 2017 y hasta hace pocas fechas, ocupó la secretaría de Área de Movilidad y Seguridad Vial en la Ejecutiva del partido. En enero de este año, De Miguel anunció que concurriría a las primarias para ser la candidata autonómica de Ciudadanos y enfrentarse en mayo al socialista Emiliano García-Page. Pero la dirección del partido le pidió que diera un paso a un lado y así lo hizo.
De Miguel fue una de las dirigentes que se abstuvo en la votación que provocaron Luis Garicano y Javier Nart en una reunión de la dirección –el mismo día de la dimisión de Toni Roldán– para que el partido levantara el veto al PSOE a cambio de una serie de condiciones, una iniciativa que no prosperó. A finales de julio de este año, Rivera decidió prescindir de ella en la Ejecutiva Nacional alegando que no tenía cabida en la dirección “al no tener ya representación institucional”. Junto a ella aquel día también fue destituido por el Consejo Político Fernando Maura, otro dirigente que votó a favor de la propuesta de Garicano y Nart y que abandonó su cargo ese mismo día.
Orlena de Miguel es Licenciada en Filología Hispánica. Atiende a eldiario.es por teléfono en plenas fiestas navideñas y analiza sin poner paños calientes las cosas que cree que ha hecho mal su partido, en el que pese a todo, asegura que sigue confiando a la espera de ver cuál es el proyecto de Inés Arrimadas como candidata a la presidencia de Ciudadanos.
¿Cómo ve a Ciudadanos en esta nueva etapa en la que ha entrado después de la debacle que sufrió el 10N?
Pues buscando rumbo, viendo a ver qué ha sucedido y lo que ha fallado para intentar corregirlo.
¿Y cuáles son en su opinión las causas por la que su partido sufrió ese duro castigo?
Como en todas las derrotas electorales yo creo que hay muchas causas, no solo una. Por un lado, evidentemente, falló la estrategia y en eso estamos todos de acuerdo. Y también falló la comunicación para explicar hacia fuera, e incluso también hacia dentro, qué es lo que queríamos hacer. Y esas son dos cosas en las que tenemos que mejorar. Como nadie nos entendió, en alguien al que no entiendes no puedes confiar, no le puedes votar.
Rivera dimitió y después varios miembros de su Ejecutiva anunciaron que también se iban, pero aun así algunos –como Fran Hervías y José Manuel Villegas– han sido elegidos para formar parte de la Gestora. ¿Cómo lo ve?
La razón que dieron para esa decisión fue que por su experiencia eran necesarios para pilotar de una manera más tranquila el camino hacia el Congreso, una cosa que yo no entiendo mucho. Si los salientes no se ven capacitados para analizar las causas de la debacle –porque ha sido una debacle, no se puede decir otra palabra–, no entiendo muy bien cómo no pueden analizar las causas pero sí hacer el proyecto de futuro porque los documentos con el posicionamiento que va a debatir en la Asamblea los van a hacer los mismos. A mí, personalmente, eso me crea cierta incomprensión. Me hubiera gustado que se hubiera designado una Gestora más nutrida con perfiles más técnicos, no digo haciendo un corte radical porque eso tampoco se puede hacer. Pero bueno, eso ya es agua pasada y la Gestora es la que es y con ella tenemos que funcionar.
Precisamente, como usted comenta, la redacción de los documentos de las ponencias quedan en manos prácticamente de los mismos que han formado parte del antiguo aparato del partido. ¿Eso no contamina la frescura con la que quieren afrontar la nueva etapa?
Más que contaminar, creo que enriquece poco. En un equipo encargado de hacer una ponencia sobre la que tienes que renovar tiene que haber gente que estaba antes y gente con ideas nuevas, ser más mixto, para enriquecer. El debate enriquece y cuantas más ideas se puedan aportar, mejor. De todas formas, habrá que esperar a tener el documento y con él en la mano juzgaremos.
¿Se considera usted una persona crítica dentro de su partido?
Soy una persona crítica en general en mi vida. Pero tener un criterio personal es bueno. Puedes coincidir dentro del grupo y es lo deseable cuando estás en un partido político, en un alto porcentaje porque para eso te metes en esta especie de club que es lo que es un partido político. Pero no puedes coincidir al 100% porque si coincides al 100% quiere decir que algo está fallando o que alguna de esas ideas no es tuya, las estás cogiendo de otra persona. Soy crítica en general. Antes me dedicaba como profesora a dar clases de lengua española y una de las cosas que más me gustaba de la enseñanza es que tenías que ayudar a estimular en los estudiantes el espíritu crítico, por eso creo que es necesario que también lo tengas tú.
¿Cree que en Ciudadanos hay libertad para decir las cosas cuando se discrepa, o se paga por ello?
La libertad tiene sus riesgos. La libertad nunca es gratis y eso se ve en todos los aspectos de la vida. Dentro de Ciudadanos sí que hemos visto que hay una cierta intolerancia a la discrepancia y negarlo es absurdo porque está ahí. He sido una discrepante ante muchas cosas en mi vida, pero cuando me equivoco lo asumo con la misma pasión que peleo cuando creo que tengo razón. ¿Se ha pagado por discrepar? Pues sí, y yo creo que esa es una de las cosas que tenemos que cambiar. Creo que mi partido tiene que ser más abierto a escuchar opiniones diferentes para intentar llegar a consensos, porque si eso es lo que quiero para mi país, el ejemplo tengo que tenerlo dentro.
Usted fue miembro de la Ejecutiva y en el Consejo General de finales de julio Albert Rivera decidió que ya no era necesaria y su hueco lo ocupó otra persona. Aceptó la decisión, ¿pero le dieron explicaciones?
No, nadie me explicó las causas… Bueno, sí, me dijeron que era porque no tenía un cargo institucional en ese momento. Pero si no tenía un cargo institucional fue porque me pidieron que no me presentase [a las primarias para ser la candidata a la Junta de Castilla la Mancha] y en ese sentido sí me pareció injusto porque yo creo que aportaba mi granito de arena en la Ejecutiva. En todo caso, tal y como lo tenemos establecido en Ciudadanos, la Ejecutiva la elige el presidente, que es el que designa a su equipo, y si este decide que yo ya no le hago falta en ese equipo, pues nada, no hay más. Igual que cuando te llama lo aceptas, también lo aceptas cuando te dice que te vayas.
Se sintió entonces maltratada.
Agradable no es. Esas cosas nunca son agradables, igual que cuando te despiden o cambias de trabajo contra tu voluntad. No pasa nada, la vida continúa. Aunque no estoy ya en la Ejecutiva, sigo aportando como afiliada.
¿Se ha llegado a plantear dejar el partido?
Pues es que a mí lo que realmente me interesa de Ciudadanos, y por lo que ha sido mi primera, única, y no sé si última afiliación a un partido político, son sus ideas. Me parece buenísima la capacidad de un partido de poder pactar, para hacer consensos amplios, poder regenerar la vida pública y llevar a cabo las reformas que hasta ahora ningún partido político se ha atrevido a hacer en España sin el peso de estar en un bando u otro, como hemos estado acostumbrados los españoles. A mí eso me apasionaba y me apasiona. Por lo tanto, yo quiero seguir en este proyecto mientras este proyecto signifique todo eso. La idea era muy necesaria en 2014 cuando me afilié y ahora creo que es imprescindible.
¿Inés Arrimadas es la única dirigente capaz de sacar a Ciudadanos de donde se encuentra?
Inés Arrimadas creo que tiene muchas cualidades como candidata y creo que lo ha demostrado. Tiene en su trayectoria el haber conseguido ganar a los nacionalistas e independentistas en Catalunya, algo que siempre se decía que era imposible. Tiene cualidades y carisma y va a ser una candidata magnífica. Pero lo que vamos a elegir en marzo no es una candidatura a la presidencia del Gobierno, que creo que ya sería maravilloso, sino la candidatura a la presidencia del partido. Como candidata a la presidencia del Gobierno, Inés Arrimadas sería un auténtico lujo porque tiene muy buenas cualidades para eso, pero como candidata a la presidencia del partido todavía no lo sé porque no sé cuál es su proyecto. Cuando sepa cuál es su proyecto y su equipo, que espero que esté alineado con lo que creo que tiene que ser el partido, pues me parecerá muy buena candidata también.
¿Cómo ve la posibilidad de que Francisco Igea [vicepresidente de la Junta de Castilla y León] compita en primarias contra ella por la presidencia del partido?
No lo sé porque, como le digo, no sé cual es el proyecto de partido de Inés. Habrá que tener un poco de paciencia porque aún no le ha dado tiempo a definirlo. Si sé cuál es el proyecto de partido que tiene Paco Igea, porque somos amigos y hemos hablado y estamos alineados en ciertas cosas, coincidimos en la consideración de lo que ha fallado y en lo que hay que cambiar a grandes rasgos y sé más o menos lo que hará él. Pero tampoco sé si se va a presentar a primarias. Claro que, repito, si Inés presenta un proyecto que esté alineado y pueda funcionar para unir al partido y para llevar a cabo los cambios que son necesarios tampoco vería necesario que hubiera otra candidatura.
¿Usted apoyaría a Igea?
Aquí lo importante es votar proyectos, no personas. Yo apoyaría un proyecto con un modelo de partido, no a una persona sobre otra.
Hablaba antes del triunfo de Arrimadas en Catalunya. Ahora las encuestas les dan allí una importante bajada, pronostican que pueden pasar a ser de la primera a la cuarta fuerza política si hay elecciones autonómicas. ¿Fue un error que Arrimadas dejara el liderazgo?
Nunca sabes si una decisión va a ser la acertada hasta que no la tomas y pasa el tiempo. Ver ahora con los ojos de hoy lo que pasó ayer no creo que sirva de mucho. No sabremos si esa bajada que nos dan las encuestas es porque no esté Inés Arrimadas allí, porque Lorena Roldán hace muy buen trabajo. Casi nunca es un único factor el que te hace subir o bajar ante la opinión pública, son un conjunto de factores. Lo que habría que hacer es analizar las causas e intentar ponerles remedio porque me parece a mí que vamos a tener elecciones en Catalunya dentro de muy poco.
Volviendo a la política nacional. ¿Comparte la idea de que vetar al PSOE fue un error?
Dos cosas: yo creo que Pedro Sánchez nunca hubiera aceptado un pacto con nosotros, nunca, porque hemos visto y estamos viendo su forma de actuar. Pero nuestra obligación tendría que haber sido dar esa opción [de pacto] para no vernos abocados a otras elecciones porque una repetición electoral en sí misma no solo era ya bastante dañina para nuestro país, sino porque mira en qué situación estamos ahora.
¿Y no vetar a Vox y aceptar sus votos en Andalucía, Madrid, o Murcia?
A mí una de las cosas que me atraía muchísimo de Ciudadanos, aparte de la idea original de buscar consensos y reformas, era que en todos los pactos había que intentar llegar a los consensos más amplios posibles pero siempre más cerca del centro, de la moderación, de la lógica, porque cuando te vas a un extremo te acabas equivocando. Además, los extremos, en los que para mí están Vox y Podemos, acaban excluyendo a la otra parte. Dentro de la moderación del centro incluyes a todo el mundo. El extremo siempre es excluyente.
¿Por qué hay que tenerle tanto miedo a Unidas Podemos y alertan del peligro de pactar con ellos?
¿Y por qué hay tenerle tanto miedo a Vox? Es que es lo mismo y lo acabo de decir, porque son excluyentes, excluyen a todos los que no piensan como ellos.
¿En la V Asamblea General de marzo deberían sentarse las bases de futuros pactos para que queden claros?
Bueno, esas bases ya estaban sentadas. En nuestros valores y en nuestra ideología ya estaban excluidos de nuestros pactos los extremos y los nacionalismos.
Sí, pero han aceptado sentarse con Vox y sus votos para cerrar gobiernos.
Pero no es lo mismo un pacto que dejar que te voten o se abstengan otras formaciones. Hay que dar estabilidad a las instituciones porque tienen que echar a andar, como lo hemos visto en muchos ayuntamientos.
Arrimadas ha estado ofreciendo a Pedro Sánchez la vía de los 221 escaños para un pacto entre los tres partidos constitucionalistas. ¿Con 10 escaños un partido está legitimado para liderar tal propuesta?
Pues no sé si está legitimado, pero alguien lo tiene que hacer y por ahora de momento solo lo ha hecho Inés. Ojalá esa llamada para sentarse con nosotros la hubiera hecho Pedro Sánchez o hubiera llamado a Pablo Casado o Pablo Casado a Pedro Sánchez para hablar de esto. Pero es que eso no ha ocurrido. Es que aquí se están poniendo los intereses de partidos y de personas por delante de los intereses de los españoles.
Lo que le pregunto es con qué legitimidad puede ofrecer Arrimadas un pacto con los escaños de los demás cuando su partido cuenta solo con diez diputados.
Eso tendría que preguntárselo a ella. Supongo que habrá tenido sus conversaciones. Pero yo creo que es una idea no es una imposición, una vía que pone encima de la mesa de que es posible dar estabilidad, de que es posible llegar a un acuerdo de concentración después de llevar con gobiernos en funciones más de un año y pasar por sucesivas crisis institucionales. Cuando se nos viene encima un escenario muy complicado de crisis económica, de inestabilidad política en general en Europa y en el mundo, creo que es necesario ponernos de acuerdo para sentar unas bases sobre las que actuar.
¿Teme que Ciudadanos desaparezca cuando haya nuevas elecciones?
Espero que no. En el caso extremo de que hubiese elecciones, espero que hayamos conseguido hacer a tiempo autocrítica para poder solucionar todos los problemas que nos hemos creado nosotros porque, evidentemente, cuando te retiran su respaldo los ciudadanos para que bajes de 57 a 10 escaños es que has hecho algo mal tú. Y una vez que ya lo has encaminado, que nos dé tiempo a volver a a ilusionar, a generar confianza y volver a trasladar nuestras ideas a la ciudadanía porque son muy buenas, es lo mejor para España. Por eso espero que no solo no desaparezcamos sino que seamos la llave del cambio.
¿Es partidaria de dar a Albert Rivera algún cargo de honor, simbólico, como reconocimiento a su figura en la Asamblea General de marzo?
Yo creo que a Albert Rivera se le reconoce muchísimo dentro del partido todo el trabajo que ha hecho. Sin la figura de Rivera casi no se entiende el trabajo de Ciudadanos. Pero yo no sé si él querría algo así, y además en el momento en que estamos tampoco creo que eso sea una prioridad. Rivera sabe de sobra que es sobradamente reconocido por todos los afiliados dentro del partido.